Con la llegada del gobierno de Sánchez, se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de sacar el cuerpo del dictador de su sitio de reposo 

El gobierno español, encabezado por el socialista Pedro Sánchez, exhumará los restos de Francisco Franco. El dictador se encuentra enterrado en El Valle de los Caídos, una basílica católica a 60 kilómetros al noroccidente de Madrid, desde su fallecimiento en 1975.

Read in english: Why does Franco's exhumation cause such a stir in Spain?

La decisión ha causado un gran debate en la sociedad española, pues muchos aún apoyan el legado anticomunista y nacional-católico de Franco, mientras que otros lo critican por ser antidemocrático y causante de delitos de lesa humanidad.

La polémica

 El 17 de junio pasado, el secretario de Justicia y Nuevos Derechos del PSOE, Andrés Perelló, dijo que “se prohibirá la apología del franquismo y del fascismo para equipararnos a los democracias europeas más consolidadas, porque una nación demuestra su decencia cuando trata bien a sus muertos, y tenemos una deuda histórica con los muertos y con sus familias”. Hacer la exhumación hace parte de ese esfuerzo. 

El mismo presidente Pedro Sánchez dijo, en julio pasado, al Congreso de Diputados: “las heridas han estado abiertas durante muchos años, demasiados, y ha llegado el tiempo de cerrarlas. Nuestra democracia tendrá símbolos que unan a la ciudadanía”.

No obstante, el Partido Popular (o PP) de ideales más conservadores, están en contra de la iniciativa del gobierno de la exhumación. De hecho, desde la aprobación de la ley de Memoria Histórica en 2007, el PP ha reducido la financiación para la construcción de memoria alrededor de la Guerra Civil y el franquismo, sobre todo después de su victoria en las elecciones de 2011, encabezada por Mariano Rajoy.  

Igualmente, el actual secretario general del PP, Pablo Casado, ha manifestado que “no gastaría un solo euro” en desenterrar al general. En julio pasado calificó el plan de gobierno como “una fractura” para la sociedad española.

Los restos de los dictadores en Latinoamérica

Lo que es necesario entender es lo cuán arraigado está el franquismo en la sociedad española contemporánea. Algunos ven el legado franquista como ejemplar, mientras que otros como bárbaro. La construcción de la memoria histórica es fundamental para considerar los efectos del conflicto en todos los sectores de la sociedad. Sabiendo eso, habría que preguntar si existen casos similares en América Latina, cuya historia es rica en dictadores que dividen a las sociedades actuales. 

Lee también: Políticos y escándalos sexuales: ¿Un cóctel cada vez más frecuente?

• Bolivia: Para el caso de Hugo Bánzer, dictador de Bolivia durante 1971 a 1978 y quien luego fuera elegido presidente entre 1997 y 2001, tuvo un funeral público y presidido por cuatro mandatarios en ese momento. Incluso fueron decretados 30 días de luto nacional.
• Chile: Por ejemplo, las cenizas de Augusto Pinochet se encuentran en la casa privada de su familia. No obstante, al momento de su muerte en 2006, miles de personas acompañaron su funeral, mientras que otros miles celebraron su deceso en calles públicas, causando enfrentamientos.
• Argentina: El dictador argentino Jorge Videla iba a ser enterrado en su pueblo natal, Mercedes, pero los vecinos se opusieron y se manifestaron, recordando los 22 desaparecidos de la ciudad durante su gobierno. Al final, fue enterrado en secreto, así como su sucesor, Roberto Viola, quien tuvo un funeral sin incidentes. Tampoco los hubo durante las exequias de Leopoldo Galtieri, quien sí tuvo una ceremonia pública.
• Colombia: Gustavo Rojas Pinilla, dictador en Colombia entre 1953 y 1957, fue velado en el Capitolio Nacional de Bogotá y enterrado en el Cementerio Central de esa ciudad.
• Panamá: Manuel Antonio Noriega, ex dictador panameño, no tuvo un funeral público y sus cenizas fueron entregadas a su esposa.
• Cuba: Fulgencio Batista, quien dirigía Cuba hasta 1959, huyó a España y murió allí, siendo enterrado junto a su segunda esposa y uno de sus hijos. 

¿Quién fue Francisco Franco?

La figura de Francisco Franco es central en la historia del siglo XX en España. Este fue un militar que encabezó un golpe de estado en 1936 contra el gobierno republicano y su bando fue el vencedor de la Guerra Civil Española. Hasta 1975, fue dictador de su país y promotor de una identidad nacional en concordancia con la religión católica y el conservadurismo, además de asimilarla con un gobierno fascista y, por extensión, anticomunista. 

Durante la Guerra Civil en España, el franquismo fue acusado de crímenes en contra de la humanidad que incluyen esclavitud, desaparición forzada, represión política, asesinatos, y represión política y social, entre muchos más. Esto ha causado grandes críticas nacionales por tratarse de un aplastamiento a los valores democráticos y liberales.

Por otra parte, el resultado de la guerra y los años de la dictadura significaron para un sector importante de la población española la defensa del catolicismo, profundamente conectado con la identidad española, a la vez que se luchó contra el comunismo, que estaba en alza en Europa. Básicamente, la sociedad española se fracturó gracias a los eventos de la Guerra Civil y la dictadura.

Por ejemplo, el partido del gobierno actual (Partido Socialista o PSOE) es el principal promotor de la exhumación de Franco del Valle de los Caídos a través de una reforma a la ley de Memoria Histórica de 2007. La ley, que trata construir memoria del conflicto a través de fondos públicos, resulta problemática pues no reconoce la importancia social de las víctimas del franquismo, relegando su conmemoración al ámbito privado y no público.

LatinAmerican Post | Iván Parada Hernández
Copy edited by Marcela Peñaloza