El auge de las telecomunicaciones en Perú: de monopolio a motor económico
El sector de las telecomunicaciones en Perú ha pasado de contribuir con el 1,6% del PIB en 1994 al 5,1% en 2023, convirtiéndose en un motor crucial para los negocios, la educación y el empleo, según un informe del Instituto Peruano de Economía (IPE).
El sector de las telecomunicaciones en el Perú no sólo ha crecido, sino que se ha transformado. En las últimas tres décadas, ha pasado de contribuir con un modesto 1,6% a un significativo 5,1% del PIB del país en 2023. Este crecimiento no solo ha posicionado a las telecomunicaciones como un motor vital para el desarrollo empresarial, la educación y el empleo, sino que también ha inspirado una nueva ola de progreso económico en el Perú.
El informe del IPE destaca la productividad del sector, señalando que el PIB por trabajador en telecomunicaciones fue once veces mayor que el del resto de la economía en 2023. Además, los trabajadores del sector de telecomunicaciones obtuvieron ingresos un 78% superiores al promedio de otros sectores de servicios. . Este impacto sustancial se atribuye al aporte directo del sector al PIB y a sus beneficios “transversales” en diversas áreas de la economía, según destacó el gerente general del IPE, Carlos Gallardo.
Gallardo explicó a Efe que las telecomunicaciones han revolucionado las operaciones comerciales de las pequeñas y medianas empresas (pymes), las plataformas de entrega digital y los servicios de taxi basados en aplicaciones. Más allá de estos sectores visibles, las telecomunicaciones también han impactado significativamente industrias críticas como la minería, que representa casi el 10% del PIB del Perú, y las aplicaciones agrícolas.
Cambios legislativos allanando el camino
El auge de las telecomunicaciones en Perú comenzó en 1990 tras la derogación de una ley que establecía un monopolio estatal sobre el sector y prohibía la participación privada. Este cambio regulatorio permitió a Telefónica ingresar al mercado peruano en 1994 con una inversión de $2.002 millones, marcando un importante punto de inflexión para el país.
En 1994, el tiempo medio de espera de una línea telefónica era de 3.540 días. En 1998, esto se había reducido a sólo 16 días. El costo de la conexión cayó drásticamente, de 1.500 dólares en 1993 a 170 dólares en 1998. El número de trabajadores en el sector aumentó de 13.000 en 1993 a 34.000 en 1998, y sólo tres de cada 100 hogares tenían línea telefónica en 1994.
“Antes de 1990 teníamos un sistema empresarial estatal. Esto cambió en los años 90 con el ingreso de Telefónica, que permitió la adopción masiva de diversas tecnologías”, destacó Gallardo durante la presentación del informe.
El estudio también revela que el sector de las telecomunicaciones ha generado 45.065 millones de soles (aproximadamente 11.800 millones de dólares) en ingresos fiscales para el estado y ha visto cerca de 20.000 millones de dólares en proyectos de inversión privada en los últimos 22 años.
Elena Maestre, presidenta ejecutiva de Telefónica del Perú, destacó que a cuatro años de su llegada, habían instalado un millón de líneas y sus esfuerzos por mejorar la conectividad no han cesado.
El impacto en la vida diaria y la industria
El impacto del sector de las telecomunicaciones en el Perú no es sólo económico, se trata de mejorar la calidad de vida. Ha hecho más accesible la comunicación y el acceso a la información, transformando la vida cotidiana en el Perú. Esta transformación es particularmente evidente en el auge de los servicios digitales y en la forma en que operan las empresas, lo que nos permite vislumbrar un futuro más conectado y conveniente.
Las telecomunicaciones han proporcionado a las pymes las herramientas para competir en una economía digital. Las plataformas de comercio electrónico, el marketing online y los sistemas de pago digitales han abierto nuevos mercados y agilizado las operaciones. De manera similar, el auge de los servicios de entrega digitales y los taxis basados en aplicaciones ha creado nuevos modelos de negocio, que ofrecen comodidad a los consumidores y nuevas fuentes de ingresos para los empresarios.
Las telecomunicaciones han facilitado el monitoreo avanzado y la eficiencia operativa en el sector minero, lo cual es fundamental para una industria que contribuye significativamente a la economía nacional. El uso de las telecomunicaciones en la agricultura ha mejorado la productividad mediante una mejor gestión de los recursos y el acceso a la información del mercado.
Garantizar un crecimiento continuo
De cara al futuro, Gallardo enfatizó que la evolución del sector de las telecomunicaciones en los últimos 30 años no fue accidental sino el resultado de importantes inversiones y esfuerzos políticos. “El futuro del sector no puede dejarse al azar y requiere una serie de reformas”, afirmó. Estas reformas incluyen ampliar la cobertura, equilibrar la calidad y la cobertura y optimizar la asignación de bandas de espectro.
También es crucial fortalecer el organismo regulador. Siguiendo las recomendaciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), es necesario reevaluar las funciones y poderes de la autoridad reguladora para garantizar que pueda supervisar eficazmente el crecimiento del sector y abordar los desafíos emergentes.
El futuro del sector de telecomunicaciones del Perú no pasa sólo por mantener su trayectoria de crecimiento; se trata de acelerarlo. Para lograrlo, debemos continuar innovando y adaptándonos, aprovechando nuevas tecnologías como 5G para mejorar la calidad del servicio y ampliar el alcance, particularmente en áreas rurales y desatendidas. Garantizar que los beneficios de las telecomunicaciones se distribuyan ampliamente será vital para sostener el desarrollo económico y mejorar la calidad de vida.
El papel de las telecomunicaciones en la educación también ha sido transformador. La pandemia de COVID-19 subrayó la importancia de la conectividad digital para el aprendizaje a distancia. Ampliar el acceso a Internet y mejorar la infraestructura digital en las escuelas será vital para los resultados educativos futuros y para garantizar que todos los estudiantes puedan tener éxito en un mundo digital.
El gobierno peruano y el sector privado deben trabajar juntos para crear un entorno propicio para la inversión continua en telecomunicaciones. Esto incluye políticas regulatorias transparentes y consistentes, incentivos para el desarrollo de infraestructura y apoyo a la innovación y el espíritu empresarial en la economía digital.
Contexto latinoamericano e implicaciones regionales
La historia de éxito de las telecomunicaciones del Perú es parte de una tendencia más amplia en América Latina, donde muchos países reconocen el papel fundamental de la infraestructura digital en el desarrollo económico. Las naciones de toda la región están implementando reformas e inversiones para mejorar la conectividad, impulsadas por la necesidad de competir en una economía digital global.
Sin embargo, aún es necesario abordar desafíos, incluidos obstáculos regulatorios, brechas de inversión y disparidades en el acceso entre áreas urbanas y rurales. Compartir las mejores prácticas y fomentar la colaboración regional puede ayudar a abordar estos problemas y acelerar el progreso.
El contexto regional también resalta la importancia de la inclusión digital. Garantizar que todos los ciudadanos, independientemente de su ubicación o estatus socioeconómico, tengan acceso a servicios de telecomunicaciones confiables y asequibles es esencial para un crecimiento equitativo. Los programas destinados a reducir la brecha digital, como los proyectos comunitarios de Internet y el acceso subsidiado para familias de bajos ingresos, pueden desempeñar un papel importante en el logro de este objetivo.
A medida que los países latinoamericanos continúan desarrollando sus sectores de telecomunicaciones, las experiencias de naciones como Perú ofrecen lecciones valiosas. Los beneficios de la conectividad digital van más allá del crecimiento económico e influyen en la educación, la atención sanitaria y la inclusión social. Al priorizar las inversiones en telecomunicaciones y fomentar un entorno regulatorio propicio, la región puede desbloquear nuevas oportunidades para la innovación y el desarrollo.
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El sector de las telecomunicaciones en el Perú ha evolucionado de un monopolio estatal a un componente dinámico y crítico de la economía. Importantes inversiones, reformas regulatorias y los incansables esfuerzos de las partes interesadas de la industria han impulsado esta transformación. A medida que el sector crezca, garantizar su sostenibilidad y sus beneficios de amplia base será esencial para la prosperidad futura del Perú. Las lecciones aprendidas de la experiencia del Perú también pueden servir de base para esfuerzos más amplios en toda América Latina para aprovechar el poder de las telecomunicaciones para el progreso económico y social.