ECONOMÍA

Brasil ajusta pronósticos económicos en medio de inflación y desastres naturales

El Ministerio de Finanzas de Brasil revisó sus proyecciones de crecimiento económico para 2024 y, al mismo tiempo, ajustó las previsiones de inflación para reflejar el impacto de las recientes graves inundaciones en Rio Grande do Sul y la depreciación de la moneda.

En una importante actualización económica, el Ministerio de Finanzas de Brasil aumentó sus proyecciones de crecimiento para 2024, señalando como impulsores clave las sólidas ventas minoristas y una expansión de las concesiones de crédito. Sin embargo, las estimaciones de inflación revisadas para 2024 y 2025 moderan el optimismo, destacando los desafíos económicos actuales exacerbados por los recientes desastres naturales y las fluctuaciones monetarias.

Como la economía más grande de América Latina, Brasil desempeña un papel crucial en la economía regional. El Ministerio de Finanzas espera que el PIB del país crezca un 2,5% en 2024, frente a la estimación anterior del 2,2%. Este ajuste se atribuye al sólido desempeño en sectores que impactan directamente el comportamiento del consumidor, incluidas las ventas minoristas y los servicios a las familias, y a aumentos notables en la creación neta de empleo.

A pesar de estos indicadores positivos, las previsiones a largo plazo siguen siendo cautelosas, con una proyección de crecimiento para 2025 estable en el 2,8%. Esta perspectiva refleja el acto de equilibrio de las autoridades brasileñas mientras navegan por las presiones económicas internas y las fuerzas del mercado externo.

El impacto de los desastres naturales

Los pronósticos actualizados aún deben tener en cuenta el impacto total de las devastadoras inundaciones en Rio Grande do Sul, el estado más meridional de Brasil. Estas inundaciones, que han provocado importantes pérdidas de vidas y desplazamientos, son un crudo recordatorio de los desafíos ambientales más amplios de la región. América Latina tiene una historia de volatilidad económica tras desastres naturales, lo que a menudo revela vulnerabilidades subyacentes en infraestructura y preparación para desastres.

“La magnitud del impacto depende de la ocurrencia de nuevos eventos climáticos, los derrames de estos impactos a los estados cercanos y la efectividad de los programas de ayuda fiscal y crédito en las ciudades afectadas por las lluvias”, afirmó el Ministerio. Este comentario subraya los inciertos efectos económicos que tales desastres pueden tener, extendiéndose más allá del daño físico inmediato para influir en una estabilidad financiera más amplia.

Ajuste de las expectativas de inflación

En respuesta a las inundaciones y otros factores, el Ministerio ha revisado su previsión de inflación para 2024 hasta el 3,70% desde el 3,50% y para 2025 hasta el 3,20% desde el 3,10%. Estos ajustes reflejan los impactos directos de la depreciación de la moneda y el aumento de los precios de productos básicos como el arroz, la carne y las aves, que son componentes importantes del mercado de consumo de Brasil.

La reciente depreciación del real brasileño frente al dólar ha ejercido presión adicional sobre la inflación, complicando la gestión de la política monetaria del banco central sin sofocar el crecimiento económico. “Esos precios deberían aumentar más bruscamente en los próximos dos meses, pero una parte importante de este aumento debería retroceder en los meses siguientes, con la normalización de la oferta”, añadió el Ministerio, indicando unas perspectivas esperanzadoras para la estabilización de los precios.

La perspectiva del gobierno sobre las tasas de interés también ha cambiado: se esperan menos recortes este año y una tasa de interés terminal al final del ciclo más alta de lo previsto anteriormente. Esta decisión se alinea con los comentarios de Guilherme Mello, el secretario de política económica, quien describió la actual tasa Selic como “muy restrictiva” pero necesaria para mantener el control de la inflación sin obstaculizar demasiado el crecimiento económico.

Comparando perspectivas

Si bien las proyecciones del gobierno son más optimistas que las de los economistas del sector privado encuestados por el banco central de Brasil, las discrepancias resaltan los desafíos inherentes a los pronósticos económicos en un entorno complejo como Brasil. Los economistas privados anticipan un crecimiento del PIB del 2,09% este año y del 2% en 2025, con tasas de inflación ligeramente más altas.

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A medida que Brasil ajusta sus estrategias económicas en respuesta a presiones internas e internacionales, el camino a seguir pasa por equilibrar cuidadosamente las políticas orientadas al crecimiento con medidas de control de la inflación. Los ajustes en curso a los pronósticos económicos reflejan la naturaleza dinámica de la economía de Brasil y subrayan los desafíos más amplios que enfrentan las economías emergentes en América Latina, donde los factores políticos, ambientales y económicos se entrelazan para dar forma al panorama de políticas. En este contexto, la capacidad de Brasil para sortear estas complejidades será crucial para determinar su trayectoria económica en los próximos años.

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