España: ¿de una crisis a otra?
El país europeo parece haber comenzado a dejar atrás esos difíciles tiempos, pero ahora enfrenta a Cataluña
Han pasado casi ya 10 años desde la crisis financiera que se suscitó tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y que desató una de las crisis económicas más profundas de la historia. La crisis fue particularmente cruda para España, la cual parecía haber dejado atrás ese siglo XX lleno de lucha, represión, hambre y tantas otras penas que aquejaron a nuestros hermanos españoles y que parecía que con la integración europea llegaba una nueva era dorada, dejando atrás el Franquismo tan elogiado por unos y repudiado por otros muchos. La crisis fue tan dura en su momento que era común escuchar decir, sobre todo a los mayores, que ni en tiempos de Franco las cosas iban tan mal.
Hasta antes de la crisis, España era la 4 economía de la zona euro, pero en tan solo un año entro oficialmente en recesión y su PIB cayó 3.6% en 2008, el desempleo se disparó a casi 14% y llego al 50% entre los jóvenes, miles de personas perderían su empleo y su patrimonio. No debemos de olvidar el otro rostro de estas crisis; detrás de los números y las estadísticas hay gente que perdió su casa, familias se separaron a causa de las dificultades económicas, hubo incluso personas que en la desesperación y la impotencia se suicidaron. Estas tragedias son las consecuencias reales de una crisis de tal magnitud.
Sin embargo, hoy España parece haber comenzado a dejar atrás esos difíciles tiempos. Por tercer año consecutivo la economía española ha estado creciendo al 3%, la inversión, el consumo, y la tasa de empleo (aunque no se logra bajar a cifras pre-crisis) van al alza. Con la re-activación de la economía el consumo se ha dinamizado, lo cual produce que las empresas crezcan y generen nuevos puestos de trabajo. Esto a su vez aumenta el consumo y así poco a poco parece que España puede una vez más superar otro capítulo complicado en su historia. No obstante, uno de los retos más grandes que aún tiene que superar para terminar de una vez por todas con este capítulo viene precisamente de su historia, pues España enfrenta otra crisis, la del secesionismo Catalán.
España necesita reconciliarse consigo misma, pues estos sentimientos de independencia resurgieron como otra más de las consecuencias de la crisis y todo el esfuerzo y sacrifico de la última década está en peligro. No tanto por el hecho de la independencia en sí misma, más bien porque esa inestabilidad política y social genera a su vez incertidumbre y aleja a los inversionistas, lo que limita el potencial de desarrollo que la economía española está recuperando y podría retrasar la ya tan ansiada y merecida tranquilidad en la mente y carteras.
Latin American Post | Gustavo Adolfo Hernandez Infante