AMÉRICAS

Una guerra sin edad: así ha sido el reclutamiento de niños en Colombia

“Mediante persuasión y coacción, grupos guerrilleros y paramilitares reforzaron sus ejércitos con menores de edad”, explica el Centro Nacional de Memoria Historica

Una guerra sin edad: así ha sido el reclutamiento de niños en Colombia

Un revelador informe publicado por el Centro Nacional de Memoria Histórica en Colombia evidenció que en las últimas 5 décadas un total de 16.879 niños, niñas y adolescentes fueron reclutados por grupos guerrilleros y paramilitares para hacer parte de sus filas y combatir contra las autoridades durante la época de mayor conflicto en el país sudamericano.

El informe se titula ‘Una Guerra sin Edad’ y en sus 684 páginas publica los métodos de reclutamiento utilizados y los principales responsables del flagelo. La radiografía que se conoce en medio del diálogo político entre el gobierno y grupos como las FARC y ELN, exhibe la participación que estas organizaciones insurgentes tuvieron respecto al ‘enlistamiento’ de menores desde los años 60 y hasta 2016.

De acuerdo con resultados arrojados por el estudio, el antiguo movimiento guerrillero FARC y ahora partido político fue la agrupación que más reclutaciones llevó a cabo durante los 50 años observados con un 54% del total de niños incorporados, seguido por los paramilitares con el 24% y el ELN con el 10%.  

Según recoge el estudio, entre 1997 y 2005 fue la época en que más se intensificó el reclutamiento de menores en el país, con un total de 9.199 niños vinculados a grupos rebeldes. Esta temporalidad coincide con la intensificación del conflicto armado en Colombia y los planes tomados por el estado para combatir la insurgencia. También concuerda con el período en que Rodrigo Londoño alias ‘Timochenko’, antiguo cabecilla de las FARC y ahora candidato a la presidencia de Colombia, se desempeñó como jefe de personal y encargado de fortalecer el músculo armado de la organización criminal.

Durante estos ocho años (1997 – 2005), las FARC unió a sus filas el 45% de los 9.199 niños reclutados, como parte de un plan para crear nuevos bloques en Magdalena Medio y Cundinamarca y aumentar el número de combatientes en su ejército. Los paramilitares siguieron al grupo terrorista reclutando el 43% de menores y el 12% restante habría sido llevado hacia el ELN o se encuentra en el rango de imposible cuantificación.

Entre persuasión y coacción

Los grupos insurgentes intentan librar responsabilidades al afirmar que “nadie en sus filas está contra su voluntad”. Incluso el ELN ha manifestado que obligar a las personas a pertenecer a su organización es contraproducente y puede convertirse en un factor debilitador. Sin embargo, sus tácticas de reclutamiento y adoctrinamiento se convierten en armas letales contra las poblaciones vulnerables.

De acuerdo con el informe ‘Una Guerra sin Edad’, la mayoría de los menores reclutados no son vinculados a los grupos insurgentes a la fuerza. El 40% de los niños habían ingresado bajo la modalidad de persuasión, el 11% bajo coacción y del 49% restante no se conoce información precisa.

En la modalidad de persuasión, los menores son adoctrinados o se les ofrece algo a cambio de vincularse a la actividad ilícita. En el caso de los paramilitares, se ofrecen sumas de dinero a cambio “trabajo”. En cuanto a la guerrilla, esta práctica es evidenciada cuando se le ofrece al menor o a las familias, educación, alimentación y “mejores condiciones” de vida por pertenecer al grupo en particular.

La coacción en cambio se lleva a la práctica cuando los menores son reclutados porque las familias no pueden pagar préstamos ‘gota a gota’ (en el caso de los paramilitares) o dejan de entregar cuotas de guerra cobradas por la guerrilla.

Un día de entrenamiento es suficiente

En los 56 años de conflicto estudiados por el Centro de Memoria Histórica, el 71% de los reclutados han sido niños, el 26% niñas y del 3% restante no se conoce información específica. En las filas hombres y mujeres pueden empuñar las armas y pertenecer a las líneas de combate, pero son en su mayoría los niños los que cumplen tales funciones.

Como lo resalta el estudio, las niñas se vinculan en mayor volumen a la guerrilla, en donde pueden cumplir funciones de administración del dinero, comida, acercamiento a la comunidad, nuevos reclutamientos, labores de información y favores sexuales.

Los menores reclutados pasan por ‘escuelas’ de entrenamiento en donde en tan solo un día pueden ser capacitados para desempeñar funciones. Esto sucede especialmente con los grupos paramilitares, quienes con la entrega del arma al menor y subsecuente instrucción de uso ya pueden empezar a ‘trabajar’. Por su parte las guerrillas pueden contar con un entrenamiento a niños reclutados que va desde los tres hasta los cinco meses.

‘Una Guerra sin Edad’ se convierte en la radiografía más completa sobre la utilización de menores en el conflicto armado en Colombia. Aunque aún quedan muchas incógnitas sobre el número exacto de niños, las razones y los métodos por las cuales fueron vinculados a las organizaciones armadas, se puede evidenciar, como la manifiesta la asesora del Centro de Memoria Histórica, María Emma Wills, que: “Todos los ejércitos legales o ilegales lo saben, mientras más joven es el recluta más aprende a obedecer, más rentables son sus vulnerabilidades”.  

 

Latin American Post | Krishna Jaramillo

Copy edited by Laura Rocha Rueda

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