La final de la Libertadores se jugará en España, te mostramos los pros y contras
Escucha éste artículo
El estadio Santiago Bernabéu, sede de grandes eventos en la historia del fútbol, recibirá por primera vez un partido por un título continental
Increíble, sin precedentes. Por primera vez en la historia del fútbol de clubes, un evento de un continente disputará su partido por el título en otro continente. ¿Es bueno o es malo? Dependerá del lado que se mire. Un título europeo en América quizá no lo lleguemos a ver nunca, pero ya seguro veremos a un americano levantando la Copa Libertadores en suelo europeo. Las causas de porque llegamos a esto, han sido repetidas hasta la saciedad. De lo que quizá no se ha hablado mucho, es del impacto de este acontecimiento.
Read in english: Libertadores' final will be played in Spain, we show you the pros and cons
El fútbol se ha globalizado, es una realidad y es imparable. Hace años que los principales clubes europeos cuentan en su nómina titular con más jugadores extranjeros que nativos. Francia ganó el Mundial Rusia 2018 con jugadores de descendencia africana en su gran mayoría, Estados Unidos recibe partidos amistosos de selecciones europeas y sudamericanas, y también la prestigiosa International Champions Cup de pretemporada y, por si fuera poco, a la Liga de España realizará un juego por año de su calendario oficial en Estados Unidos. Partiendo de ese punto, que la final de la Libertadores se juegue en Madrid no tendría nada de raro, pero…
Quizá se interese en leer: La final Boca-River no se jugará en Latinoamérica
Lo negativo
Para el aficionado común, de bajos recursos, ver jugar la final continental de su club a tantas millas de distancia es desnaturalizar el torneo (sobre todo porque esto no es el Mundial de Clubes). Es volver fría una emoción, es hacer de una población extraña algo que no es propio. Un europeo jamás podrá sentir una final de Copa Libertadores de la misma manera que un latinoamericano, con excepción de los argentinos que residen en Madrid, que según los reportes son bastante.
Para quien no es aficionado, estos aspectos que menciono posiblemente no sean tan importantes, pero hay que colocarlos sobre la mesa para incluir a todo el entorno. La final, esa tan esperada y comentada por los argentinos y latinoamericanos, ya no será lo mismo. Ahora es visto como algo ajeno, en contra de la voluntad. Lo importante será hacer mea culpa y aprender de este error para que no vuelva a ocurrir, pero lo veo difícil.
Lo positivo
Madrid está catalogada como la décima ciudad más segura del mundo. Por ello, la final tendrá fan zone para ambas escuadras separadas por un área de seguridad que impedirá el contacto entre ambas hinchadas. ¿Lo lograrán? Ese será el reto. Un punto que quizá sea favorable es que, por naturaleza, los aficionados argentinos residentes en España desde hace muchos años ya no viven el partido con el mismo desenfreno, pues su realidad cotidiana está lejos de la de Buenos Aires.
Ambas hinchadas serían separadas desde su llegada al Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas y desde allí, ser trasladadas en autobuses a áreas ya delimitadas. De igual manera, estos fanáticos tendrán que canjear los recibos de haber adquirido las entradas directamente en los puntos habilitados por el Real Madrid en su estadio. El ingreso será hora y media antes del compromiso, para que los fanáticos estén el menor tiempo posible en el estadio y así evitar enfrentamientos, o al menos reducirlos.
Nuestra conclusión es que, más allá de las garantías que se supone brindará Madrid a este trascendental partido, el cambio de ambiente, por curioso e increíble que parezca ayuda a descender los niveles de euforia. No es lo mismo un River-Boca en Buenos Aires, que, en Madrid, o en cualquier otra parte fuera de las fronteras argentinas. No se vive igual, no todos podrán viajar como es lógico al otro lado del charco, y eso sí que es desde nuestra perspectiva un hecho que brinda garantías.
No es cualquier evento, es una final de Copa Libertadores, con dos equipos con fanaticadas muy especiales, de un país para el que el fútbol es una religión, y en el que Alejandro Domínguez, presidente de la Conmebol, así como la organización que preside, ‘millonarios’ y ‘xeneizes’, y hasta Florentino Pérez y el Real Madrid, me atrevería a decir que el mundo del fútbol, se juegan su prestigio en el mundo del deporte. Dios nos permita ver un espectáculo digno y que recordemos por lo bueno y no por lo malo, como ha sido hasta ahora.
LatinAmerican Post | Onofre Zambrano