Política

Por qué es poco probable que el plan de ‘paz total’ de Colombia tenga éxito en 2024

La ambiciosa iniciativa de “Paz Total” de Colombia enfrenta importantes desafíos, lo que hace improbable su realización en 2024. Factores como la violencia continua, las negociaciones complejas y los obstáculos políticos obstaculizan el progreso hacia una paz integral y duradera.

La ambiciosa iniciativa de “Paz Total” de Colombia enfrenta importantes desafíos, lo que hace improbable su realización en 2024. Factores como la violencia continua, las negociaciones complejas y los obstáculos políticos obstaculizan el progreso hacia una paz integral y duradera.

La reciente decisión del gobierno colombiano de reanudar las operaciones ofensivas contra el Ejército de Liberación Nacional (ELN) tras el fin del alto el fuego bilateral más extendido es un revés significativo en las negociaciones de paz. Esta decisión, anunciada por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, se tomó sin un alto el fuego activo, según instrucciones del comandante de las Fuerzas Armadas, almirante Francisco Cubides, y el jefe de la policía, general William Salamanca.

El alto el fuego, que entró en vigor el 3 de agosto de 2023 y se extendió por otros 180 días, tenía como objetivo fomentar la estabilidad y promover la visión de “paz total” del presidente Gustavo Petro. Sin embargo, el proceso de paz sigue congelado y el ELN exige un decreto presidencial para sacarlos de la lista de grupos armados organizados (GAO). Velásquez reconoció que este pedido podría ser un tema de discusión pero enfatizó que el gobierno aún no ha deliberado sobre el tema.

El ELN afirma haber respetado el alto el fuego, cesando los secuestros con fines económicos y culpa al gobierno de no cumplir los acuerdos por el estancamiento de las conversaciones de paz. A pesar de los múltiples llamamientos de diversas organizaciones y partes interesadas para que se renueve el compromiso con el alto el fuego, el camino hacia la “paz total” sigue plagado de obstáculos.

La complejidad de la ‘paz total’

La política de ‘Paz Total’ del presidente Petro, consagrada en la Ley 2272 del 4 de noviembre de 2022, define la paz como una prioridad de Estado. Abarca tanto la implementación de acuerdos existentes como nuevas negociaciones con grupos armados ilegales. La política apunta a abordar conflictos con grupos como el ELN, disidentes de las FARC-EP y organizaciones criminales de alto impacto como el Clan del Golfo.

El Plan Nacional de Desarrollo, aprobado en mayo de 2023, subraya que la consolidación de la paz es fundamental para la agenda del gobierno. Se centra en la transformación de las zonas cocaleras, la justicia transicional y la inversión en los municipios afectados. Sin embargo, los críticos argumentan que la agenda de “Paz Total” es demasiado ambiciosa, dada la naturaleza arraigada de la violencia y los innumerables grupos involucrados.

Figuras prominentes como Sergio Jaramillo y Humberto de la Calle, quienes desempeñaron papeles críticos en el proceso de paz anterior con las FARC-EP, han expresado escepticismo sobre la viabilidad de una “paz total”. Destacan los inmensos desafíos de erradicar los cultivos de coca, la falta de medidas de seguridad para proteger a los firmantes del Acuerdo de La Habana y los peligros que plantean los sicarios y los grupos armados.

El ELN también ha expresado su preocupación por esta política, particularmente en relación con el enfoque del gobierno a la hora de negociar con grupos armados políticos y criminales. El ELN critica la política de equiparar a grupos impulsados ​​por fines de lucro con aquellos involucrados en la lucha política, argumentando que tales comparaciones socavan la legitimidad de su causa.

Además, la ley exige un enfoque territorial de la paz, reconociendo la naturaleza diversa y localizada de la violencia en Colombia. La creación de ‘regiones de paz’ ​​tiene como objetivo apoyar el papel de la sociedad civil en las negociaciones e implementar programas para abordar cuestiones específicas del conflicto. Sin embargo, la eficacia de este enfoque aún está por determinar, dada la presencia persistente de grupos armados y la capacidad limitada del Estado para imponer la paz.

Perspectivas para 2024

A pesar de los esfuerzos del gobierno, la consecución de la “Paz Total” en 2024 parece poco probable. La reanudación de las operaciones militares contra el ELN y las negociaciones estancadas reflejan los desafíos profundamente arraigados que impiden el progreso. La complejidad de involucrar a múltiples grupos armados con diversas motivaciones complica aún más el proceso de paz.

Además, el clima político en Colombia añade otra capa de dificultad. La administración del presidente Petro enfrenta una oposición significativa y la implementación de la agenda de paz requiere un amplio apoyo político y público. La violencia reciente y los problemas de seguridad actuales también socavan la confianza en la capacidad del gobierno para lograr una paz duradera.

Si bien el objetivo de una “paz total” es loable, su ejecución requiere un enfoque pragmático y multifacético. El gobierno debe dar prioridad a generar confianza con los grupos armados a través de un compromiso transparente y consistente. Además, abordar las causas socioeconómicas profundas de los conflictos, como la pobreza y la desigualdad, es esencial para una paz sostenible.

Invertir en educación y campañas de sensibilización pública puede fomentar una cultura de paz y no violencia. Fortalecer las instituciones y garantizar que se haga justicia para las víctimas de la violencia también son pasos críticos. Al adoptar un enfoque holístico e involucrar a todas las partes interesadas, Colombia puede lograr avances graduales hacia la paz, incluso si el objetivo final de la “paz total” aún debe alcanzarse pronto.

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Si bien la aspiración a una “paz total” en Colombia es encomiable, los numerosos desafíos y complejidades hacen que su logro en 2024 sea poco probable. El gobierno debe seguir trabajando diligentemente por la paz, aprendiendo de las experiencias pasadas y adaptando sus estrategias para abordar la evolución del panorama del conflicto en el país.

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