Política

Los soldados de élite de Colombia entrenados para la guerra en la jungla

En el corazón de la selva colombiana se encuentra la base militar de Tolemaida, donde los soldados de élite del país, conocidos como “soldados del cielo”, reciben un entrenamiento brutal para prepararse para misiones mortales contra los cárteles de la droga y los grupos militantes. The Daily Star fue el primero en informar sobre esta información.

En lo profundo de las densas selvas de Colombia, la base militar de Tolemaida funciona como una fortaleza clandestina rodeada de territorios controlados por los rebeldes. Esta base no es una instalación militar común y corriente: es el campo de entrenamiento de los combatientes de élite de Colombia, a quienes se les asignan algunas de las misiones más peligrosas del país. Como informó The Daily Star, los soldados entrenados aquí están preparados para enfrentarse a los enemigos más despiadados del país, incluidos los cárteles de la droga y los grupos militantes armados.

Tolemaida no es solo una base; es un crisol donde los más fuertes física y mentalmente se convierten en operativos de élite. Cada año, los soldados de las fuerzas especiales deben pasar al menos 42 días en esta base, soportando condiciones extenuantes diseñadas para simular las intensas presiones que enfrentarán en el campo. El entrenamiento es tan severo que, según un soldado, Eduardo (un seudónimo), “el entrenamiento tiene que ser tan brutal que la guerra se sienta como un descanso”.

Este bastión oculto es crucial en la lucha continua de Colombia contra el crimen y la insurgencia. Aquí, los soldados no solo son entrenados, sino transformados y moldeados en guerreros capaces de asumir misiones que requieren secreto, precisión y una alta tolerancia a las condiciones extremas.

La brutalidad del entrenamiento Lancero

El núcleo del entrenamiento en Tolemaida es lo que se conoce como “entrenamiento Lancero”, un programa riguroso que prepara a los soldados para operaciones que requieren que se infiltren en territorios enemigos por aire o a través de terrenos traicioneros. Como se detalla en The Daily Star, este entrenamiento no es para los débiles de corazón: solo una pequeña fracción de los que lo intentan lo logran. De 120 soldados que intentaron ingresar a las fuerzas especiales, solo 17 lo lograron, lo que resalta la gran dificultad del proceso de selección.

Uno de los componentes críticos del entrenamiento Lancero es la preparación para aterrizar en espacios reducidos de la jungla o escalar por los costados de los rascacielos. Los soldados realizan ejercicios que implican escalar una estructura de 15 metros diseñada para replicar la experiencia de descender de un helicóptero o hacer rapel por un edificio. Llevan todo su equipo, incluidos rifles M16 y suministros antiveneno, mientras practican el descenso boca abajo con cuerdas, un método que requiere tanto habilidad como nervios de acero.

Aquellos que completan el entrenamiento ganan el título de “soldados del cielo”, una designación reservada para los mejores de los mejores. Como señaló Luis (también un seudónimo), otro soldado, “no todos saltan; solo las fuerzas especiales lo hacen”. Las intensas exigencias físicas y psicológicas de este entrenamiento preparan a estos soldados para las misiones de alto riesgo que enfrentarán en el campo, donde el fracaso no es una opción.

EspañolCurso de supervivencia al estrés

Otro aspecto fundamental del entrenamiento en Tolemaida es el “curso de estrés”, un ejercicio diseñado para llevar a los soldados al límite y más allá. Según The Daily Star, este curso pone a prueba la resistencia, la agilidad y la rapidez de pensamiento bajo presión. Los soldados deben recorrer un recorrido marcado con puntos rojos y azules que indican zonas de peligro, todo ello mientras llevan explosivos, lanzan armas y arrojan granadas.

El curso de estrés es más que un desafío físico: es un crisol psicológico que enseña a los soldados a mantener la calma y la concentración en situaciones de vida o muerte. Como explicó Eduardo, “Nos estamos entrenando con balas reales. Y no importa cuánta experiencia tengas o cuánto entrenamiento tengas; hay un dicho en Colombia que dice que hasta los médicos mueren”. Este entrenamiento tiene como objetivo preparar a los soldados para la naturaleza impredecible del combate, donde cualquier error puede ser fatal.

Además de los desafíos físicos, a los soldados se les enseña a trabajar juntos en silencio, moviéndose como una unidad cohesionada. Entrenan bajo el calor sofocante y en el terreno inhóspito de la jungla, donde cada paso puede ser traicionero. Este entrenamiento les inculca la disciplina y precisión necesarias para sobrevivir en los entornos más peligrosos.

El costo psicológico de la guerra de élite

Si bien las exigencias físicas del entrenamiento en Tolemaida son inmensas, el costo psicológico es quizás aún más significativo. Soldados como Eduardo y Luis son constantemente conscientes de los peligros que enfrentan durante el entrenamiento y en las misiones posteriores. Estos hombres están encargados de algunas de las operaciones más desafiantes del país, a menudo participando entre 25 y 40 misiones al año, algunas de las cuales duran hasta tres semanas.

El miedo a la muerte es un compañero constante para estos soldados, pero no es el miedo a morir en sí lo que los persigue. Eduardo compartió con franqueza con The Daily Star: “Creo que todos tenemos miedo. Tal vez no sea el miedo a morir. Existe esta incertidumbre y tristeza de no poder volver a hablar con tu familia. Creo que eso es lo que más temo”. Esta carga emocional es algo que cada soldado de Tolemaida debe llevar consigo, incluso mientras se prepara para enfrentar los horrores del combate.

A pesar de las incesantes demandas, estos soldados entienden la importancia de su trabajo. El secreto que rodea sus misiones no es solo una cuestión de protocolo, es una cuestión de supervivencia. Los cárteles y los grupos rebeldes siempre están en busca de información, y una sola filtración podría significar la diferencia entre la vida y la muerte.

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La base militar de Tolemaida es más que un campo de entrenamiento: es un crisol que forma a los soldados más elitistas de Colombia, preparándolos para las misiones mortales y de alto riesgo que definen sus carreras. Como informó inicialmente The Daily Star, el intenso entrenamiento al que se someten estos soldados está diseñado para garantizar que estén listos para cualquier cosa, desde navegar por el traicionero terreno selvático hasta infiltrarse en las fortalezas enemigas. Sin embargo, la verdadera prueba de su entrenamiento no radica sólo en sus capacidades físicas, sino también en su resiliencia mental: la capacidad de enfrentar la amenaza constante de la muerte y hacerlo con el conocimiento de que su éxito es vital para la seguridad de su nación.

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