Política

El tablero político de Ecuador en carrera por la presidencia

A medida que Ecuador se acerca a sus elecciones presidenciales del 9 de febrero de 2024, el anuncio de Leonidas Iza como candidato del movimiento Pachakutik pone de relieve la intensificación de la competencia entre una docena de posibles contendientes. La lista final de candidatos se confirmará una vez que concluya el registro oficial en octubre.

Con el anuncio oficial de que Leonidas Iza será el candidato presidencial del movimiento Pachakutik, el brazo político indígena de Ecuador ha solidificado su presencia en las próximas elecciones de 2024. Iza, el influyente presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), se postulará con Katiuscka Molina, una joven profesional de la provincia costera de Manabí, como su candidata a la vicepresidencia. Esta medida se produce después de un proceso primario dentro de Pachakutik que culminó con la nominación de Iza, lo que subraya la determinación del movimiento de colocar las cuestiones indígenas al frente de la política nacional.

La candidatura de Iza simboliza una estrategia política más amplia de los grupos progresistas y de izquierda de Ecuador para consolidar su poder.El próximo viernes, Pachakutik, el Partido Socialista Ecuatoriano, el Movimiento Revolución Ciudadana (RC) liderado por el expresidente Rafael Correa, el grupo RETO y el Centro Democrático se reunirán potencialmente para formar un frente unificado. Esta coalición tiene como objetivo desarrollar un plan de gobierno conjunto que podría dar forma al futuro de Ecuador, dependiendo del éxito de estos esfuerzos para unir varias facciones bajo una bandera compartida.

La influencia de Pachakutik en la política ecuatoriana ha crecido significativamente desde sus inicios en 1995 como brazo político del movimiento indígena. Inicialmente centrado en defender los derechos indígenas, el movimiento ha ampliado su plataforma para abordar cuestiones socioeconómicas más amplias, convirtiéndose en un actor clave en el panorama político de la nación. El liderazgo de Iza se ha caracterizado por su papel en la organización de protestas a gran escala contra las políticas gubernamentales, en particular aquellas consideradas perjudiciales para las comunidades indígenas. Su candidatura representa una continuación de este activismo a nivel nacional, con el objetivo de abordar cuestiones como los derechos a la tierra, la protección ambiental y la justicia social.

Las muchas caras de las elecciones en Ecuador

Mientras Leónidas Iza se suma a la carrera, la lista de candidatos potenciales para la presidencia de Ecuador ha aumentado a una docena. Entre estos contendientes se encuentra el actual presidente, Daniel Noboa, quien ha expresado su intención de postularse a la reelección bajo la bandera del movimiento Acción Democrática Nacional (ADN). Noboa, que asumió el cargo en noviembre de 2023 tras ganar unas elecciones anticipadas, aspira a asegurar un mandato completo de cuatro años. Sin embargo, su campaña enfrenta un importante desafío debido a una denuncia electoral presentada por su vicepresidenta, Verónica Abad, acusándolo de “violencia política de género”.

La candidatura de Noboa no está exenta de polémica. Fue elegido para completar el mandato 2021-2025 luego de que el expresidente Guillermo Lasso invocara el mecanismo constitucional conocido como “muerte cruzada”, que le permitió disolver la Asamblea Nacional y convocar a elecciones anticipadas. Esta maniobra, destinada a evitar su juicio político por acusaciones de corrupción, generó un ambiente político volátil que heredó Noboa. Desde entonces, su presidencia ha estado marcada por esfuerzos para estabilizar el país, pero las próximas elecciones pondrán a prueba su capacidad para retener el poder en medio de la actual turbulencia política.

Entre los otros candidatos destacados se encuentra Luisa González, representante del movimiento correísmo, que perdió por poco ante Noboa en las elecciones anteriores. Esta vez, se postula con el economista Diego Borja como su candidato a vicepresidente, con la esperanza de recuperar la presidencia para su facción política. El Partido Social Cristiano (PSC), tradicional actor de poder en la política ecuatoriana, ha propuesto como candidato a Henry Kronfle, actual presidente de la Asamblea Nacional, emparejándolo con la legisladora Dallyana Passailaigue.

Además de estas figuras establecidas, las elecciones han atraído a una amplia gama de candidatos de todo el espectro político. Entre ellos se encuentran Iván Saquicela, expresidente de la Corte Suprema que se postula por el movimiento Democracia Sí; Pedro Granja, candidato del Partido Socialista; y Andrea González, quien anteriormente se postuló como candidata a la vicepresidencia junto a Fernando Villavicencio, quien fue trágicamente asesinado durante la campaña de 2023. La variedad de candidatos refleja las profundas divisiones dentro del panorama político de Ecuador, con cada facción compitiendo por una parte del apoyo del electorado.

El cambiante panorama electoral de Ecuador

El entorno político de Ecuador ha sido moldeado por décadas de inestabilidad y transformación, con frecuentes cambios de liderazgo e ideología. La historia de la política electoral del país está marcada por el ascenso y la caída de varios movimientos políticos, cada uno de los cuales busca redefinir el futuro de Ecuador. Desde las dictaduras militares de los años 1960 y 1970 hasta las reformas neoliberales de los años 1990, el panorama electoral de Ecuador ha evolucionado continuamente, reflejando tendencias regionales más amplias en América Latina.

El siglo XXI vio el surgimiento de la Revolución Ciudadana de Rafael Correa, que dominó la política ecuatoriana durante una década. Significativas reformas económicas y sociales caracterizaron la presidencia de Correa (2007-2017), pero también un creciente autoritarismo y acusaciones de corrupción. El final del mandato de Correa marcó un punto de inflexión, ya que sus sucesores lucharon por mantener el impulso de su movimiento y al mismo tiempo abordaron la creciente insatisfacción pública.

En los últimos años, el panorama político de Ecuador se ha vuelto cada vez más fragmentado, y los partidos tradicionales pierden terreno frente a nuevos movimientos y candidatos independientes. El mecanismo de “muerte cruzada” utilizado por Lasso en 2023 fue un dramático recordatorio de la volatilidad de la política ecuatoriana, demostrando cuán rápido puede cambiar el poder en un país donde la estabilidad institucional es a menudo precaria. Por lo tanto, las próximas elecciones de 2024 no son solo una contienda por la presidencia sino una batalla por la dirección futura de la nación, con el potencial de remodelar la trayectoria política de Ecuador en los años venideros.

Estrategias y alianzas en ciernes

A medida que se acerca la fecha de las elecciones, los partidos políticos de Ecuador están inmersos en una frenética carrera contra el tiempo para definir sus candidatos y estrategias. El período de registro oficial, del 13 de septiembre al 3 de octubre, marcará la finalización de la lista de candidatos, pero la lucha por alianzas y respaldos continuará mucho más allá. Para muchos candidatos, la clave de la victoria reside en construir coaliciones que atraigan a una amplia muestra representativa de los 13 millones de votantes elegibles de Ecuador.

Para Leonidas Iza y Pachakutik, la atención se centrará en movilizar el voto indígena, que históricamente ha sido una fuerza poderosa en la política ecuatoriana. Sin embargo, para ganar la presidencia, Iza debe ampliar su atractivo más allá de su base tradicional, llegando a los votantes urbanos y otros grupos marginados. Su desafío será elaborar un mensaje que resuene en un electorado diverso y al mismo tiempo mantenga el apoyo de las comunidades indígenas que forman la columna vertebral de su movimiento.

Por otro lado, Daniel Noboa enfrenta la difícil tarea de defender su trayectoria como presidente mientras navega por los desafíos legales planteados por la denuncia de su vicepresidente. La campaña de Noboa probablemente hará hincapié en la estabilidad y la continuidad, posicionándose como una opción segura en un entorno político turbulento. Sin embargo, su capacidad para unir a su partido y defenderse de los desafíos dentro de sus filas será fundamental para su éxito.

Para Luisa González y el movimiento correísmo, la estrategia implicará reunir a la base leal de seguidores que siguen dedicados al legado de Rafael Correa. González debe diferenciarse de sus rivales ofreciendo una visión convincente para el futuro de Ecuador que se base en los logros de Correa y al mismo tiempo aborde las preocupaciones de los votantes que pueden temer regresar al pasado.

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Mientras los candidatos se preparan para el período de campaña oficial, las próximas semanas estarán llenas de negociaciones, apariciones públicas y presentación de plataformas políticas. Cada candidato buscará una identidad distinta, posicionándose como la mejor opción para liderar a Ecuador a través de los desafíos que se avecinan. Con tanto en juego, las elecciones presidenciales de 2024 se perfilan como una de las más trascendentales en la historia reciente de Ecuador, una contienda que determinará no sólo el liderazgo del país sino su dirección en los años venideros.

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