Poco favorables para Reino Unido son las medidas conciliadas para su salida de la Unión Europea

Read in english: United Kingdom defeated by the European Union in the Post-Brexit

Con mayoría de votos, aunque por un margen pequeño, el Reino Unido tomó la decisión de abandonar la Unión Europea (UE), en lo que se conoce como el ‘Brexit’. Este es el primer y único caso en que un país decide separarse de la alianza política y económica compuesta por 28 naciones europeas.

Sin embargo, según anuncios del negociador por parte de la UE para el Brexit, Michel Barnier, no todo está escrito. De hecho, Barnier aseveró que “nada está acordado hasta que todo esté acordado”. Estas declaraciones se dieron tras la reunión con su homólogo británico, David Davis, donde acordaron que el periodo de transición sea un poco más laxo.

Para muchos analistas, el acuerdo traerá mayores beneficios para la UE, que para el Reino Unido. Sin embargo, esto no es definitivo y las negociaciones deben cerrarse antes de marzo de 2019. Uno de los puntos negativos para los británicos, será que durante toda la transición quedarán prácticamente a merced de las decisiones de los otros 27 países, sin derecho a voto, ni veto, sin importar que estén en desacuerdo con las medidas a implementar. Este periodo tendrá una duración de 21 meses, a partir del 31 de marzo de 2019 y hasta el 31 de diciembre de 2020.

Otro de los puntos álgidos incluidos en el borrador del acuerdo tiene que ver con Irlanda del Norte. Theresa May y Jean-Claude Juncker fijaron una cláusula “backstop”, según la cual Irlanda del Norte quedaría bajo las reglas políticas y económicas del resto de la isla al finalizar las negociaciones, pero si no se llega a un acuerdo, Irlanda del norte seguiría formando parte de la UE.

Un tema que se suma a las desventajas para el Reino Unido tiene que ver con las fronteras. Si bien el gobierno británico hubiera deseado tener el control total de sus límites fronterizos en cuanto se efectuara el Brexit, los europeos que lleguen a este territorio tendrán los mismos derechos que aquellos que lo hicieron mientras el país hacía parte de la UE.

Por si fuera poco, hay también una gran decepción para el gobierno de May con respecto al tema pesquero. Inicialmente, se había prometido a los marineros el control de su producción de forma inmediata, pero ahora los ingleses y escoceses tendrán que actuar bajo las cuotas comunitarias de pesca hasta acabado el periodo de transición.

Finalmente, uno de los puntos que parece haber generado menos controversia es la cifra a cancelar por parte del Reino Unido, que deberá pagar alrededor de 50.000 millones de euros hasta 2064. El problema real radica en el marco regulatorio, pues a pesar de estar fuera de la Unión Europea entre 2019 y 2020, el Reino Unido tendrá que acatar las leyes europeas vigentes; podrá apartarse de algunas políticas mediante clausulas OPT-OUT, pero no tendrá injerencia en las decisiones comunitarias.

Lo cierto es que queda un año para evaluar los posibles acuerdos entre Londres y Bruselas y establecer una salida beneficiosa para ambas partes. Sin embargo, lo que más llama la atención hasta el momento es la flaqueza del Reino Unido en las negociaciones realizadas.

Latin American Post | Julio Abella

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