La lucha del izquierdista salvadoreño FMLN a la sombra de Bukele
Manuel Flores, el nuevo secretario general del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador, ha prometido lanzar una “campaña permanente” antes de las elecciones municipales y legislativas de 2027.
Manuel Flores, recientemente elegido nuevo líder del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador, ha declarado una “campaña permanente” para prepararse para las elecciones municipales y legislativas de 2027. Esta declaración se produce cuando el FMLN se enfrenta a una disminución significativa de su influencia política, lo que contrasta marcadamente con la estatura anterior del partido.
Flores fue elegido el domingo, sucediendo al exvicepresidente Óscar Ortiz. “El momento es ahora y a partir de hoy estamos en modo campaña, no sólo campañas electorales, sino campañas por el derecho a la salud, al agua, a la promoción del deporte, a la cultura, a la literatura y al arte”, afirmó Flores en un conferencia de prensa. Prometió que el FMLN estaría “más cerca del pueblo”, cumpliría sus reglamentos y estatutos y no expulsaría a ningún miembro. “Nos declaramos en campaña permanente junto a nuestro pueblo, junto a nuestros militantes, a quienes llamo a sumarse a este esfuerzo”, añadió.
El FMLN, fundado en 1980 por varios grupos insurgentes y transformado en partido político en 1992, experimentó su primera gran derrota política en las elecciones presidenciales de 1994. Sin embargo, se consolidó como la segunda fuerza política del país al conseguir 21 de 84 escaños en el Congreso ese mismo año. Después de perder tres elecciones presidenciales consecutivas, el FMLN finalmente ganó la presidencia en 2009 con el periodista Mauricio Funes como candidato, marcando la primera vez que un miembro no tradicional del partido dirigió el FMLN.
Desafíos y reveses
El ascenso al poder del FMLN continuó con la elección de Salvador Sánchez Cerén en 2014, el primer excomandante guerrillero en convertirse en presidente de El Salvador. Sin embargo, a este máximo electoral le siguió una caída significativa, principalmente debido a los casos de corrupción que involucran tanto a Funes como a Sánchez Cerén. Las luchas internas del partido se exacerbaron aún más en 2017 cuando el FMLN decidió expulsar a Nayib Bukele, quien se había desempeñado como alcalde de Nuevo Cuscatlán y luego de San Salvador, roles a menudo vistos como trampolines hacia la presidencia. A pesar de estos reveses, el FMLN ha demostrado una notable resiliencia y determinación para superar estos desafíos.
La expulsión de Bukele y las posteriores maniobras políticas cambiaron sustancialmente el panorama político salvadoreño. Bukele formó el partido Nuevas Ideas (NI), que logró una contundente victoria en las elecciones presidenciales de 2019 y dominó las legislativas de 2021. El FMLN enfrentó una derrota aplastante, al no conseguir escaños en la Asamblea Legislativa ni ganar puestos de alcalde por primera vez.
La declaración de Flores de una “campaña permanente” es una respuesta a este contexto de continuos retrocesos y de creciente popularidad de Bukele. El nuevo líder del FMLN está intentando revitalizar la base del partido y reconectarse con el electorado centrándose en los derechos fundamentales y la promoción cultural. Sin embargo, el camino por delante está plagado de desafíos, especialmente en un entorno político fuertemente influenciado por los éxitos de Bukele y los cambios radicales provocados por Nuevas Ideas.
Reconstrucción en medio de turbulencias políticas
La lucha actual del FMLN se remonta a sus orígenes y al contexto histórico que dio forma a su ascenso y caída. El partido fue fundado por grupos insurgentes durante la guerra civil y se convirtió en una fuerza política importante en El Salvador de la posguerra. Sus éxitos iniciales se basaron en su compromiso inquebrantable con la justicia social y la atención de las necesidades de las comunidades marginadas. Este compromiso con la justicia social sigue siendo el núcleo de los valores del FMLN, a pesar de los desafíos que ha enfrentado a lo largo del tiempo.
Bajo el liderazgo de Flores, el FMLN se está embarcando en un viaje para reconstruir el partido desde su núcleo. Su enfoque en mantenerse cerca de la gente y promover derechos esenciales y valores culturales es un claro intento de realinear el partido con sus principios fundacionales. Esta estrategia, aunque desafiante frente a la popularidad de Bukele, es un testimonio del compromiso del FMLN con sus raíces y su determinación de recuperar la confianza pública.
Una mezcla de retórica populista y un enfoque de gobierno de hombre fuerte ha caracterizado a la administración de Bukele. Sus acciones, incluida la destitución de jueces y su postura ante el crimen, han obtenido tanto apoyo como críticas. Para muchos salvadoreños, Bukele representa una ruptura con el pasado y promete un futuro más seguro y próspero. Esta percepción plantea un desafío importante para Flores y el FMLN en su intento de presentarse como una alternativa viable en un panorama político dominado por la narrativa de Bukele.
El camino por delante del FMLN
El camino que le espera al FMLN es innegablemente desafiante. Sin embargo, la declaración de Flores de una “campaña permanente” es una señal clara del reconocimiento por parte del partido de la necesidad de un compromiso y una promoción continuos. El compromiso del FMLN de abordar las preocupaciones inmediatas del electorado y reconstruir la confianza y la credibilidad, a pesar de los escándalos y derrotas electorales del pasado, es un testimonio de su capacidad de respuesta y determinación.
Reconectarse con los jóvenes y aprovechar las redes sociales podría ser crucial para que los esfuerzos del FMLN recuperen relevancia. El hábil uso que hace Bukele de las redes sociales para comunicarse directamente con el público y dar forma a su imagen ha establecido un nuevo estándar para el compromiso político en El Salvador. El reconocimiento por parte del FMLN de la necesidad de adaptarse a esta nueva realidad y encontrar formas innovadoras de llegar y resonar con los votantes más jóvenes es una señal esperanzadora para el futuro del partido.
Además, el FMLN debe demostrar resultados tangibles al abordar los temas que más importan a los salvadoreños. Esto incluye mejorar la atención médica, garantizar el acceso al agua potable y promover la educación y las iniciativas culturales. Al centrarse en estas áreas, el FMLN puede comenzar a reconstruir su imagen como un partido que genuinamente se preocupa por el bienestar del pueblo.
El contexto regional más amplio complica aún más el viaje del FMLN. En América Latina, los partidos de izquierda han enfrentado diversos éxitos y desafíos. La dinámica política en países como Venezuela, Nicaragua y Bolivia ofrece advertencias y lecciones de resiliencia para el FMLN. Comprender y navegar estas influencias regionales será crucial mientras Flores y su equipo trabajan para restablecer la posición del partido en El Salvador.
Un largo camino hacia la recuperación
El llamado de Manuel Flores a una “campaña permanente” es una medida audaz y necesaria para el FMLN mientras busca recuperarse de sus recientes derrotas electorales y reconstruir su relevancia política. Los desafíos son inmensos, especialmente ante la abrumadora popularidad de Nayib Bukele y los cambios transformadores provocados por Nuevas Ideas. Sin embargo, si se mantiene fiel a sus principios fundamentales, aborda las necesidades inmediatas de la población e interactúa con los jóvenes, el FMLN puede comenzar a forjar un nuevo camino a seguir.
Lea también: Equilibrando la reducción de la violencia y los derechos humanos en El Salvador
El camino hacia la recuperación será largo y arduo. Aún así, con un liderazgo dedicado y una visión clara, el FMLN tiene el potencial de convertirse una vez más en una fuerza significativa en la política salvadoreña. El viaje requerirá resiliencia, adaptabilidad y un profundo compromiso con los valores que inspiraron inicialmente la formación del partido. Mientras el FMLN navega por este terreno desafiante, las lecciones aprendidas de su pasado y del panorama político actual serán cruciales para dar forma a su trayectoria futura.