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América Latina: ¿qué secuelas dejaría una guerra nuclear?

Esta es una proyección de las consecuencias ambientales, políticas y socioeconómicas que tendría un conflicto de ese calibre en la región

América Latina: ¿qué secuelas dejaría una guerra nuclear?

Aunque pareciera más un guion de película post-apocalíptica que un artículo, le recordamos a nuestros lectores que décadas atrás nadie imaginaría un par de guerras de escala global, en donde la segunda llegó a culminar con la devastación de dos ciudades japonesas a manos de armamento nuclear lanzado por Estados Unidos. Han transcurrido más de 70 años después de ese último conflicto armado mundial y al ver los avances en investigación y tecnología atómica a lo largo de todo este tiempo, no podemos hacer otra cosa que preguntarnos, ¿qué sucedería en Latinoamérica luego de una guerra nuclear?

Si el conflicto bélico llegase a desatarse dentro de la misma América Latina, México, Argentina y Brasil serían los primeros países en levantar la mano al hablar de armamento nuclear. Por una parte, Argentina tiene un largo historial en investigaciones de la energía atómica, mientras que México cuenta con toneladas de uranio y plutonio, el cual se ha negado a entregar a Estados Unidos a pesar de su insistencia desde el año 2012. Brasil tuvo un programa nuclear y actualmente cuenta con grandes reservas de uranio.    

Una vez desatada la guerra, las consecuencias serían imparables. El continente se vería afectado por el enrarecimiento de la atmósfera y la severa erosión del suelo de cultivo, lo que afectaría dramáticamente a la producción de alimentos básicos, como el maíz y el frijol. Como consecuencia de los bombardeos, la capa de ozono se vería reducida a un grado tal, que las quemaduras y cáncer en la piel estarían a la orden del día. Pero antes, tendría lugar el llamado “invierno nuclear”, en el cual la temperatura de la atmósfera descendería de manera abrupta para quedar entre 10 y -50 grados centígrados. Esto también afectaría terriblemente a los cultivos y a la vida vegetal en general. Lugares como la selva del Amazonas y todas las reservas naturales verían su fin en cuestión de días. Además, dependiendo de la intensidad de las explosiones atómicas, terremotos y tsunamis se harían presentes en casi todas las ciudades habitadas por latinos.

La extinción de la vida en el continente sería una realidad fehaciente: la radiación desprendida de las detonaciones atómicas bastaría para aniquilar a la mitad de la población cercana al lugar del suceso (adultos en su mayor parte). No hay infraestructura ni plan de contingencia para solventar una catástrofe de esta magnitud, ni tampoco se conoce algún tipo de bunker o edificación similar en Latinoamérica para resguardarse de los estragos de una guerra atómica.

 

 

Latin American Post | Rubén Ricardo Rey

Copy edited by Laura Rocha Rueda

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