En Colombia peligra el periodismo
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En un país como Colombia, coartar la libertad de prensa y expresión significa repetir el pasado
El proyecto de ley en Colombia, que revive la tarjeta profesional para periodistas, o credencial, como le quieren llamar ahora, no es más que una vuelta al pasado disfrazada de la palabra "garantías".
Read in english: Colombian journalism is in danger
La verdad es que el periodismo actualmente en Colombia es reconocido como un oficio, ni siquiera una profesión, sino un oficio. Esto se ha dado gracias a que el periodista, muchas veces, es mediocre y sensacionalista. Pero eso no es culpa del periodismo, sino de unos que lo desprestigian. Por eso, la misma labor se ha visto afectada.
A raíz de esta subvaloración que hay alrededor de la labor periodística, surge la idea de hacer algo para darle "garantias" a este oficio. La idea, según los ponentes del proyecto de ley, es que esta labor sea más valorada, y, asimismo, mejor paga.
En la conversación que tuvo el senador Jonathan Tamayo, uno de los principales ponentes del proyecto, en La W, se le oye recitando "es que hay que darle garantias a nuestros periodistas", "hay que hacerlos respetar". Una idea para cumplir esto: dejen al periodista trabajar.
Partamos de las dos principales propuestas: la credencial periodística y el Consejo Profesional del Comunicador Social
La Credencial Periodística
Es similar a la tarjeta profesional que existio hasta 1998. Ésta pretende ser una especie de "validación", que diga quién puede o no ejercer el periodismo.
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Esto, evidentememte, impediría que muchos, que hoy ejercen como periodistas, lo sigan haciendo, ya que para obtener la credencial hay que haber estudiado la carrera, entre otros requisitos. La idea, además, es que las principales empresas de medios soliciten esta tarjeta como requisito laboral.
Muchos dirán, erroneamente, que no importa, pues esto impediria trabajar como periodistas, mas no como columnistas. De esta forma, el abogado, cientifico, economista,etc., que quiera escribir una columna podria seguir haciendolo. Es verdad.
Pero ese no es el punto. El punto va más allá de eso. En la realidad de Colombia, un país que esta construyendo paso a paso la paz, es necesario que todos los sectores logren una convergencia. Los medios, al ser "democratizadores de información", son una herramienta para esto. Por ende, Colombia necesita de los periodistas, de todo tipo de periodistas.
Seguramente a mí, que sí estudié la carrera, me favorecería en la busqueda de trabajo. Pues tendría más puertas abiertas que otros. Sin embargo, de eso no se trata el periodismo. No se trata de egoísmos, se trata de un país que necesita conocer lo que pasa. Un país que vivió en medio de la guerra, y necesita conocer su pasado y su presente, para dejar de cometer errores.
El Consejo Profesional del Comunicador Social
Es un ente regulador, así es, regulador, que va a llevar un registro de las credenciales. Este consejo tendrá la potestad de aplicar sanciones a los periodistas que incumplan las normas que ellos mismos crearán. Suena absurdo unir en una misma oracion la palabra "regulador" y la palabra "periodismo". Pues se supone que el periodismo debe ser libre, precisamente, para poder hablar de ciertas cosas que en otros ámbitos, como el político, no se puede.
Si bien es verdad que a veces se desprestigia el campo por personas que se aprovechan de los medios, en general, quienes se desempeñan en esta labor tienen claros unos principios fundamentales, y no necesitan un "ente regulador". Mucho menos alguien que los sancione porque, ¿quién va a determinar a quién se sanciona y cómo?
Todo este asunto me lleva a pensar en el pasado. Un pasado que no viví, pero que enseñan en las clases de periodismo. Un pasado que enseñan porque no se debe repetir, porque iba totalmente en contra de la libertad de prensa y de expresión.
En Colombia, la censura se ha vivido en muchas oportunidades: en la época de "La Violencia", en la dictadura de Rojas Pinilla, en el auge del narcotráfico y de Pablo Escobar. Esta censura puede que no sea igual a esta, pero, al fin y al cabo, termina por censurar.
No por nada las grandes organizaciones de periodismo en Colombia se han quejado del proyecto, no por nada la ley anterior fracasó, no por nada los países que tienen este tipo de leyes han reaccionado en contra.
LatinAmerican Post | Juliana Rodríguez