En Ecuador Noboa debería centrarse en gobernar, no en la reelección
A un año de su mandato, el presidente ecuatoriano Daniel Noboa enfrenta crecientes desafíos económicos y de seguridad. En lugar de priorizar la reelección en 2025, debería concentrarse en resolver estos problemas urgentes y garantizar la estabilidad antes de buscar un mandato completo.
El estado de Ecuador bajo el liderazgo de Noboa
Daniel Noboa, elegido como el presidente más joven de Ecuador a los 35 años, asumió el cargo en medio de una grave crisis económica y social. Su elección siguió a la salida anticipada del expresidente Guillermo Lasso, y Noboa heredó una nación lidiando con importantes crisis financieras, energéticas y de seguridad. El déficit fiscal de Ecuador era de aproximadamente 4.800 millones de dólares, lo que equivalía al 5% de su PIB. Noboa describió el estado de la nación como “destruido”, con escasez de energía que provocaba cortes de electricidad prolongados, a veces de hasta diez horas diarias. El impacto económico es considerable, ya que cada hora de apagón le cuesta a Ecuador un estimado de 12 millones de dólares.
Si bien Noboa ha hecho esfuerzos loables para estabilizar el entorno político de Ecuador al negociar acuerdos con la Asamblea Nacional, la situación sigue siendo precaria. Muchos de los problemas fundamentales del país persisten, y el enfoque de Noboa en la reelección podría distraerlo de abordar estos asuntos urgentes. Con una crisis energética y amenazas de seguridad que se intensifican, Ecuador necesita un líder que priorice las soluciones por encima de la ambición política.
La distracción de la reelección
A pesar de los enormes desafíos de Ecuador, Noboa ha puesto su mirada en la reelección para un mandato completo de 2025 a 2029. Es uno de los dieciséis candidatos registrados para las próximas elecciones, y las primeras encuestas lo colocan como el favorito. Su principal rival es Luisa González, una figura prominente del sector político correísta. Noboa derrotó previamente a González en 2023, y parece que ahora está ansioso por extender su presidencia más allá del actual mandato acortado.
Sin embargo, este enfoque en la reelección es una distracción arriesgada. En lugar de dedicar energía a la campaña, Noboa debería concentrarse en los problemas apremiantes que afectan a Ecuador. La crisis energética es un ejemplo evidente de los desafíos no resueltos. Aunque ha logrado eliminar los subsidios al gas y aumentar el IVA del 12% al 15% sin una reacción pública significativa, los apagones persisten, exacerbando la frustración pública. Con una economía al borde del colapso, la prioridad de Noboa debería ser solucionar estos problemas sistémicos en lugar de posicionarse para otra elección.
Crisis de seguridad: una emergencia nacional
Quizás el problema más alarmante que enfrenta Ecuador bajo el liderazgo de Noboa es la crisis de seguridad, particularmente el aumento del crimen organizado. El 9 de enero de 2024, Ecuador vivió uno de sus días más violentos en la memoria reciente cuando un grupo de individuos armados asaltó una estación de televisión durante una transmisión en vivo. Esto fue seguido por una ola de incidentes violentos en todo el país, incluidos disturbios en varias prisiones. Estos eventos llevaron a Noboa a declarar un conflicto armado interno, militarizar las prisiones y aplicar estados de emergencia para frenar la violencia.
A pesar de estas medidas, Ecuador sigue plagado por el crimen vinculado al narcotráfico y la minería ilegal. En 2023, el país registró la tasa de homicidios más alta de América Latina, con 47,2 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Si bien el gobierno ha logrado avances en la lucha contra el narcotráfico, incautando más de 223 toneladas de estupefacientes, la crisis está lejos de estar controlada. Noboa reveló que las autoridades han descubierto 2.000 hectáreas de plantaciones ilegales de coca, un claro indicador del arraigo del narcotráfico en Ecuador.
Estos desafíos de seguridad exigen atención plena y dividida. Los esfuerzos de Noboa para combatir el crimen y restablecer el orden son cruciales, pero la batalla está lejos de terminar. Desviar su atención hacia la reelección solo comprometería la capacidad de su administración para manejar la creciente violencia. El pueblo ecuatoriano necesita estabilidad y seguridad, no promesas de campaña.
Relaciones internacionales y conflictos no resueltos
Además de los desafíos internos, los asuntos internacionales de Noboa también han llamado la atención. Su administración enfrentó una importante reacción diplomática tras un incidente en abril cuando la policía ecuatoriana irrumpió en la embajada de México en Quito para arrestar a Jorge Glas, el exvicepresidente bajo Rafael Correa, a quien México había otorgado asilo diplomático. Este audaz movimiento ha generado una disputa legal entre Ecuador y México ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya.
México acusa a Ecuador de violar la inviolabilidad de las sedes diplomáticas, mientras que Ecuador argumenta que México interfirió en sus asuntos internos al otorgar asilo a un criminal condenado. Esta disputa no resuelta ha tensado las relaciones entre ambos países y es emblemática de los desafíos de Noboa en el escenario internacional.
En lugar de centrarse en la reelección, Noboa debería priorizar la resolución de estos problemas diplomáticos. La posición de Ecuador en la comunidad internacional depende de estrategias diplomáticas eficaces y legales, no de la búsqueda de un beneficio político personal. Noboa puede restaurar la credibilidad de Ecuador en el escenario mundial al enfocarse en gobernar y enmendar las relaciones tensas.
Luchas políticas internas y desafíos de gobernabilidad
Complicando aún más la situación de Noboa está su conflicto político interno con la vicepresidenta Verónica Abad. La constitución de Ecuador establece que el vicepresidente asume las funciones presidenciales cuando el presidente se ausenta para hacer campaña electoral. Sin embargo, las tensiones entre Noboa y Abad han escalado, con Abad reclamando su derecho a asumir las funciones presidenciales mientras Noboa hace campaña. Noboa, mientras tanto, ha tratado de marginarla, nombrándola embajadora de Ecuador en Israel y acusándola de violencia política de género.
Esta lucha interna amenaza con eclipsar los verdaderos problemas de Ecuador. Si Noboa continúa involucrándose en luchas políticas y centrando su atención en la campaña de reelección, podría dañar su imagen pública y debilitar su autoridad. Además, tales distracciones podrían impedirle abordar eficazmente la crisis energética, la ola de crímenes y los problemas económicos del país.
Analistas como Alberto Acosta-Burneo advierten que el mal manejo de Noboa de estas tensiones políticas podría tener graves consecuencias para su presidencia y el futuro de Ecuador. El público ya está cada vez más frustrado con la incapacidad del gobierno para resolver los apagones, y cualquier inestabilidad política adicional podría socavar la confianza en el liderazgo de Noboa.
Noboa debe priorizar gobernar
La administración de Daniel Noboa enfrenta un momento crítico. Con Ecuador sufriendo una grave crisis energética, niveles de violencia sin precedentes y disputas diplomáticas en el escenario internacional, el presidente debería enfocarse en gobernar, no en buscar la reelección. Aunque la ambición de Noboa por un mandato completo es comprensible, es imperativo que primero demuestre su capacidad para liderar a Ecuador en estos tiempos tumultuosos.
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Al cambiar su atención hacia la resolución de los problemas urgentes del país, Noboa puede fortalecer su legado y posicionarse como un líder que antepone las necesidades de Ecuador a las aspiraciones políticas personales. El país necesita desesperadamente estabilidad, seguridad y reformas económicas. La responsabilidad de Noboa es gobernar de manera efectiva y asegurar que Ecuador salga fortalecido de esta crisis, en lugar de lanzar prematuramente una campaña de reelección.