Relato de una campaña anunciada: presentación de Sinceramente en la FILBA
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El 9 de mayo fue la presentación de Sinceramente de Cristina Fernandez de Kirschner on la FILBA y atendieron más de 20.000 personas
Ya había sido un boom mediático y ahora, con lo sucedido durante su presentación, logró que su libro de memorias la pusiera en boca de todos. Esto sucede no en cualquier momento de la historia argentina, sino cuando las elecciones presidenciales se acercan y la popularidad de Macri está en el piso.
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El libro llegó como caído del cielo para el cicrcuito editorial y de libreros. Tras la primera hora de su puesta en venta, se acabaron los primeros 20.000 ejemplares, como mencionó el director editorial de Penguin Randomm House Argentina. Solo 12 días después, ya habían pasado por los 300.000 libros impresos. Un evento sin precedentes en el mundo editorial argentino.
Asimismo, con el libro vinieron varias noticias: que CFK no iba a recibir las ganancias por derechos de autor por el embargo que tiene, que esto confirmaba el lanzamiento a la presidencia, que con el libro ella mostraba que se ha vuelto más democrática, etc. Más allá de que algunas de las afirmaciones anteriores sean verdaderas o no, lo cierto es que las palabras pronunciadas durante la presentación mostraron que la expresidente es todo, menos una figura sin importancia en el panorama político de Argentina.
Préambulos y ambiente de la presentación
Hay que remarcar dos cosas antes de hablar sobre lo dicho por CFK. Primero, una feria del libro no suele atraer a políticos, periodistas y gente famosa en un solo día y menos a una misma sala. Segundo, tampoco suelen transmitir un conversatorio en el predio de la feria, ni en las afueras de ella por una calle pública. Todo esto sucedió el lanzamiento de Sinceramente.
Por un lado, se entregaron invitaciones especiales a personajes relevantes del mundo cultural y político argentino, sin las cuales no podían acceder a la sala Jorge Luis Borges, donde se llevó a cabo la presentación. Como afirma la página de la fundación del libro, organizadora de la feria, “El acceso al acto era con invitación especial, las que fueron cursadas directamente por la editorial y los organizadores. Entre los invitados hubo referentes de la cultura, políticos y periodistas”. Asi, como era esperado y como mencionó el Clarín, “sin la presencia de ningún gobernador peronista, la primera fila estaba reservada para referentes sociales, culturales y de Derechos Humanos- como Estela de Carlotto, Adolfo Pérez Esquivel, Teresa Parodi y Cecilia Roth- y el dirigente político Alberto Fernández”
Por otro lado, se pusieron pantallas gigantes en el predio donde se montó la feria, tanto al interior como al exterior al costado que colinda con la Av. Sarmiento. No hace falta decir que ambos lugares se llenaron de partidarios de Kirschner y peronistas. En el video oficial de la presentación, se muestran a hombres, mujeres y niños con banderas de argentina, con pañoletas azules con la firma de CFK, todos cantando barras en apoyo a la expresidente. Según Perfil, las autoridades policiales esperaban a 20.000 personas
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El discurso de Kirschner
Con toda esta audiencia y expectativa, comenzó el discurso de Kirschner. Sí, discurso, no conversatorio ni discusión. Incluso aunque a su lado se encontraba la presidente de la Fundación del Libro, Maria Teresa Carbano, y el director de Penguin Random House Argentina, Juan Boida, durante más de 30 minutos solo hablo Cristina. No hubo preguntas ni de los interlocutores, ni del público, ni tampoco conversación.
Contrario a lo dicho por Carbano al iniciar, “nuestra feria es un espacio para mutiples voces y es un escenario sin igual para los debates y nosotros consideramos que eso es bienvenido”, la presentación fue practicamente un monólogo.
Ahora bien, las palabras de CFK trataron sobre cómo surgió la idea del libro, de cómo fue el proceso de escritura y, sobre todo, de las anécdotas que llevaron a Kirschner a desarrollar ciertas ideas políticas. Por ejemplo, ella afirmó “En la última parte en el epílogo, hablo del populismo (…) es como que tenemos el cartelito, si pusiéramos acá (señalándose el pecho), si pusiéramos acá ‘populista’, yo sería una populista”, a lo que siguió un relato sobre los trabajos que se crearon por los Kirschner, como 2300 millones puestos que se abrieron después de la crisis del 2001.
Tampoco hizo falta la referencia a Perón y de la colaboración con empresarios durante sus mandatos. Al respecto, mencionó “Yo me acuerdo el pacto social de Perón y José Ber Gelbard Barrio, un gran dirigente empresario”, a lo que siguió la exhortación “Nos hacen falta también dirigentes empresarios de esta magnitud, nos hacen falta dirigentes que piensen a la empresa como un instrumento de desarrollo del país y no solamente como instrumento de su desarrollo personal”. Afirmaciones como esta le daban un mayor tono de discurso político.
Es más, no solamente recordó la época peronista, sino que también lanzó su juicio sobre lo que Argentina necesita en ese momento. Después de comentar que “por supuesto que nadie en épocas de discursos de unidad, de grandes acuerdos, entre sectores políticos, diligénciales, sociales, sindicales, nadie puede estar en desacuerdo con estos enunciados”, CFK enunció lo que para ella es la solución para el momento de crisis actual “permitanme decirles que va a ser necesario algo más: un contrato social de todos los argentinos y de todas las argentinas, con metas verificables, cuantificables, exigibles”, hasta le puso título “Contrato social de ciudadanía responsable”
Con lo anterior, por si quedaban dudas, la expresidente convirtió la presentación de un libro en un discurso politico en el que empezó a lanzar sus juicios e ideas para su esperable lanzamiento a la presidencia, el cual se creía que iba a suceder ese día. Como mencionaron algunos de los invitados, es probable que ella espere al ultimo día de inscripción a las 11:45 para anunciarla.
Por último, hay que rescatar el llamado al diálogo que ella busca con su libro. “Quiero sinceramente que este libro le sirva a los argentinos como un instrumento de discusión, de debate (…) es simplemente un instrumento para discutir, para debatir, y a partir de la experiencia, porque lo que decimos ahí no lo decimos en un congreso de filo”, expresó ella sobre el objetivo de su libro. Ojalá la misma actitud continúe cuando sucedan los debates de presidenciales.
LatinAmerican Post | Juan Gabriel Bocanegra
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