Colombia ya no se puede dar el lujo de ignorar a Asia
Históricamente, el país ha privilegiado a Estados Unidos y Europa con su política comercial, pero un mercado de 4.463 millones exige ser prioridad
La firma de los tratados de libre comercio con Estados Unidos y la Unión Europea no ofrece términos favorables para el desarrollo de Colombia. Negociar la apertura de mercados con países que practican el proteccionismo hacia adentro, pero pregonan lo contrario hacia afuera, ha sido uno de los más grandes errores de la política exterior colombiana en los últimos años, es un freno al desarrollo.
En su última cumbre como presidente de Colombia, Juan Manuel Santos representó a la nación en Puerto Vallarta, México, sede de la XIII Cumbre de la Alianza del Pacifico. Allí, el presidente recalcó el rol de la institución cómo responsable para combatir la ola de proteccionismo que azota los mercados del norte, particularmente como resultado de la gestión de Donald Trump, un arancelario ávido, y el precedente sentado por el Brexit en Europa, algo que Santos minimizó llamándolo un ‘panorama internacional confuso’.
La posición de Santos frente a la Alianza del Pacifico ha sido acertada, ante la mercancía subsidiada proveniente de Estados Unidos y Europa, no hay cómo competir. Colombia y América Latina deben reagruparse, y recalcular su ruta.
Por esto, Santos fue enfático en demostrar el interés de Colombia por hacer parte del CCTPP, la nueva imagen del ya difunto Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP) adoptada al tener que continuar sin la firma de los Estados Unidos. Ingresar al tratado, que involucra a 11 países de Asia y América, sería la tarjeta de presentación perfecta para que Colombia ingrese a los mercados de oriente, que ofrecen términos de intercambio más favorables para el desarrollo de la economía colombiana.
El tratado de libre comercio con Corea del Sur, que entró en vigor en 2016, fue en este sentido uno de los mayores logros de la presidencia de Juan Manuel Santos, pues más allá de los resultados que haya alcanzado en dos años de historia, sentó un precedente importante para que Colombia comience a participar en los mercados asiáticos, con o sin el CCTPP. Ya adentrados en el siglo XXI, debe ser inaceptable que en 2016 haya llegado el primer tratado de integración comercial de Colombia con algún país asiático.
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Existen dos razones principales por las que vale la pena intensificar el comercio con Asia por encima de los Estados Unidos y Europa. En primer lugar, el tamaño del mercado, 1.100 millones de posibles consumidores en Europa y Estados Unidos de verdad no tienen como competir contra los 4.463 millones de posibles consumidores en Asia, el sólo tamaño de la región hace que ignorarla comercialmente como se ha hecho hasta la fecha.
En el primer trimestre de 2018, Colombia exportó más a Santa Lucía, una isla de 617 kilómetros cuadrados en el Caribe (248 millones de dólares), que a Japón (223 millones de dólares). A Corea del Sur, el principal socio comercial de Colombia en el continente asiático, se exportó un total de 257 millones de dólares, solo 9 millones más que a Santa Lucía. Sí, hay mercado para 248 millones de dólares en productos colombianos en una isla caribeña de apenas 185.000 habitantes, duele la cabeza con imaginarse lo que se puede llegar a exportar a una isla de 127 millones de habitantes como Japón.
La segunda razón principal por la que Asia debería ser central en la estrategia comercial de Colombia es el creciente poder adquisitivo de su enorme población. En el año 2001, el gasto combinado de la población asiática, excluyendo a Japón, en compras al por menor fue de un billón de dólares, apenas 41,6% de lo que se gastó en los Estados Unidos en el mismo año. Sin embargo, en 2016, las compras combinadas de los asiáticos ascendieron a 6,6 billones de dólares, cifra que excede con creces el gasto de los estadounidenses, que sumó 3,9 billones en el mismo periodo.
Como última consideración, vale la pena ponerle el ojo a Asia más allá de lo comercial. Países como Corea del Sur y Taiwan guardan claves para el desarrollo, pues implementaron estrategias de política industrial y comercial que les permitieron dar el salto hacia los altos ingresos y la equidad. La pegajosa trampa del ingreso medio de la que Colombia y América Latina no pueden escapar, ya ha sido superada en algunas regiones del continente asiático. Sólo 13 países en el mundo han logrado sostener un crecimiento del PIB per cápita anual mayor al 7%, 9 de ellos están en Asia, y sólo uno en América Latina. Queda claro que saben algo que nosotros no sabemos, algo que vale la pena estudiar, y sus aciertos, emular.
Latin American Post | Equipo Editorial