Escalada de violencia en Colombia socava los acuerdos de paz
En la región del Catatumbo, en Colombia, los enfrentamientos entre grupos armados han dejado más de 80 muertos y 11,000 desplazados desde los acuerdos de paz de 2016. Entrevistas con The Washington Post revelan la fragilidad de la paz y las crecientes tensiones con la administración de EE. UU.
Escalada en el Catatumbo
El año 2024 ha sumido a Colombia en uno de los períodos más mortales de violencia desde la firma de los acuerdos de paz de 2016. En la región cocalera del Catatumbo, feroces enfrentamientos entre facciones guerrilleras rivales han dejado más de 80 muertos y desplazado a más de 11,000 residentes. Esta nueva ola de disturbios pone en peligro el acuerdo de paz establecido por el presidente Gustavo Petro, además de agregar presión a las ya tensas relaciones de Colombia con la administración entrante de Donald Trump en Estados Unidos.
La región del Catatumbo, ubicada en el noreste de Colombia, cerca de la frontera con Venezuela, ha sido durante mucho tiempo un área estratégica para el cultivo de coca y las rutas de contrabando. En los últimos días, se ha producido un aumento sin precedentes de la violencia entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el grupo guerrillero de izquierda más significativo que queda en Colombia, y una facción disidente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Estos enfrentamientos han intensificado el conflicto local y han interrumpido el proceso de paz más amplio iniciado por la administración de Petro.
Elizabeth Dickinson, analista principal para el Grupo de Crisis Internacional en Colombia, describe la situación como “fuera de control muy rápidamente”. Según Dickinson, “Será muy difícil para Petro recuperar el control de la seguridad porque tenemos un conflicto masivo y abierto en regiones que estaban bastante tranquilas hasta ahora”. El colapso de las negociaciones con el ELN, el primer grupo armado en entablar conversaciones, ha dejado vulnerable la estrategia de paz total de Petro, exponiéndola a una mayor desestabilización.
La Fragilidad de la Paz Total
El presidente Gustavo Petro, el primer líder de izquierda de Colombia, lanzó un ambicioso plan de “paz total” para negociar simultáneamente con varios grupos armados. El enfoque tenía como objetivo resolver los problemas fundamentales que causaban los conflictos: la pobreza generalizada y el trato injusto a las personas para lograr una paz estable. Sin embargo, los nuevos brotes de violencia en Catatumbo muestran lo frágil que es el proceso de paz. En una declaración al Washington Post, Dickinson dice: “El colapso de este acuerdo golpea fuerte y también representa un retroceso hacia la paz completa”. Fue esto lo que Petro pensó que podía hacer, y ahora ellos lideran la carga para deshacer toda la estrategia.
El conflicto en curso entre el ELN y los disidentes de las FARC interrumpe el proceso de paz al desviar los recursos del gobierno y la atención de las negociaciones. El valor estratégico de Catatumbo como centro neurálgico de la producción y tráfico de cocaína lo convierte en un campo de batalla muy rentable para estas facciones armadas. Esto complica cualquier intento de establecer el orden y reducir las operaciones ilegales en la zona.
Crisis Humanitaria y Desplazamiento
El nuevo brote de violencia provocó una grave crisis humanitaria, ya que miles de personas abandonaron sus hogares en busca de protección. La ciudad fronteriza de Cúcuta se convirtió en un refugio principal para los colombianos desplazados que llegaron en convoyes de camiones para escapar del caos. Las autoridades locales informan que al menos 5,000 personas han buscado refugio en Cúcuta, una ciudad que ya enfrenta su propia crisis debido al flujo de migrantes venezolanos que huyen de la inestabilidad política y económica.
Iris Marín Ortiz, jefa de la oficina del defensor del pueblo de Colombia, destaca la naturaleza indiscriminada de la violencia: “Las víctimas incluyen líderes comunitarios locales, niños y civiles acusados de colaborar con un grupo u otro simplemente porque son familiares o personas cercanas a ellos”. La falta de seguridad en Catatumbo pone en riesgo vidas, tanto de aquellos que participan en el conflicto como de personas inocentes atrapadas en medio de la violencia.
El movimiento masivo de personas ha ejercido presión sobre los suministros y sistemas locales, complicando el trabajo de los grupos de ayuda que apoyan a las comunidades afectadas. Los observadores internacionales monitorean de cerca la situación, ya que los problemas en Catatumbo podrían afectar la estabilidad de toda la región y los movimientos poblacionales.
Implicaciones Internacionales y Relaciones Estados Unidos-Colombia
El conflicto en escalada en Colombia se da en un momento de tensas relaciones entre Colombia y los Estados Unidos. La administración del presidente Donald Trump ha sido crítica sobre el manejo del conflicto en el país y el aumento de la producción de cocaína. Gimena Sánchez-Garzoli, directora de la Oficina en Washington para América Latina, advierte que la violencia podría “amenazar aún más el apoyo de Estados Unidos a las conversaciones de paz en Colombia”.
Las opiniones del equipo de Trump sobre la inmigración y las políticas de drogas podrían influir en cómo aborden el conflicto colombiano. Los expertos sugieren que Estados Unidos podría presionar al gobierno de Petro para que tome medidas más estrictas contra los grupos rebeldes, lo que podría apartar las conversaciones de paz.
La ubicación de Catatumbo junto a Venezuela crea problemas muy reales. Los grupos armados se mueven libremente a través de la frontera venezolana y utilizan rutas de contrabando para transportar suministros, lo que empeora el conflicto. Samantha Schmidt, jefa de la oficina del Washington Post en Bogotá, resalta las dinámicas regionales: “Toda la situación pone al gobierno de Petro en una situación terrible”.
Venezuela ha agregado tropas a lo largo de su frontera debido a la gran cantidad de refugiados colombianos, y el riesgo de enfrentamientos en la frontera aumenta. La situación hace que el camino hacia la paz en Colombia sea complejo y crea preocupaciones significativas sobre cómo los problemas internos del país afectan a las naciones vecinas.
El Costo Humano del Conflicto
Detrás de las estadísticas de muerte y desplazamiento hay historias profundamente personales de pérdida, resiliencia y esperanza. Héctor Benjamín Xoc Xar, un trabajador guatemalteco que ha realizado dos viajes a EE. UU. con una visa H-2A, ilustra el impacto humano más amplio de la migración y el conflicto. “Quiero que mis hijos tengan mejores oportunidades académicas que yo”, explica Héctor. “Dejé la escuela joven para trabajar en el campo. Antes de conseguir este trabajo, parecía que mi hija no terminaría su último año de contaduría porque no podíamos costearlo. Ahora le he pagado sus estudios y trabaja como contadora”.
De manera similar, la experiencia de Sandra Noemí Bucu Saz como trabajadora agrícola en California subraya las oportunidades económicas y los riesgos asociados con los programas de migración legal. La búsqueda de salarios más altos lleva a muchos trabajadores a caer víctimas de explotación y diversas estafas. Esto resalta la necesidad de medidas de seguridad sólidas y programas de ayuda para los trabajadores migrantes.
El Camino a Seguir: Fortalecimiento de los Esfuerzos de Paz
Un nuevo camino para detener la violencia en Colombia requiere una combinación de programas de paz, reformas de seguridad y crecimiento económico. El gobierno de Petro necesita abrir conversaciones con los grupos armados, pero debe proteger a las comunidades simultáneamente. Un plan revisado para la aplicación de la ley, la ayuda a las zonas locales y la creación de empleos conducirá a una paz real.
Los Estados Unidos y los países cercanos influirán en el camino de Colombia hacia la calma. Buenas negociaciones y proyectos de ayuda enfocados pueden reducir las principales razones del conflicto, junto con el poder de los grupos guerrilleros.
El país necesita restringir influencias externas y redes de crimen. Un mejor control fronterizo, junto con la disolución de los anillos de contrabando y la reducción de la producción de cocaína, son cruciales en un plan total para detener la violencia.
Un Momento Crítico para Colombia
Colombia se encuentra en una encrucijada crítica, donde la violencia renovada y las dinámicas geopolíticas complejas amenazan la promesa de paz. Una situación en deterioro en Catatumbo debilita los acuerdos de paz y afecta los lazos de Colombia con socios internacionales clave. El conflicto cobra vidas y obliga a las personas a abandonar sus hogares, por lo que el camino hacia la paz necesita un compromiso real, mejores planes de seguridad y reformas financieras de gran alcance.
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Las historias de personas como Sandra y Héctor muestran el lado más personal de los problemas de Colombia, junto con la urgente demanda de soluciones reales que pongan a los residentes en primer lugar. El país ahora enfrenta su aumento más letal de disturbios en años, pero la determinación de su gente sigue siendo una luz de promesa para un mañana más seguro y próspero.