¿Por qué Rusia es acusada de ataques cibernéticos contra la OPAQ?
Las implicaciones de un ataque a un organismo internacional por parte del gobierno ruso podrían llegar a territorio geopolítico
El pasado 4 de octubre, el servicio de inteligencia holandés frustró un ataque a los cuarteles generales de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) con sede en La Haya. Cuatro funcionarios del servicio secreto ruso fueron detenidos por un ataque a la red de Wi-Fi del organismo y fueron posteriormente deportados.
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Entre Rusia y la OPAQ existe una tensión que explica la razón del ataque. El ex espía ruso, Serguei Skripal, fue envenenado junto con su hija en marzo de este año en Salisbury, Inglaterra; ambas víctimas sobrevivieron al ataque.
Skripal se desempeñó como un doble agente para la agencia de inteligencia británica MI6. Según The Financial Times, por su colaboración con la inteligencia británica, fue juzgado en 2004 por tribunales militares rusos por revelar la identidad de cerca de 300 agentes.
La sustancia con la que fue atacado tenía un origen desconocido y por tal razón, la OPAQ intervino para identificarlas. Este organismo se encarga de hacer cumplir las directrices de la Convención de Armas Químicas. Entre sus facultades, puede fungir como órgano consultivo para casos como el de Skripal. Así, tras el análisis del veneno, se determinó que provenía de Rusia, porque sus particularidades de fabricación sólo se dan en las instalaciones militares rusas.
Antecedentes de la OPAQ
En 2013, la OPAQ fue galardonada con el Premio Nobel de Paz por su labor en Siria, en el marco de ataques con gas sarín en la población de Guta. El 21 de agosto de ese año, al menos 281 personas murieron según cifras de la inteligencia francesa, pero los números pueden variar según la fuente.
Rusia, en defensa de su gobierno aliado en Siria, ha cuestionado la metodología de la OPAQ, más recientemente tras la pruebas realizadas en la ciudad de Duma para comprobar si otro ataque químico había tenido lugar. Los gobiernos de Vladimir Putin y el de Bashar al-Asad han acusado a Occidente de tratar de intervenir la labor de la OPAQ con motivos políticos.
Ejemplo de esto fueron las palabras de Alexandr Shulguín, embajador ruso ante la OPAQ, quien dijo ante este mismo organismo que no se puede confiar en sus investigaciones por tener un “desequilibrio geográfico” entre sus miembros. Según el portal estatal ruso Sputnik, el embajador dijo que “[l]o que hace dudar de la imparcialidad de la FFM es que hace poco la misión fue dirigida por dos británicos”.
¿Cuáles son las implicaciones no solo de los ataques sino de esta tensión que ya entra en terrenos geopolíticos?
La OPAQ se encuentra en medio de una lucha por la hegemonía, por un lado Estados Unidos y sus aliados (en este caso Francia y Gran Bretaña) y por el otro, Rusia (junto con Irán y Siria). No se trata de ver esta situación bajo la luz de la Guerra Fría, pues esto sería anacrónico, pero no hay que ser ingenuos cuando se observan los intereses de las potencias actuando en la geopolítica.
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La OPAQ probó que el veneno administrado a Skripal provenía de Rusia, así como los holandeses encontraron en flagrancia los espías rusos y el Kremlin se ha opuesto a la presencia occidental dentro del organismo. Todas estas son pruebas de la pugna por establecer intereses rusos en el plano internacional.
Ahora, eso no significa que Occidente no esté jugando a lo mismo. Skripal fue reclutado por la inteligencia británica, junto con más agentes de del gobierno ruso para hacer contraespionaje. El punto es que un organismo como la OPAQ debe operar con independencia. El embajador ruso mismo lo dijo, la influencia Occidental está dentro del organismo; así como los rusos tratan de involucrarse con la labor de este.
El ataque a los cuarteles de La Haya es un problema porque pone en evidencia lo poco que se puede confiar en las instituciones internacionales. Están bajo el ataque de los intereses de las potencias y eso solo puede entorpecer la búsqueda de reducir las armas químicas en el mundo. Tal vez el embajador Shulguín tenga un punto en sus reclamaciones, pues la falta de equilibrio en el personal de los organismos internacionales se puede dar la instrumentalización de los mismos en pos de los intereses de las potencias.
LatinAmerican Post | Iván Parada Hernández
Copy edited by Marcela Peñaloza
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