Equilibrando la conservación y los derechos indígenas: una perspectiva conservadora
Excluir a las comunidades indígenas de los planes climáticos y de biodiversidad corre el riesgo de fracasar, lo que requiere un enfoque equilibrado que respete los objetivos de conservación y los derechos nativos .
Foto: Correo Latinoamericano
The Latin American Post Staff
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Marginación indígena en la toma de decisiones ambientales
El reciente estudio que destaca la falta de participación indígena en los planes nacionales de biodiversidad y acción climática plantea preguntas críticas sobre el equilibrio entre la conservación ambiental y el respeto de los derechos de las comunidades indígenas. Si bien el estudio de Climate Focus, el Instituto de Recursos Mundiales y Parabukas subraya la marginación de las poblaciones nativas en el proceso de toma de decisiones ambientales, también abre la puerta a un punto de vista conservador.
En esencia, el conservadurismo valora la tradición, la estabilidad y el respeto por los sistemas establecidos. Desde esta perspectiva, los resultados del estudio revelan un importante descuido en el enfoque actual de la política medioambiental. Al gestionar el 80% de la biodiversidad del mundo, las comunidades indígenas aportan conocimientos y prácticas tradicionales invaluables. Su exclusión del proceso de toma de decisiones socava los derechos de estas comunidades y potencialmente pone en peligro la efectividad de estos planes ambientales.
Equilibrando las soluciones impulsadas por el mercado y los derechos indígenas
Sin embargo, una postura conservadora también reconoce la importancia de las soluciones impulsadas por el mercado y la empresa privada para abordar los desafíos ambientales. El reciente aumento en la producción de vehículos eléctricos, impulsado por minerales como el níquel, es un excelente ejemplo. Si bien este cambio hacia tecnologías más ecológicas es encomiable, no debería producirse a expensas de las comunidades indígenas, como se ha visto en Indonesia. Los conflictos entre agricultores locales y empresas mineras por las reservas de níquel para baterías de automóviles eléctricos son un claro recordatorio de la necesidad de un enfoque más holístico.
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Esto no quiere decir que deban abandonarse las soluciones de mercado. Más bien, deberían implementarse de una manera que incluya y respete a las comunidades indígenas. Un enfoque conservador abogaría por el reconocimiento legal de los derechos de los indígenas y garantizaría su seguridad, como destacó la activista Mina Setra. Además, apoyaría el desarrollo de mecanismos de financiación que incorporen las perspectivas indígenas, como propuso Levi Sucre de la Alianza Mesoamericana de Pueblos y Bosques.
Un camino conservador hacia adelante
En conclusión, si bien el estudio señala acertadamente las deficiencias de los planes actuales sobre biodiversidad y clima, una perspectiva conservadora ofrece un camino a seguir. Este enfoque equilibraría la conservación ambiental con los derechos y conocimientos de las comunidades indígenas, reconociendo que el progreso sostenible requiere una asociación entre prácticas tradicionales y soluciones modernas. Mientras buscamos alcanzar los objetivos ambientales globales, debemos hacerlo de una manera que respete los derechos y las contribuciones de todas las partes interesadas, en particular aquellos que han sido administradores de la tierra durante generaciones.