ANÁLISIS

Economía del Comportamiento: el futuro es más simple

Este concepto es más parecido a la psicología que a las matemáticas

Economía del Comportamiento: el futuro es más simple

Read in English: Behavioral Economics: the future is simpler

La economía del comportamiento se puso de moda en los principales círculos de la economía luego que Richard Thaler y Daniel Kahneman ganasen los premios Nobel de economía en 2002 y 2017. Dicha rama de la economía hace equipo con la psicología para proveer un acercamiento más realista a la ciencia de las decisiones humanas.

Lo que sabemos hasta ahora

El mundo de hoy está hecho a la imagen del modelo neoclásico. Nuestro modelo actual define a la economía como la ciencia que estudia como los individuos, corporaciones o cualquier grupo social toma decisiones y asigna recursos escasos.

Bajo nuestro modelo económico, los agentes se idealizan como “racionales”. La racionalidad implica que los individuos siempre actuarán buscando sus mejores intereses y que, en caso de cometer un error, su entorno le guiará al proveer la información necesaria para alcanzar el equilibrio o la respuesta correcta.

La definición de “lo que me interesa” se describe para los teoristas neoclásicos bajo la “función de utilidad”, una forma de racionalizar los placeres a los que se accede a través del consumo de cualquier bien o servicio. La teoría dice que un individuo siempre sabe lo que disfruta, que sabe elegir entre opciones sin importar su orden y que siempre querrá consumir, pero, entre más consuma, menos disfruta.

Otra condición de nuestro modelo económico actual asume que somos pacientes, que nuestra valoración del riesgo es dada y que solo pensamos en nuestro interés personal. La teoría neoclásica termina por afirmar que nosotros siempre tenemos información perfecta sobre nuestro entorno sin importar la situación en que nos encontremos.

¿Qué aporta la economía del comportamiento?

La economía del comportamiento no busca cambiar la definición del estudio de la economía, busca profundizar su aplicación al considerar variables que tradicionalmente son descartadas de la inspección analítica. Richard Thaler señala que la economía de comportamiento no compite con el modelo neoclásico, lo complementa.

La nueva escuela de la economía hace grandes rupturas respecto al ideal económico planteado por los neo clásicos. Hoy en día, se considera que no todos los seres humanos son genios, que la humanidad carece de autocontrol y que nuestra capacidad de procesar información no es perfecta; se considera que las emociones afectan las decisiones y que, ocasionalmente, actuamos en beneficio desinteresado de otros, algo que el modelo actual no comprende.

Adicionalmente, hoy existe evidencia que la aversión al riesgo no es constante, sino que esta fluctúa con las emociones; entendemos que las neuronas se comportan de forma diferente cuando se trata de beneficios a corto plazo que a largo plazo.

Los aportes de la economía del comportamiento a la sociedad se dan a través de “nudges”, sugerencias indirectas que permiten persuadir al agente destino de realizar acciones predeterminadas.

Nudge

Bajo el modelo neoclásico, la forma de decir las cosas no afecta al resultado final. La economía del comportamiento desafía esa premisa. Imagine que un paciente está siendo examinado por un doctor ante una posible enfermedad. Al momento de entregar los resultados, el profesional podría decir dos cosas:

 

  1. Usted tiene una probabilidad de morir del 20%
  2. Usted tiene una probabilidad de vivir del 80%

A pesar de significar lo mismo, la respuesta a) va a despertar miedo en el paciente mientras que b) despertará esperanza. Organizaciones como BMC Medic Ethics usan nudges con el objetivo de generar guías de comunicación bajo las cuales los doctores pueden mantener una relación positiva con su paciente que permite la cooperación necesaria para conducir a soluciones eficientes.

Los nudges no tienen una explicación en el modelo económico tradicional, pero su aplicación no puede ser pasada por alto pues esta está cambiando las dinámicas del mundo en el que vivimos a un paso acelerado.

 

 

Latin American Post | David Eduardo Rodríguez Acevedo

Copy edited by Susana Cicchetto

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