Ucrania: La negociación por la paz no es vista como una prioridad en el gobierno
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, no considera adecuado, por ahora, retomar diálogos de paz con el gobierno ruso debido a que se han realizado varios golpes en combate que pueden llevar a las milicias ucranianas a la victoria social y territorial.
Foto: TW-ZelenskyyUa
LatinAmerican Post | David García Pedraza
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Read in english: Ukraine: The Negotiation for Peace Is Not Seen as a Priority In the Government
La ofensiva ucraniana contra el ejército ruso poco a poco está dándole una paulatina ganancia al gobierno de Kiev en cuanto a recuperación territorial se refiere. Los movimientos tácticos de las Fuerzas Militares de Ucrania han hecho que los bastiones rusos tomen distancia a tal punto de considerar victoriosa la remontada que se le ha dado a Moscú.
Con estos resultados para Ucrania, el presidente Zelenski está en medio de una encrucijada diplomática: seguir buscando la paz con su vecino ruso o continuar con el conflicto dado los triunfos que ha tenido el brazo militar de su nación. Sin embargo, a pesar de las consignas de paz por parte de occidente, Zelenski se estaría inclinando por la segunda opción: la continuidad de la guerra.
Un cambio de postura: una fórmula para despistar
Hace una semana, durante la cumbre del G20 en Bali, Indonesia, el presidente ucraniano Volodímir Zelenski se dirigió a la comunidad de los 20 países más influyentes económicamente del mundo. Explicó su propuesta de paz a Rusia, la cual consta de 10 puntos, siendo los prioritarios la liberación de prisioneros, la seguridad nuclear y el retiro de las tropas rusas.
La propuesta en su totalidad causó tanto malestar en el Kremlin que su respuesta fue un bombardeo a territorio ucraniano por parte de Moscú. No obstante, Zelenski, al prever esto, sigue firme en la ofensiva que se realiza contra las tropas rusas en la soberanía ucraniana.
Viendo los avances que desde septiembre ha tenido el ejército ucraniano y los voluntarios al mismo, Zelenski estaría apostando por el fin del conflicto por la fuerza, más no por medio de negociaciones con la delegación rusa. Una muestra de esto es la ayuda que sigue recibiendo por parte de Estados Unidos, donde el país norteamericano continúa enviándole armamento a Kiev.
La población ucraniana parece estar de acuerdo con este nuevo rumbo que tomaría el gobierno, según Gallup, el 70% de encuestados apoya la guerra hacia la victoria, mientras el 26% está más alineado con apuntar a las negociaciones de paz.
Finalmente, un acto de "bajar la guardia" sería el responsable de que Zelenski no considere entablar diálogos con su contraparte rusa debido a que es posible inferir que considera que al sentarse a la mesa, Moscú aprovecharía esa maniobra para construir una mejor táctica de ataque que le permita avanzar y conquistar territorio ucraniano mientras los diplomáticos intentan apaciguar el conflicto.
Igualmente, Ucrania puede ver con poco optimismo una salida negociada. Esto, debido a que desde 2014, luego de la anexión de Crimea y la guerra contra milicias prorrusas en el Dombás, la salida negociada con Moscú ha sido ineficiente. Zelenski entiende que Rusia es una negociante difícil y no cederá fácilmente a un acuerdo que parezca una derrota.
El diálogo, esta vez, no es una opción para Ucrania
Las constantes retiradas de Rusia, como una clara derrota de la conquista temprana de territorio ucraniano, ha deducido la posibilidad que Kiev pueda preservar su soberanía y recuperar la que poseía en 2014, cuando Rusia se anexionó a Crimea. Lo anterior, fundamentado en un referendo donde la opción "pertenecer a Rusia" obtuvo la victoria con más del 95% de los votos, participando más del 57% de la población apta.
La idea de recuperar las fronteras que tenían ambas naciones antes del 2014 es una idea muy utópica de parte de Kiev, a la cual Moscú mira con detenimiento debido a que hay escasos, pero posibles escenarios, en donde Crimea podría volver a ser parte de la soberanía de Ucrania.
Con la urgencia que tiene Zelenski para que Ucrania sea aceptada en la OTAN y en la Unión Europea, esta primera alianza continental, se envió una solicitud de acceso rápido a finales de septiembre. Sin embargo, esta fue negada debido a que los 30 miembros deben aprobarla, por unanimidad. En el caso de la Unión Europea la situación está en un constante ‘veremos’.
Rusia también intenta repeler el avance que Ucrania ha tenido en las últimas batallas debido a que si Ucrania finalmente logra ingresar a la OTAN, Kiev tendría el espaldarazo de 30 naciones para defender el territorio conquistado por Moscú e intentar recuperar las fronteras de 2014, siendo así la mayor victoria para Kiev y la peor derrota para Putin. No obstante, esto podría escalar el conflicto a una posible guerra nuclear, aspecto que intentan evitar ambas partes.
Elecciones definidas por resultados en el campo de batalla
Tanto Rusia como Ucrania tendrán elecciones presidenciales de 2024. Los resultados de la guerra entre ambas naciones, y la coyuntura que se vive desde febrero de 2022, serán cruciales para, por un lado, definir una posible reelección de Putin para el periodo 2024-2030 y en el caso de Zelenski también aplicar a ser reelecto para el término 2024-2029.
Podrían presentarse tres escenarios dependiendo de cómo se desarrolle la guerra hasta el 2024, en caso de que se extienda durante los dos años siguientes. El primero es que queden reelegidos Putin y Zelenski, gracias a sus capacidades de afrontar el conflicto y crear un ‘status quo’ de la situación. El segundo es que solamente uno de los dos sea reelegido y en ese caso podría existir la posibilidad de desescalamiento de la guerra o del efecto contrario, (habría que ver cuál corriente política impera en cada país, en donde, seguramente, tomarán la solución a la guerra como batuta para ganar las elecciones). El tercero, en donde ninguno de los dos sea reelecto y dos nuevos dirigentes tomen el bastión de sus fuerzas militares.
Para cada uno de estos escenarios, será vital lo que ocurra en la guerra. Al parecer, un conflicto activo favorecería a ambos mandatarios, ya que en tiempos de guerra, se suele mirar de cerca a los líderes, más cuando van ganando. Pero también, ante una eventual salida diplomática, tanto Putin como Zelenski tendrían que ceder. El problema es saber hasta qué punto.
Si Ucrania cede soberanía en Crimea o los territorios recientemente anexados, Zenelnski quedará en la historia en el presidente que entregó la mitad del territorio. Por su parte, luego de escalar el conflicto y de las vidas humanas perdidas, si Putin no sale con, por lo menos, Crimea y una promesa de no adhesión de Ucrania a la OTAN, quedará como el presidente que malogró recursos y vidas humanas a cambio de nada.
Por ahora, Zelenski y Putin intentan acaparar victorias, escatimar derrotas y esperar a la decisión de la OTAN, organización clave que abrirá un nuevo capítulo en este conflicto que aqueja a Europa del Este, sus alrededores y al mundo entero desde hace ya nueve meses.