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Estados Unidos sanciona a la banda venezolana Tren de Aragua en una importante represión

Estados Unidos ha impuesto sanciones a la pandilla venezolana Tren de Aragua, conocida por sus extensas actividades criminales en América Latina. Esta medida tiene como objetivo frenar las operaciones de la pandilla, que incluyen la trata de personas, la extorsión y el robo organizado.

Estados Unidos anunció el jueves importantes sanciones contra Tren de Aragua, una notoria pandilla venezolana con profundos orígenes carcelarios. Los líderes encargados de hacer cumplir la ley en todo el continente americano han identificado a este grupo como una organización criminal violenta y explotadora. Conocida por su participación en trata de personas, extorsión, secuestro, lavado de dinero, sicariato, contrabando y robo minorista organizado, la influencia de la pandilla se extiende desde Panamá hasta Brasil y a lo largo del corredor andino, según funcionarios de policía latinoamericanos.

La Casa Blanca y el Departamento del Tesoro han designado al Tren de Aragua como una organización criminal transnacional. Esta designación bloquea efectivamente cualquiera de los activos de la pandilla en los Estados Unidos que estén controlados por ciudadanos extranjeros. Además, el Departamento de Estado ofrece una recompensa de hasta 12 millones de dólares por información que conduzca al arresto y condena de sus líderes.

“El Tren de Aragua representa una amenaza criminal mortal en toda la región”, afirmó la Casa Blanca. Este anuncio se produce tras los persistentes llamamientos de los republicanos en el Congreso de Estados Unidos, encabezados por el senador Marco Rubio, instando al presidente demócrata Joe Biden a tomar medidas decisivas contra la pandilla.

A pesar de estas medidas, algunos políticos republicanos y funcionarios de inmigración estadounidenses han expresado su preocupación sobre las posibles operaciones del grupo dentro de Estados Unidos. Sin embargo, los expertos latinoamericanos en materia de aplicación de la ley sugieren que si bien puede haber casos aislados, no hay evidencia sustancial de organización a gran escala dentro de las fronteras de Estados Unidos.

Los orígenes del Tren de Aragua

El Tren de Aragua, liderado por Héctor “Niño” Guerrero, tiene una historia que se remonta a más de una década. Inicialmente operando desde la prisión de Tocorón en el estado de Aragua, a unos 130 kilómetros (80 millas) al suroeste de Caracas, la pandilla gradualmente extendió su influencia más allá de los muros de la prisión. Se cree que el nombre del grupo, “Tren Aragua”, se originó a partir de una asociación temprana con el sindicato de trabajadores ferroviarios.

Dentro de la prisión de Tocorón, Tren de Aragua sobornó a los guardias para obtener privilegios especiales, transformando efectivamente la prisión en un cuasi-resort. La instalación contaba con comodidades como discoteca, piscina, restaurantes, zoológico, gimnasio y salón de apuestas para carreras de caballos. El control de la pandilla sobre el ambiente carcelario amplió sus operaciones e influencia.

En septiembre pasado, la policía venezolana allanó Tocorón en busca de Niño Guerrero y otros líderes, pero ya habían escapado, supuestamente a través de una vasta red de túneles. Los líderes de la pandilla siguen prófugos y la Interpol ha emitido notificaciones rojas para su arresto.

La esfera de influencia del Tren de Aragua se ha extendido por varios países de América del Sur, incluidos Perú y Chile. En Chile, el grupo ha sido vinculado con explotación sexual y sicariato, según José Contreras Hernández, jefe de la brigada anti trata de la Policía de Investigaciones de Chile.

En Perú, la presencia de la pandilla se advirtió por primera vez alrededor de 2019, tras el descubrimiento de cadáveres mutilados, según informó el coronel Víctor Revoredo, director de inteligencia de la Policía Nacional. “Es otro nivel de crueldad y organización”, dijo Revoredo.

En Colombia, que alberga aproximadamente a 1,5 millones de exiliados venezolanos, Tren de Aragua ha construido un negocio lucrativo con teléfonos móviles y accesorios robados y, al mismo tiempo, dirige redes de prostitución, según lo declarado por la Fiscalía General.

Inicialmente, la pandilla comenzó extorsionando a empresas dentro de Venezuela antes de diversificarse en la trata de personas, aprovechando la gran cantidad de migrantes que abandonaban el país. Las mujeres cautivas de la pandilla normalmente aceptan pagar los honorarios de los contrabandistas, pero cuando no pueden hacerlo, se ven obligadas a prostituirse. Contreras destacó una operación en Chile donde 60 mujeres generaron aproximadamente 5 mil millones de pesos chilenos (5,5 millones de dólares) en seis a ocho meses.

Conexiones del Tren de Aragua con Estados Unidos

Algunos políticos estadounidenses han expresado temores de que Tren de Aragua pueda establecer presencia en Estados Unidos. El 25 de marzo, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) de Estados Unidos informó el arresto de Adelvis Rodríguez-Carmona, un migrante venezolano identificado como miembro de la organización criminal Tren de Aragua.

En otro caso, los fiscales estadounidenses en Georgia acusaron al venezolano Diego Ibarra, detenido por violaciones migratorias, de ser miembro del Tren de Aragua. Su hermano, José Antonio Ibarra, es buscado en relación con el asesinato de Laken Riley, de 22 años, estudiante de enfermería encontrado muerto en Atenas, Georgia, el 22 de febrero. Los republicanos han destacado la muerte de Riley para criticar las políticas de inmigración de Biden.

Si bien es posible que miembros individuales de pandillas hayan ingresado a Estados Unidos, fuentes policiales latinoamericanas, que hablaron bajo condición de anonimato debido a sensibilidades políticas, afirmaron que no hay evidencia significativa de operaciones organizadas del Tren de Aragua dentro de Estados Unidos.

La expansión de las operaciones del Tren de Aragua en América Latina pone de relieve el problema más amplio de las organizaciones criminales transnacionales que explotan a poblaciones vulnerables. Los países de la región se han enfrentado a desafíos cada vez mayores a la hora de abordar las actividades de esas pandillas, que a menudo operan con un alto grado de sofisticación y brutalidad.

La participación de la pandilla en la trata de personas es particularmente preocupante, dada la actual crisis migratoria en Venezuela y los países vecinos. A medida que los migrantes buscan mejores oportunidades, se convierten en blancos fáciles para grupos criminales como el Tren de Aragua, que explotan su desesperación para obtener ganancias financieras.

Las sanciones estadounidenses tienen como objetivo perturbar las operaciones de la pandilla y limitar su capacidad para mover fondos y recursos a través de las fronteras. Sin embargo, la eficacia de estas medidas dependerá de la cooperación internacional continua y del intercambio de inteligencia entre los organismos encargados de hacer cumplir la ley.

El camino a seguir

La designación del Tren de Aragua como organización criminal transnacional marca un paso significativo en la lucha contra el crimen organizado en América Latina. Al atacar las redes financieras de la pandilla y ofrecer recompensas por información que conduzca a la captura de sus líderes, Estados Unidos espera desmantelar las operaciones del grupo y reducir su impacto en las comunidades de toda la región.

Para países como Venezuela, Perú, Chile y Colombia, la batalla contra el Tren de Aragua y grupos similares requiere un enfoque multifacético. Fortalecer la seguridad fronteriza, mejorar las capacidades de investigación y brindar apoyo a las víctimas de la trata son componentes esenciales de esta estrategia.

Mientras las naciones latinoamericanas enfrentan los desafíos de las organizaciones criminales transnacionales, la colaboración con socios internacionales sigue siendo crucial. Las sanciones estadounidenses son un recordatorio de la necesidad de una respuesta coordinada e integral para abordar las causas fundamentales del crimen y proteger a las poblaciones vulnerables de la explotación.

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Las sanciones contra el Tren de Aragua reflejan un creciente reconocimiento de la amenaza que representan las organizaciones criminales transnacionales en América Latina. Al interrumpir las operaciones de la pandilla y atacar a sus líderes, Estados Unidos y sus socios regionales pretenden reducir la influencia del grupo y hacer justicia a sus víctimas. El camino por delante será desafiante, pero con esfuerzos sostenidos y cooperación internacional, hay esperanza de un futuro más seguro para las comunidades afectadas por el crimen organizado.

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