Ecuador aprueba histórica ley de igualdad salarial de género
En un paso histórico hacia la igualdad de género, la Asamblea Nacional de Ecuador aprobó una ley innovadora para eliminar la discriminación salarial basada en sexo o género. Esta legislación, apoyada por la mayoría de los legisladores de la Asamblea, es un paso monumental para abordar las brechas salariales de género y fomentar la igualdad en el lugar de trabajo en Ecuador.
Avance Legislativo: Ecuador ratifica ley de igualdad salarial
Con 96 votos de 137 legisladores, el órgano legislativo ecuatoriano ratificó la mayor parte de un texto aprobado inicialmente en noviembre pasado. El Ejecutivo había formulado observaciones sobre dos artículos, cuidadosamente examinados e incorporados según el anuncio del Parlamento. Con 132 legisladores presentes en la sesión del martes, la Asamblea abordó estas observaciones, refinando el propósito de la ley y los principios rectores para garantizar la claridad y evitar ambigüedades en el texto final.
Este logro legislativo garantiza la publicación de la ley en el Registro Oficial, formalizando así su promulgación. El objetivo clave de la legislación es “garantizar la igualdad salarial y cualquier forma de remuneración económica entre mujeres y hombres por el mismo trabajo o trabajo de igual valor, sin discriminación por sexo o género”, como destacó la Asamblea. Esta ley es un paso fundamental para garantizar un trato justo y equitativo en el lugar de trabajo, abordando las disparidades de larga data en salarios y oportunidades entre hombres y mujeres.
Estableciendo un sistema nacional
La ley, que consta de catorce artículos, establece un “sistema nacional para la calificación de la igualdad de remuneración, medidas de prevención, denuncia y registro, incentivos y un procedimiento administrativo para abordar las violaciones del derecho a la igualdad de remuneración”. Este enfoque integral demuestra un compromiso para abordar el problema de la desigualdad salarial y crear un marco sostenible para su seguimiento y mejora continuos.
Marcela Holguín, vicepresidenta de la Comisión Parlamentaria por el Derecho al Trabajo, destacó el apoyo legislativo unánime a la iniciativa, subrayando su importancia en la promoción de la igualdad entre hombres y mujeres. Holguín hizo referencia a un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que indicaba una brecha significativa en las tasas de empleo adecuado (aquellos que reciben al menos el salario mínimo) entre hombres y mujeres en Ecuador: 40,8% para los hombres en comparación con 28,7% para las mujeres en 2023. Además, señaló que el ingreso laboral promedio de los hombres fue de $457,4 mensuales, mientras que el de las mujeres fue de $404,6.
Abordar las disparidades: un llamado a la acción política
Durante el debate plenario, varios colegas de Holguín enfatizaron la necesidad de que Ecuador “promueva y aplique políticas que erradiquen prácticas discriminatorias, reduzcan la precariedad laboral por razones de género y disminuyan la brecha salarial entre hombres y mujeres”. Este sentimiento refleja una creciente conciencia y compromiso para abordar las disparidades de género en el lugar de trabajo, no sólo en términos de salario sino también en términos de seguridad laboral y oportunidades de avance profesional.
Ana Karen Gómez, directora de la Asociación de Mujeres por la Equidad y la Autonomía de Género, elogió la nueva legislación y señaló que “promueve un entorno laboral más equitativo entre hombres y mujeres”. Su organización contribuyó al debate parlamentario con aportes académicos y de investigación que enriquecieron el contenido de la legislación. La aplicación de la ley abarca todas las instituciones estatales, lo que garantiza un impacto de amplio alcance en diversos sectores.
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La decisión de Ecuador de aprobar esta ley es un hito importante en el movimiento global hacia la igualdad de género. Al abordar la brecha salarial y garantizar la igualdad de remuneración por igual trabajo, Ecuador sienta un precedente para otros países de la región y del mundo. La legislación corrige injusticias históricas y allana el camino para una sociedad más inclusiva y justa donde las personas sean valoradas y compensadas por igual, independientemente de su género. Esta ley es un testimonio del progreso logrado cuando los gobiernos, la sociedad civil y el público trabajan en colaboración hacia la igualdad y la justicia.