¿Es Necesaria la Reforma del Consejo de Seguridad en Naciones Unidas?
El Consejo de Seguridad mantiene el formato obsoleto de la posguerra
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial (SGM) en 1945 y a partir de los Acuerdos Bretton Woods, se construyó el Sistema Internacional en el que vivimos en la actualidad. Este Sistema dio también como origen, un organismo que buscara la defensa, paz, cooperación y seguridad entre las naciones: La Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Read in english: Is the Reform of the Security Council in the United Nations Necessary?
La ONU como toda Institución internacional, contiene en su seno diversos organismos de los cuales, los más importantes son dos: Asamblea General y el Consejo de Seguridad. La Asamblea General es el órgano principal donde están representados todos los Estados Miembros que se afilian voluntariamente (uno de los grandes errores de este organismo) con un voto cada uno sobre temas de relevancia en la arena internacional y, el Consejo de Seguridad, el cual desarrollaremos y fijaremos un mayor análisis al respecto.
El Consejo de Seguridad es el órgano encargado de mantener la “paz y seguridad” del mundo (es decir, es el órgano más poderoso dentro de la ONU). El Consejo está formado por 15 miembros: 5 permanentes (Estados Unidos, China, Francia, Reino Unido y Rusia) con derecho a veto y diez no permanentes que se eligen de 5 en 5 cada año por la Asamblea por un periodo de 2 años sin derecho a voto.
Pero, ¿qué es el derecho de veto? Aludiendo a la Carta de las Naciones Unidas, en su artículo 27, se afirma que cualquiera de estas cinco naciones puede ejercer su derecho a vetar cualquier propuesta o resolución de los otros cuatro miembros. Lo que no menciona dicho artículo es que el derecho a veto se realiza de acuerdo al “interés” que tenga uno de los miembros para desechar las resoluciones de acuerdo a un fin específico.
Si el lector distingue a los miembros del Consejo, notará que se trata de los participantes que “ganaron“ la SGM, es decir, es un sistema arcaico y burocrático con más de 70 años en función, donde las decisiones de interés internacional pueden ser aprobadas o desechadas de acuerdo al interés particular de uno de los cinco miembros del omnipotente Consejo de Seguridad.
Sin duda ha habido esfuerzos para remediar esta situación pero no han alcanzado los frutos (y los votos necesarios) para la renovación de dicho organismo. El G4 (Alemania, Japón, Brasil e India) son 4 países que han demandado mayor apertura y aumento de los miembros del Consejo para “equilibrar la balanza” entre las naciones que deciden el Orden Mundial. Su demanda como grupo son legítimas en cuanto a la importancia que pesa dentro del organismo. Alemania junto con Japón, son dos de los países que más financian a la ONU (pero fue un perdedor de la SGM, castigo que sigue intacto, al igual que Japón) Brasil e India, por su parte, son dos del os países que más participa enviando militares a los cascos azules para la promoción de la “defensa y la paz”, por ejemplo en el terremoto que sacudió Haití en 2010. De nuevo, ha sido Consejo que han vetado al G4 para acceder al status de miembros permanentes.
Por otra parte existe también el Grupo Unidos para el Consenso (UPC) formado por 40 naciones que impulsan la ampliación hasta 25 miembros del Consejo de Seguridad. De nuevo, para que esto sea aprobado, es necesario la aprobación de dos terceras partes de los miembros de la Asamblea General para la posibilidad de ampliación. Por tanto, el derecho de veto es sumamente relevante.
Los países demandan una mayor democratización en el Consejo de Seguridad y la eliminación completa del derecho a veto ante lo que se denomina (y con cierta verdad) la “Dictadura del Consejo de Seguridad”. Estos dos elementos de intento de reformismo en el Consejo en lo particular y de la ONU en lo general, atiende a la necesidad de establecer las funciones de las cuales fue el origen directo de la ONU, salvaguardar la paz y la explotación de la cooperación entre las naciones que ha sido dañada, violada y atentada por sólo cinco países que han decidido que se hace y que no se hace en la arena internacional de acuerdo (nuevamente) a su interés particular.
La ONU de acuerdo con las palabras del actual Secretario General, António Guterres, es un “mastodonte burocrático, ineficiente y deficitario que requiere cambios”.
Latin American Post | Roberto Viesca