La Soberanía de Panamá Debe Triunfar Ante las Amenazas de Trump al Canal
Panamá se opone con determinación al indignante plan del presidente electo Donald Trump de recuperar el control del Canal de Panamá. Las declaraciones de Trump han reabierto un viejo debate, subrayando la lucha de Panamá por el control del canal, el papel predominante de Estados Unidos en su creación y sus efectos más amplios en la diplomacia mundial.
Cómo EE. UU. Obtuvo el Canal
La historia del Canal de Panamá está llena de misterio, grandes ambiciones y acuerdos globales. A finales de 1800, Colombia gobernaba el territorio que más tarde se convertiría en Panamá. Sin embargo, en 1903, Estados Unidos, liderado por el presidente Theodore Roosevelt, ayudó a Panamá a independizarse de Colombia, intercambiando esta independencia por el control de la zona del canal.
Estados Unidos llevaba tiempo queriendo construir una vía que conectara los océanos Atlántico y Pacífico. La resistencia de Colombia a un tratado que cediera territorio a EE. UU. provocó la intervención de Roosevelt. El Tratado Hay-Bunau-Varilla, firmado entre el recién formado gobierno panameño y EE. UU., otorgó a Washington el control perpetuo sobre la zona del canal. El canal se completó en 1914, mostrando las habilidades de ingeniería de Estados Unidos y su poder en la política mundial.
Sin embargo, para Panamá, el acuerdo fue visto como una pérdida de control sobre su propio territorio. Durante décadas, la presencia estadounidense en la zona del canal fue percibida como un insulto a la soberanía panameña. La lucha por el control se intensificó a lo largo del siglo XX, culminando con los Tratados Torrijos-Carter de 1977. Firmados por el líder panameño Omar Torrijos y el presidente estadounidense Jimmy Carter, los tratados permitieron que Panamá recuperara gradualmente el control del canal. Para el 31 de diciembre de 1999, el canal fue transferido por completo a Panamá, marcando un momento triunfal para la nación.
Las Declaraciones de Trump Reavivan Tensiones Coloniales
Las recientes declaraciones de Trump sobre recuperar el Canal de Panamá evocan viejas ideas imperialistas. En una reunión conservadora en Phoenix, Trump afirmó que el canal estaba “cayendo en las manos equivocadas,” refiriéndose a un supuesto control chino en la zona. Estas palabras provocaron una respuesta inmediata del presidente panameño José Raúl Mulino, quien destacó que el canal es y seguirá siendo una parte permanente de la soberanía panameña.
La respuesta de Mulino subrayó la larga lucha de Panamá por su libertad y el profundo valor simbólico del canal. “Cada metro cuadrado del Canal de Panamá pertenece a Panamá y seguirá siendo así,” declaró Mulino en un mensaje de video, rechazando las amenazas de Trump como una afrenta a la autonomía del país. Mulino también señaló que el canal ha sido gestionado eficientemente desde su transferencia, en contra de las afirmaciones de Trump sobre una supuesta mala administración.
El Canal Como Punto Estratégico Global
El Canal de Panamá no es solo un símbolo nacional, sino una ruta clave para el comercio mundial. Conecta los océanos Atlántico y Pacífico, y sus 82 kilómetros permiten que cerca del 4% del comercio global fluya sin interrupciones. Productos como cobre chileno, bananos ecuatorianos y gas natural licuado estadounidense muestran la importancia estratégica del canal.
Las Implicaciones de las Provocaciones de Trump
Las declaraciones de Trump sobre recuperar el canal revelan una postura firme en política exterior y una visión global centrada en los negocios. Al etiquetar la transferencia del canal como una “pérdida” para EE. UU., Trump ignora la historia compleja y los acuerdos legales relacionados con la independencia de Panamá.
Estas palabras podrían desestabilizar acuerdos diplomáticos cuidadosamente elaborados y dañar las relaciones con otros países de América Latina. También reflejan una tendencia más amplia en su agenda de política exterior: el uso de amenazas económicas y militares para alcanzar objetivos geopolíticos.
La Posición de Panamá: Un Modelo de Soberanía
La respuesta firme de Panamá a Trump es un ejemplo brillante de cómo las naciones pequeñas pueden defender su autonomía frente a poderes más grandes. Desde que asumió el control del canal, Panamá ha invertido miles de millones en renovaciones, fortaleciendo su rol como un centro vital para el comercio internacional.
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El Canal de Panamá es más que un paso para barcos; es un símbolo de valentía, orgullo nacional y progreso. Al rechazar las demandas de Trump, Panamá reafirma su independencia y los principios de justicia y respeto que guían las relaciones internacionales.
