¿Por qué se están bombardeando Israel e Irán?
Los ataques entre ambos países se suman a una larga lista de agresiones que amenazan con desestabilizar la región
En la madrugada del 10 de mayo hasta 20 misiles fueron lanzados a objetivos militares en los Altos del Golán, en territorio israelí. Los informes del Estado de Israel apuntan que el ataque provino desde Siria y fue perpetrado por fuerzas iraníes. Gracias a la defensa antiaérea de Israel, la agresión no dejó víctimas o daños materiales.
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En respuesta, poco después la fuerza aérea de Israel bombardeó varias posiciones en Siria con presencia del ejército iraní, entre ellas una base militar. Según el medio Reuters, testigos en Damasco, capital Siria, reportaron haber visto destellos en el cielo, correspondientes al despliegue del sistema de defensa anti misiles. No obstante, el gobierno sirio confirmó que la arremetida de Israel dejó 15 muertos.
Avigdor Lieberman, Ministro de Defensa de Israel, indicó que todo rastro de presencia siria se ha convertido en un blanco militar para las fuerzas israelíes. Igualmente señaló que los ataques responden a una disuasión para que disminuya la violencia. "Espero que hayamos terminado este capítulo y todos hayan entendido el mensaje", expresó el ministro.
¿A qué se deben los bombardeos entre ambos países?
La lista de agresiones entre estos países es larga y data desde la Revolución iraní. En 1979, cuando el Ayatolá Jomeini impuso su movimiento islamista y depuso al entonces líder del país, el Shah Mohammad Pahlaví, Irán pasó de ser aliado a enemigo de Estados Unidos. De paso, también se declaró en contra de los intereses de Israel en la región.
En repetidas ocasiones, Israel y Estados Unidos han acusado al régimen islamista de financiar grupos terroristas en Oriente Medio, entre ellos Hamás. Esta organización tiene pretensiones de establecer un estado árabe independiente (Palestina) con las fronteras que se definieron tras la Guerra árabe-israelí de 1948.
No obstante, desde 2012 Irán suspendió el apoyo a Hamás tras el apoyo que estos declararon a los Hermanos Musulmanes, una organización ultra conservadora egipcia que estaba ejerciendo influencia en Siria.
Otro de los mayores puntos de disputa entre ambos países es el apoyo iraní a Hezbolá, una organización considerada terrorista por varios países occidentales fundada tras la intervención israelí en el Líbano en 1982. En 2006 Hezbolá atentó contra una caravana de soldados israelíes, lo que desencadenó en la Guerra del Líbano. El conflicto terminó con considerables bajas para el bando libanés y la ampliación de las fronteras israelíes, que luego fueron restablecidas con el favor de las Naciones Unidas.
También el asesinato de cuatro físicos nucleares iraníes entre 2010 y 2012 fue objeto de tensiones entre ambos países y los aliados israelíes. Considerando el debate que ha suscitado el desarrollo del programa nuclear en Irán, este caso es de especial atención. Tras las investigaciones a los crímenes, los capturados indicaron que Estados Unidos, Israel y el Reino Unido serían responsables.
Incluso el actual Primer Ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, apoyó las declaraciones del presidente Donald Trump, al considerar a Irán como un régimen que patrocina el terrorismo. Entre las preocupaciones de Israel está que no debería permitírsele a Irán la investigación ni el desarrollo nuclear, como medida para evitar la creación de armas de destrucción masiva.
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Con el desarrollo de la Guerra Civil en Siria, Israel ha incursionado más de 100 veces con el objetivo de atacar envíos de armas iraníes a grupos como Hezbolá. En repetidas ocasiones, incluyendo los más recientes ataques, también han bombardeado infraestructura iraní en Siria, con la excusa de evitar que se fortalezca la influencia del país árabe en las cercanías de Israel.
La situación no es óptima en Oriente Medio. El retiro de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán, sumado al apoyo de esta decisión por parte de Israel y las guerras civiles en Siria y Yemen significan una fragilidad política y económica que se va desintegrando paulatinamente. Estados Unidos, la Unión Europea y demás potencias involucradas en el desarrollo de los eventos no pueden pretender arreglar la situación a partir de acciones belicistas, pero tampoco la negociación con Rusia y Siria parece ser una opción, dada la tensión entre ambos bloques.
No hay forma de pronosticar qué sucederá en los próximos meses, pero es claro que un primer paso es la protección del pacto nuclear de Irán, que genere la confianza que ya había acumulado la administración Obama desde 2015 con la firma del pacto. Si este acuerdo sobrevive es probable que la tensión desescale y se abran las puertas para la resolución de los conflictos en Oriente Medio.
Latin American Post | Iván Parada Hernández
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