El desprecio a las minorías y a las mujeres, así como la glorificación de la dictadura militar promovida por Bolsonaro, es un llamado a la reflexión de la democracia en Latinoamérica  

Si bien el mundo aún no ha terminado de comprender la elección que posicionó a un showman como Donald Trump en la presidencia de los Estados Unidos; Bolsonaro, un político no tan conocido hasta hace unos meses, se presenta con su radicalidad a gobernar el máximo puesto público en Brasil. No por nada medios internacionales como FP, Le Monde, CNN y Der Spiegel, lo han llamado el "Trump brasileño" o "Le Pen tropical".

Read in english: This is the worrisome message that Bolsonaro leaves to democracy

No obstante, el discurso que construye Bolsonaro no parece estar tan alejado de democracias europeas que han comenzado a mirar hacía una extrema derecha, como Italia con la Liga Norte, Austria con FPÖ, Alemania con AfD, Francia con el Frente Nacional, etc.

Parece que aquel mensaje que se veía tan desgastado después de la Segunda Guerra Mundial, el de la extrema derecha, no ha desaparecido. Solo se guardó, se añejó. Se regeneró en los cuerpos y mentes de los personajes que encabezan la desilusión de los regímenes democráticos y populares, que cargan propuestas de segregación y rechazo a la otredad de la mano de la militarización.

Bolsonaro encarna no sólo un discurso de peligro para Brasil, sino para las democracias a nivel regional. El retorno de dejar entrar a un personaje tan disruptivo a un puesto con tanto poder solo representa un duro golpe a la democracia. ¿Qué se puede esperar de una persona que durante la acusación a Dilma Rousseff para su destitución dedicó su voto a la memoria del Coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra (torturador de la dictadura) a sabiendas que ella había sido torturada?

Aunque la desilusión y el fastidio hacia la herencia de Lula se vio reflejada en la jornada electoral, como lo reflejan los resultados que dio el Tribunal Superior Electoral de Brasil. Bolsonaro estuvo a tan solo 4 puntos de alcanzar la presidencia.

Lee también: Perú: ¿Se acerca el fin de la dinastía Fujimori?

Mientras todo apunta a que Bolsonaro y los medios han logrado ingresar o aprovecharse del cansancio de los brasileños, este es también un gran llamado al papel de la izquierda en Latinoamérica y a la forma en cómo ha ejercido el poder, como menciona el consultor público Luis Tejero en El Mundo

¿A qué se debe que después de doce años en los que Lula y Dilma estuvieron en la presidencia, los brasileños hayan girado hacía un cambio completamente opuesto al que sus anteriores mandatarios desarrollaron? Debe haber una gran autocrítica por parte de los sectores de izquierda o progresistas que han estado en poder. De lo contrario la esperanza con que llegaron al poder se convertirá en un simple pragmatismo político alejado de los ideales que los llevaron al éxito.

El desgaste que la democracia como régimen de gobierno trae desde su concepción parece que vuelve a estar a prueba contra el discurso de la radicalidad de la extrema derecha. Resulta preocupante el avance que tiene en Europa y ahora el impacto que está teniendo el país más grande y relevante del cono Sur.

Bolsonaro deja un mensaje claro a nivel mundial a la democracia: los neofascitas, los personajes de extrema derecha, son muy pacientes en el juego democrático. Esperan el mejor momento para aprovecharse del malestar social contra la democracia, luego la usan a su beneficio como una muestra que aplicaran contra sus gobernados. No importa si gana o no la elección, el mensaje ha sido enviado.

LatinAmerican Post | Leonardo Solís Huitrón

* La opinión del redactor no representa la del medio

Escucha éste artículo