Según declaraciones del presidente Nicolás Maduro, se encontraba listo para firmar un “preacuerdo” establecido en las mesas de diálogo en República Dominicana

Como una variante casi fija, la situación en Venezuela sigue siendo crítica. Aunado a la escases de insumos básicos como alimentos y medicamentos, la disputa política sigue siendo un tópico álgido en el país sudamericano; esta vez el foco se centra en los diálogos que han sostenido el Gobierno y la oposición en República Dominicana, donde buscan conciliar diferencias y llegar a un acuerdo que beneficie a ambas partes.

El punto de este nuevo desacuerdo entre ambos movimientos sociales se ha producido tras el asesinato del exfuncionario CICPC Oscar Alberto Pérez, en lo que fue denominado como “la masacre del Junquito”, donde, según analistas internacionales de DDHH, hubo violación de diferentes tratados y derechos que tenían las víctimas de este lamentable hecho.

Adicional al ya complicado panorama que se vivió durante la semana anterior en suelo venezolano, el ministro venezolano del Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, aseguró que la coalición de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) colaboró en la ubicación del expiloto Pérez, hecho que ocasionó la decisión por parte del grupo opositor de no acudir a la cuarta ronda de la mesa de negociación que había sido pautada para el jueves 18 y viernes 19 de enero.

Las reacciones del Gobierno no se hicieron esperar y, su máximo representante, el presidente Nicolás Maduro, amenazó que será “peor” para la oposición abandonar el dialogo, añadiendo que si eso ocurre, el continuara con sus planes. A su vez arremetió contra esta fracción de la MUD acotando que no asistieron a la mesa de negociación, por órdenes del “imperialismo y la derecha mundial”.

Otro de los puntos resaltados por parte del mandatario venezolano es que ya se encontraba listo para firmar un “preacuerdo” que había sido propuesto por los cancilleres que han sido garantes de las negociaciones, aunque hay que destacar que estos detalles aún se encuentran en discusión.

Es de señalar que este “preacuerdo” consta de siete puntos, entre ellos, la oposición exige cambios en el Consejo Electoral para garantizar un proceso de sufragio transparente en las votaciones presidenciales a celebrar este año; la restitución de los poderes de la Asamblea Nacional (AN), parlamento donde la MUD tiene la fracción mayoritaria; la liberación de los presos políticos y la apertura de un canal humanitario donde se garantice la llegada al país de alimentos y medicinas.

La petición por parte de los negociadores del Gobierno venezolano es el levantamiento de las sanciones económicas internacionales contra el gabinete presidencial y el reconocimiento de la Asamblea Nacional Constituyente, órgano plenipotenciario del cual sólo hacen parte oficialistas, lo que ha causado el desconocimiento del organismo por parte de numerosos gobiernos y por supuesto del grupo de oposición.

Es importante destacar que, según afirmaciones de la oposición, no todos los puntos del diálogo han sido acordados como insiste Maduro, alegando que tanto las elecciones, como el destino de la asamblea constituyente, siguen “trancados” en la mesa.

Añadido a las tensiones ya presentes en la disparidad ideológica de ambos sectores, el ministro venezolano de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, explicó que ocasionado a la ausencia por parte de la oposición venezolana en la mesa de diálogo, ya no pueden llevarse a cabo los puntos acordados en las reuniones anteriores donde se había discutido las garantías para el proceso electoral con acompañamiento de observadores internacionales y las comisiones de trabajo para hacer frente a la situación económica y la apertura de un canal humanitario.

¿Qué pasará con los diálogos?

Según el Canciller Dominicano, Miguel Vargas, debido a la falta de la presencia de todas las partes, es difícil acordar una fecha concreta para efectuar la próxima reunión y poder reanudar el dialogo, puesto que los participantes deben estar de acuerdo en cuanto a la fijación de las agendas.

Mientras tanto, gran parte de la comunidad internacional, entre ellos el Vaticano en cabeza del Papa Francisco y los Gobiernos de Estados Unidos, Rusia y China, más organismos internacionales como la Unión Europea y el Mercosur se han pronunciado a favor de un entendimiento entre ambas partes y abogan por el dialogo y la negociación.

Latin American Post | Julio Abella
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