¿Qué le espera a Cuba 60 años después de la Revolución?

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La Revolución cubana sigue siendo un hito en la historia. 60 años después se prepara para los cambios que le exige el mundo moderno, ¿cuál es el panorama actual

A lo largo de 60 años, la Revolución cubana ha sido uno de los principales temas de discusión en la geopolítica mundial, siendo objeto de halagos, críticas y rechazos por parte de gobiernos, y personalidades de todo el planeta. Su sistema social y económico, su forma de gobierno, sus alianzas con otros países, el bloqueo económico y su permanente enfrentamiento con los Estados Unidos, han caracterizado la vida de la isla durante estas seis décadas.

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En medio de esos contrastes, los intentos que en varias ocasiones se han hecho para intentar derrocar al gobierno de la isla, la presión económica ejercida por Estados Unidos por medio del bloqueo (a la par de las múltiples resoluciones que desde Naciones Unidas se han expedido para poner fin al mismo), así como las pasiones y los odios que despierta, la Revolución ha logrado mantenerse vigente y estable hasta hoy.

Con algunos cambios que se han venido introduciendo en los últimos años, un gobernante diferente a los Castro y un proceso del que se espera expedir una nueva constitución, Cuba camina hacia una nueva era en la que se proponen ciertas reformas que, apuestan por una mayor adaptación a las dinámicas del mundo actual.

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El legado de la revolución cubana:

Ante la ausencia de una democracia (entendida en la imposibilidad de que sean los ciudadanos quienes elijan a sus gobernantes y el control que el gobierno de la isla tiene sobre los poderes públicos), el gobierno cubano se ha enorgullecido durante estos 60 años de ofrecer a sus ciudadanos las garantías y el respeto a los derechos fundamentales que, para ellos, no existen en otros países que se consideran democracias:

“¿Por qué Cuba les molesta a tantos que asocian indebidamente el capitalismo con la democracia? Porque Cuba convence a las personas intelectualmente honestas que no se dejan llevar por la propaganda anticomunista […] en la Isla nadie muere de hambre, anda descalzo, es analfabeto después de los seis años de edad, necesita tener dinero para ingresar en la escuela o cuidar de su salud,[…]. En la lista del Índice de Desarrollo Humano (IDH) de la ONU, que incluye 189 países, Cuba ocupa un mejor lugar (el 68) que la mayoría de los países de la América Latina, incluido Brasil (lugar 79)”, expresó en un artículo el diario Granma, medio de comunicación oficial del Partido Comunista Cubano.

Mientras se realizan críticas a la Isla y sus relaciones con otros países, el régimen cubano contra argumenta con sus logros, como por ejemplo la colaboración militar en la emancipación de las naciones africanas o la lucha para poner fin al régimen del Apartheid en Sudáfrica. Igualmente, el gobierno cubano se enorgullece de ayudar a otros países con el envío de médicos, maestros y otros profesionales que han prestado sus servicio en las zonas más pobres y remotas de esos territorios.

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“Gracias a los principios éticos de la Revolución, en Cuba no se ven familias debajo de los puentes, niños de la calle […] Los delatores de Odebrecht denunciaron a todos los agentes públicos corruptos en los países de América Latina en los que estuvo presente la empresa. Pero no en Cuba, donde construyó el puerto del Mariel ¿Algún informante se mostró dispuesto a defender a Cuba? Obvio que no. Ningún cubano se dejó corromper”, resalta el diario Granma.

Sin embargo, esos logros que resalta el gobierno cubano, se ven opacados por las restricciones impuestas por el régimen, lo que ha tenido como consecuencia la salida de decenas de cubanos que abandonaron la isla en busca de las libertades que no encuentran en su país: 

“No obstante, hay algo que no ha cambiado: durante todo este tiempo los vencedores de aquella Revolución han detentado el poder en Cuba, realizando apenas pequeños cambios políticos más por circunstancias externas […] El discurso agresivo ha vuelto a instalarse en la Casa Blanca de Donald Trump, mientras que en Cuba el relevo de poder desde la familia Castro al nuevo líder, Miguel Díaz-Canel, todavía no ha supuesto avance alguno en libertades”, destaca el diario El País de España.

Por otra parte, el portal La izquierda cuestionó el proceso cubano asegurando que a pesar de sus enormes conquistas, la Revolución cubana no dio lugar a un Estado basado en el gobierno democrático de los consejos de obreros, campesinos y milicianos, sino que creó un Estado obrero deformado y burocrático, que impuso el dogma del socialismo en un solo país y el dominio bonapartista del partido único, ahogando las libertades populares y bloqueando el camino de la revolución en América Latina.

“Cuando el castrismo adhirió al socialismo, estrechó su alianza con el estalinismo cubano y el Kremlin, lo que implicó que luego del reflujo de la marea revolucionaria, avanzara la burocratización asfixiante del régimen político. […] La política de la burocracia, junto al criminal bloqueo norteamericano, mantuvo a Cuba en el atraso económico del monocultivo de azúcar”, agregó La izquierda diario.

Si bien en los últimos años la Revolución cubana ha logrado adaptarse paulatinamente a los cambios de esta era, con unos liderazgos cuyo discurso es más moderado y abierto, sumado a los cambios propuestos en la nueva constitución, reconociendo la propiedad privada y haciendo apertura a la inversión extranjera, para muchos Cuba aún está lejos de implementar cambios estructurales que permitan una democratización real de la isla.

Una verdadera democratización en Cuba, no debería intervenir o afectar los logros y las conquistas alcanzadas durante los 60 años de la revolución, sino ser un factor para que las mismas se fortalezcan y se reproduzcan, sin temor a que la lucha que durante estos años se ha dado por la defensa de la revolución, sucumba ante los temores externos que siempre han asediado al gobierno cubano.

LatinAmerican Post | Samuel Augusto Gallego Suárez

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