ANÁLISIS

Había una vez un sueño llamado “Castrochavismo”

Colombia se debate entre las nostalgias del Siglo XX y los retos del Siglo XXI

Había una vez un sueño llamado “Castrochavismo”

Si vives en Colombia seguramente habrás escuchado el concepto cada vez más en la boca de los políticos colombianos y de los ciudadanos del común; pero ¿de dónde viene este nuevo enemigo en la política del país?, lo veremos a continuación:

El “Castrochavismo” es la principal bandera de campaña de las corrientes de derecha y extrema derecha en Colombia, en cabeza de personajes como Álvaro Uribe, Alejandro Ordóñez y Germán Vargas Lleras quienes han replicado su mensaje y definitivamente lo han establecido en el subconsciente de los ciudadanos colombianos.

Pero, ¿a qué se refieren?, éste no es un término académico del cual hayan grandes desarrollos teóricos, pero podría referirse a todo lo que no comulgue con sus ideas o que haya tenido algún tipo de cercanía con Hugo Chávez o Fidel Castro ya sea ideológica o personalmente, es decir, todo lo que sea o suene de izquierda.

¿De dónde surgió?, El escenario político del país en los últimos 8 años cambió radicalmente con el enfoque dado desde la presidencia de Juan Manuel Santos, un mandatario lejano a los radicalismos de quien le heredó sus votos para llegar a la Casa de Nariño pero cercano en su visión de país desde sus políticas de libre mercado, exportaciones de petróleo, carbón y café como principales fortalezas de la economía colombiana.

El proceso de paz con las FARC y el restablecimiento de las relaciones con Venezuela, marcaron un punto de inflexión entre el actual presidente y Álvaro Uribe, quien se ubicó desde entonces en la oposición a Santos, que además había sido su ministro de defensa pero que dejó claro que no sería una marioneta del expresidente en el principal cargo de la nación.

Simultáneamente, la crisis de Venezuela resumida en la migración progresiva de ciudadanos de dicho país hacia Colombia y la radicalización del gobierno de Caracas han llevado a momentos difíciles a la diplomacia colombiana.

Las consultas electorales realizadas el 11 de marzo por los partidos derecha y de la izquierda que resultaron en la victoria de Iván Duque y Gustavo Petro mostraron un punto álgido del discurso de quienes dicen que Colombia se convertiría en otra Venezuela, sumado al nuevo rol del Centro Democrático como partido mayoritario en el Congreso de la República muestran que el “Castrochavismo” está de moda.

Ad portas de las elecciones presidenciales de mayo ya sabemos cuál es el principal tema de campaña y lo que es más preocupante es esa nostalgia por el fantasma de la Guerra Fría en el discurso a favor y en contra del libre mercado y el socialismo en América Latina.

Mientras que Trump define a todo lo que está más allá del Río Grande hasta la Patagonia como mexicano y avanza en su plan del muro, sumado al aislacionismo económico que ya se ha notado en sus políticas, en Colombia estamos buscando un enemigo que reemplace a las FARC y como un pseudo Trump vemos sin tintes rubios a Uribe con un discurso de odio y terror que sigue calando en los colombianos.

Si Colombia quiere acceder definitivamente a escenarios internacionales para países influyentes como la OCDE, obtener resultados efectivos en los retos de la paz, de la economía, debe creerse el discurso de ser un país del primer mundo y dejar de lado el modus operandi de político populista ya sea de derecha o de izquierda aferrados a los fantasmas del pasado, el uso de la religión y terror para realmente dejar de lado los limitantes del país de cara a los gobiernos venideros.

 

Latin American Post | Santiago Doncel Montaña

 

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