La batalla de Bolivia contra los brotes estacionales de COVID-19 es un desafío que dura todo el año
En una respuesta estratégica al panorama cambiante de la pandemia de COVID-19, las autoridades sanitarias de Bolivia han pronosticado dos “brotes” anuales del virus. Estos aumentos repentinos recurrentes durante el invierno austral y el fin de año se han convertido en parte integral de las perspectivas de salud pública del país.
El enfoque estratégico de Bolivia ante los desafíos de la pandemia
La Ministra de Salud y Deportes, María Renée Castro, reveló este enfoque estratégico, enfatizando su fundamento en una exhaustiva vigilancia epidemiológica y genómica. Esta postura proactiva refleja el compromiso de Bolivia de navegar eficazmente las olas de la pandemia.
El ministro Castro explicó que pasar de referirse a estos eventos como “olas” a “brotes” significa una nueva comprensión del comportamiento del virus. En lugar de aumentos cíclicos, Bolivia ahora anticipa brotes regulares: uno al final de cada año calendario y otro al comienzo del año siguiente. Este patrón se corresponde con un aumento de las infecciones respiratorias durante los meses más fríos, que normalmente comienzan en junio.
La temporada invernal boliviana trae consigo un repunte de infecciones respiratorias agudas, entre ellas influenza, virus respiratorio sincitial y COVID-19. Estas amenazas respiratorias convergentes requieren una mayor vigilancia y mejores medidas de salud pública para salvaguardar la demografía vulnerable.
Proyección de brotes futuros: un patrón bianual
Según el Ministro Castro, se prevé que este patrón de brote bianual persista no solo en el presente año sino también en 2025, 2026 y 2027. Las autoridades sanitarias de Bolivia reconocen la importancia de adaptar estrategias para lograr una resiliencia a largo plazo frente a estos desafíos recurrentes. .
Ante estos predecibles brotes, Bolivia subraya la importancia de fortalecer las medidas de bioseguridad y las campañas de vacunación. Estas intervenciones son fundamentales para frenar la transmisión y minimizar los resultados graves, especialmente entre niños, mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas.
El Ministro Castro enfatizó el compromiso del gobierno nacional para asegurar y distribuir el suministro de vacunas en las nueve regiones del país. La disponibilidad de vacunas pediátricas para niños de 5 a 11 años y vacunas para adultos subraya la dedicación de Bolivia a los esfuerzos integrales de inmunización.
Compromiso del gobierno: asegurar y distribuir suministros de vacunas
El ministro Castro abogó por la responsabilidad colectiva, instando a la población a participar activamente en las campañas de vacunación. Los centros de vacunación accesibles están equipados para atender a poblaciones pediátricas y adultas, garantizando una cobertura amplia.
Reforzando la urgencia de estas medidas, el Ministro Castro destacó un aumento del 80% en los casos de COVID-19 durante la semana anterior en comparación con la última semana de 2023. Este aumento es parte del brote en curso que comenzó a fines de diciembre.
Estadísticas alarmantes: casos, muertes e impacto regional
Los datos preliminares indican un total de 3.473 casos confirmados, lo que marca un aumento de 1.540 casos respecto a la última semana de 2023. La mayor concentración de casos se produjo en Santa Cruz, la región más grande de Bolivia, reportando 2.497 casos. Trágicamente también se registraron dos víctimas mortales, una en Santa Cruz y otra en La Paz.
Desde el inicio de los esfuerzos de vacunación en 2021, se han administrado más de 16 millones de dosis de vacuna a una población que supera los 10,2 millones de personas elegibles. Bolivia declaró el fin de la emergencia sanitaria por COVID-19 en agosto del año anterior, levantando varias restricciones sanitarias.
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La nación ha resistido seis olas de la pandemia de COVID-19 desde los primeros casos reportados en marzo de 2020. Si bien los desafíos persisten, el compromiso de Bolivia con estrategias de adaptación y medidas de protección sigue siendo inquebrantable, asegurando la lucha continua contra los brotes de COVID-19, independientemente de la temporada. .