ANÁLISIS

Colombia: Cuando la minoría se convierte en democracia

Las elecciones legislativas siempre han estado marcadas por el gran abstencionismo a la hora de votar 

Colombia: Cuando la minoría se convierte en democracia

Colombia es una nación que tiene como forma de gobierno al modelo presidencialista, con un aceptable equilibrio de poderes, de índole democrática y con las tres ramas del poder público: Ejecutiva, Legislativa y Judicial. El país, al tener a la democracia como la gran electora de sus decisiones políticas, económicas y sociales, asume que el principal órgano gubernamental es el Congreso de la República, en el que básicamente se realizan las leyes que rigen a toda la ciudadanía colombiana, y es allí donde se presenta el primer problema democrático del país: El imaginario común de los colombianos dicta que la principal figura política de la nación es el presidente, para sorpresa de muchos, esa rol lo tienen los 268 legisladores (102 senadores y 266 representantes a la Cámara).

A pesar de que el presidente de Colombia es el jefe de Estado y de Gobierno del país, al momento de presentar este dirigente un proyecto de ley, y una que otra sentencia o propuesta, en varias ocasiones, no se avala hasta que el Congreso la haya aprobado, por tal motivo al presidente le conviene que el Senado y la Cámara de Representantes estén con una mayoría absoluta para que el este pueda llevar a cabalidad sus proyectos, una mayoría algo difícil de alcanzar en Colombia, ya que se tienen 12 partidos con personería jurídica y 3 de minorías étnicas, gracias a la Constitución Política de 1991 que abrió el espacio para que hubiese más representación democrática, representación que antiguamente sólo obtenían los partidos tradicionales de Colombia que eran el Partido Conservador y el Partido liberal.

Sin embargo, sin importar que se tiene gran diversidad de elección para que cada colombiano elija quien quiere que lo represente ante el Congreso de la República, otro factor que no ayuda a que el ciudadano participe en los comicios electorales legislativos es el tarjetón; lo extenso del tamaño de la papeleta, además de encontrar el logo del partido y finalmente marcar con una ‘’X’’ el número del candidato, hace que al colombiano de a pie le dé pereza ir a votar, en primera instancia porque no ha habido cierta pedagogía a la hora de explicar cómo votar por uno u otro candidato aspirante al Congreso y en segunda instancia porque no se ha simplificado el tarjetón electoral, debido a que Colombia exige la lista abierta para saber por quién se está votando, lo que significa que se debe votar por una persona aspirante, más no por un partido político en general. Cabe aclarar que existen dos tarjetones en Colombia a la hora de votar por el Congreso, uno por el Senado y otro por el representante a la Cámara.

En las últimas elecciones a Congreso, Colombia alcanzó el abstencionismo del 56.42%, sólo poco más del 40% eligió a los congresistas que se tienen hoy en día, y cuya renovación se dará este año, ya que el próximo 11 de marzo tendrán lugar las elecciones legislativas en el país suramericano; y por lo que se evidencia, el abstencionismo puede igualarse e incluso superarse ya que la mayoría de colombianos aún no saben cómo votar en estas elecciones, o en casos puntuales, no les importan estos comicios.

 

Latin American Post | David García 

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