ANÁLISIS

Gustavo Gutiérrez, la teología de la liberación y su conexión con las luchas armadas en América Latina

La muerte de Gustavo Gutiérrez, una figura clave en la teología de la liberación, marca el fin de una era que inspiró movimientos en toda América Latina, incluyendo conexiones con grupos armados como el ELN de Colombia. Sus enseñanzas unieron la fe con la justicia social y la resistencia.

La teología de la liberación y su influencia revolucionaria

El sacerdote peruano Gustavo Gutiérrez, considerado el padre de la teología de la liberación en América Latina, falleció la semana pasada a los 96 años. Gutiérrez transformó profundamente el panorama social, religioso y político de América Latina. Su obra de 1971, Teología de la liberación, presentó una interpretación radical de la salvación cristiana, sosteniendo que no se trataba solo de la libertad espiritual, sino también de liberar a las personas de la opresión material y política. Sus ideas influyeron profundamente en movimientos en toda América Latina, particularmente en países que sufrían de desigualdad, dictaduras y violencia.

En Colombia, la teología de Gutiérrez encontró resonancia en grupos revolucionarios como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), cuyas raíces se entrelazaron con los llamados de la Iglesia Católica a la justicia social. La teología de la liberación argumentaba que la iglesia debía apoyar activamente a los pobres y oprimidos, lo que llevó a una alineación entre el activismo basado en la fe y las luchas políticas. El ELN, con su ideología marxista y conexión con las comunidades rurales desfavorecidas, vio las enseñanzas de Gutiérrez como una justificación para su resistencia armada contra el Estado.

Camilo Torres Restrepo fue una de las figuras más prominentes que encarnó la fusión de la teología de la liberación y la lucha armada. Sacerdote católico colombiano y cofundador de la facultad de sociología de la Universidad Nacional de Colombia, Torres se convirtió en un defensor clave de la teología de la liberación en la década de 1960. Sus creencias combinaban el socialismo revolucionario y el catolicismo, posicionándolo como un líder espiritual y guerrillero dentro del ELN. Su famosa frase, “Si Jesús viviera hoy, sería guerrillero”, encapsuló la visión radical que vinculaba la doctrina cristiana con la necesidad de una revolución violenta para lograr la justicia social.

La revolución católica de Camilo Torres

Camilo Torres es una figura central en la historia temprana del ELN, representando el vínculo entre la teología de la liberación de Gutiérrez y la lucha armada. Nacido en Bogotá en 1929, Torres fue profundamente influido por las crecientes desigualdades que veía en Colombia y la ideología marxista. Su viaje religioso y político comenzó en la Iglesia Católica, donde fue ordenado sacerdote en 1954. Sin embargo, su creciente frustración con la renuencia de la iglesia a apoyar a los pobres lo llevó hacia un camino más radical.

A principios de la década de 1960, Torres abogaba por el cambio social mediante medios pacíficos y se involucraba con movimientos políticos de izquierda. Su participación en grupos estudiantiles y su trabajo como profesor de sociología le ganaron un amplio apoyo, pero también atrajeron la oposición del gobierno y de la iglesia. Bajo una creciente presión para abandonar su activismo político, Torres finalmente dejó su puesto académico y se unió al ELN en 1965.

Dentro del ELN, Torres brindó orientación espiritual e inspiración ideológica a los combatientes guerrilleros. Creía que la misión de la iglesia era apoyar los esfuerzos revolucionarios para derrocar regímenes corruptos y crear una sociedad más justa. Su papel en el ELN fue significativo pero breve; murió en su primer enfrentamiento en 1966 durante una emboscada del ejército colombiano. El ELN luego celebró a Torres como un mártir, y su memoria continúa inspirando movimientos revolucionarios en toda América Latina.

La vida y muerte de Torres ilustran la poderosa intersección entre la fe, la ideología y la violencia que dio forma a gran parte del panorama político de América Latina en el siglo XX. Su alineación con la teología de la liberación y el marxismo reflejó una tendencia regional más amplia donde figuras religiosas se involucraban a menudo en luchas políticas, tanto pacíficas como violentas.

La adopción de la teología de la liberación por el ELN

Las raíces del ELN en la teología de la liberación son un testimonio de la influencia duradera de figuras como Gutiérrez y Torres. El grupo surgió en la década de 1960 como una organización guerrillera marxista con la misión de representar a los pobres y marginados en Colombia. Si bien el ELN era principalmente una organización política y militar, sus líderes fueron fuertemente influenciados por los llamados de la Iglesia Católica a la justicia social, especialmente en áreas rurales donde la desigualdad y la pobreza eran rampantes.

La participación de Torres en el ELN llevó los ideales de la teología de la liberación directamente a la ideología de la organización. Su papel como sacerdote y líder guerrillero proporcionó una base moral y teológica para la resistencia armada del ELN. El grupo se veía a sí mismo no solo como una fuerza política, sino como un movimiento que luchaba por la liberación de los pobres, haciendo eco de las enseñanzas de Gutiérrez de que la salvación cristiana debía incluir la libertad de la opresión material.

Aunque Gutiérrez nunca respaldó la violencia, su teología ayudó a moldear el marco ideológico de grupos como el ELN, que vieron la lucha armada como un medio legítimo para lograr justicia. La alineación del ELN con la teología de la liberación lo distinguió de otros grupos guerrilleros en Colombia, ya que se posicionaba como una fuerza revolucionaria y defensora de los marginados, a menudo invocando un lenguaje religioso para justificar sus acciones.

Con los años, la conexión del ELN con la teología de la liberación se ha debilitado, pero el grupo continúa basándose en estas raíces ideológicas. Sacerdotes y figuras religiosas simpatizantes con la teología de la liberación han apoyado a comunidades afectadas por el conflicto interno de Colombia, aunque también abogan por la paz y la justicia mediante medios no violentos.

El legado de la teología de la liberación en la América Latina moderna

La influencia de Gutiérrez va mucho más allá de los movimientos revolucionarios del siglo XX. Sus ideas de justicia social y del papel de la iglesia en la defensa de los pobres continúan resonando en toda América Latina, aunque el panorama político de la región ha evolucionado. La relación entre religión y activismo social sigue siendo fuerte, con la teología de la liberación todavía inspirando movimientos de base que desafían la desigualdad y los abusos de derechos humanos.

En Colombia, el legado de la teología de la liberación y de figuras como Camilo Torres continúa moldeando el tejido político y social del país. Si bien el ELN sigue siendo un grupo guerrillero activo, las negociaciones de paz a menudo han sido influenciadas por líderes religiosos que recurren a la teología de la liberación y su énfasis en el diálogo y la reconciliación. La Iglesia Católica, que alguna vez condenó la teología de la liberación por sus aparentes inclinaciones marxistas, ha abrazado, bajo el papado de Francisco, muchos de sus principios, especialmente en su enfoque en los pobres y marginados.

A medida que América Latina enfrenta nuevos desafíos, desde la desigualdad económica hasta las crisis ambientales, la teología de la liberación sigue siendo una herramienta poderosa para abogar por un cambio sistémico. La muerte de Gutiérrez a los 96 años marca el final de una era, pero sus ideas continúan inspirando a una nueva generación de activistas, académicos y líderes religiosos. Su obra es un recordatorio de que la fe y la justicia social están profundamente entrelazadas y de que la verdadera liberación requiere libertad espiritual y material.

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La teología de Gutiérrez y las acciones revolucionarias que inspiró en figuras como Camilo Torres dejan un legado duradero en la lucha continua de América Latina por la justicia. Aunque la relación entre religión y resistencia armada ha sido a menudo conflictiva, los ideales de la teología de la liberación continúan ofreciendo un camino hacia adelante para quienes buscan abordar las causas fundamentales de la desigualdad y la opresión en la región.

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