Las elecciones no afectarán la política migratoria en América Latina
A pesar de las diferentes plataformas de Kamala Harris y Donald Trump, las elecciones estadounidenses no cambiarán significativamente la política migratoria en América Latina. El análisis de Moody’s muestra que la aplicación de las leyes migratorias seguirá siendo estricta independientemente del resultado de las elecciones.
Continuidad a pesar de los resultados electorales
A medida que Estados Unidos se acerca a otra elección presidencial muy esperada, la inmigración vuelve a ser un tema central. Sin embargo, para los migrantes latinoamericanos que esperan cambios significativos en las políticas, el análisis reciente de Moody’s sugiere que el resultado de las elecciones no traerá la transformación que muchos podrían esperar. Ya sea que Kamala Harris o Donald Trump ganen, la política migratoria estadounidense probablemente se mantendrá firme, y se espera que ambos candidatos mantengan medidas de aplicación estrictas.
Si bien los demócratas y los republicanos a menudo divergen en su retórica sobre la inmigración, la realidad de la implementación de las políticas se ha alineado cada vez más con el paso de los años. Ambos partidos han gravitado hacia controles fronterizos más estrictos, en particular en respuesta a los complejos desafíos que plantea la migración indocumentada. El informe de Moody’s indica que, independientemente de quién asuma el cargo, la próxima administración estadounidense probablemente priorizará el endurecimiento de la frontera entre Estados Unidos y México y la limitación del flujo de migrantes de América Latina.
Esta coherencia entre las distintas líneas políticas subraya la idea de que la inmigración latinoamericana es un tema de seguridad nacional para Estados Unidos y no una cuestión partidista. Incluso si Harris aporta un tono más humanitario al debate, se espera que su administración mantenga una aplicación rigurosa de las leyes de inmigración similar a las políticas de Trump. Para los migrantes latinoamericanos, esto significa que los obstáculos que enfrentan para solicitar asilo o ingresar a Estados Unidos seguirán siendo tan difíciles como lo son ahora.
No se esperan cambios importantes
América Latina ha sido durante mucho tiempo una región de interés para la política de inmigración de Estados Unidos, dado el alto volumen de migrantes de países como Venezuela, Honduras y Guatemala. En los últimos años, la inestabilidad política, las dificultades económicas y la violencia en varias naciones latinoamericanas han llevado a un gran número de personas a buscar refugio en los Estados Unidos. Estas personas a menudo emprenden viajes peligrosos, enfrentando violencia, extorsión y explotación en el camino, solo para encontrar estrictas políticas fronterizas al llegar a los Estados Unidos.
Las próximas elecciones estadounidenses han provocado debates sobre si se vislumbran reformas migratorias significativas, en particular para los migrantes latinoamericanos. Sin embargo, el análisis de Moody’s sugiere que estas esperanzas son infundadas. Si bien Kamala Harris y Donald Trump pueden representar extremos diferentes del espectro político, se espera que ambos mantengan políticas que reduzcan la inmigración ilegal y restrinjan las solicitudes de asilo.
Para muchos migrantes de América Latina, esto significa que sus posibilidades de ingresar a los Estados Unidos legalmente seguirán siendo escasas, sin importar el resultado de las elecciones. Ambos candidatos están comprometidos con fortalecer la seguridad fronteriza y limitar las solicitudes de asilo, lo que indica que los migrantes latinoamericanos seguirán enfrentándose a un sistema legal complejo y a menudo impenetrable.
Las políticas de asilo y los controles fronterizos seguirán siendo estrictos
Una de las principales preocupaciones de los migrantes latinoamericanos es el proceso de asilo, que se ha vuelto cada vez más difícil de gestionar bajo las recientes administraciones estadounidenses. Tanto Kamala Harris como Donald Trump han señalado sus intenciones de seguir reduciendo el número de concesiones de asilo, centrándose en cambio en desalentar la migración irregular. Para América Latina, donde muchos migrantes buscan asilo para escapar de la violencia y la persecución, estas restricciones son particularmente impactantes.
El informe de Moody’s indica que la próxima administración estadounidense, independientemente del partido, probablemente mantendrá las políticas de asilo actuales. Esto incluye limitar el número de solicitudes de asilo aceptadas, particularmente en la frontera entre Estados Unidos y México, y aumentar los elementos disuasorios, como la controvertida política de “Permanecer en México”, que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en México mientras se procesan sus casos. Para los migrantes que huyen de la violencia en países como El Salvador u Honduras, estas políticas presentan barreras significativas para encontrar seguridad en Estados Unidos.
El endurecimiento de los controles fronterizos es otra área en la que se esperan pocos cambios, incluso con un posible cambio de liderazgo. Trump y Harris se han comprometido a aumentar los recursos de seguridad fronteriza, incluidos la tecnología, el personal y la infraestructura física. Esto significa que los desafíos que enfrentan los migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México continuarán, independientemente de quién gane las elecciones.
Los desafíos de la inmigración en América Latina no se ven afectados por las elecciones estadounidenses
La inestabilidad política y económica en muchos países latinoamericanos sigue impulsando a las personas hacia el norte, en busca de mejores oportunidades y seguridad en Estados Unidos. Sin embargo, si bien las elecciones estadounidenses son un evento importante, es poco probable que afecten los problemas centrales que enfrentan los migrantes latinoamericanos. El análisis de Moody’s deja en claro que las políticas de inmigración de Estados Unidos, en particular las relacionadas con América Latina, seguirán siendo esencialmente las mismas independientemente del resultado.
Para muchos en América Latina, las elecciones estadounidenses pueden parecer un posible punto de inflexión, pero las tendencias más amplias en la aplicación de las leyes de inmigración en Estados Unidos han sido constantes durante años. La pandemia mundial, las crisis económicas y las tensiones políticas solo han exacerbado estos problemas, lo que hace aún más improbable que Estados Unidos abra sus puertas a un número más significativo de migrantes.
Los gobiernos latinoamericanos deben buscar soluciones a los problemas migratorios más allá de las elecciones estadounidenses. En lugar de esperar una administración estadounidense más indulgente, estas naciones deben centrarse en mejorar las condiciones internas y fortalecer la cooperación regional para abordar la migración desde sus raíces. Las soluciones están en América Latina, desde las reformas económicas hasta la lucha contra la violencia y la corrupción.
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Las elecciones presidenciales estadounidenses pueden acaparar los titulares mundiales, pero su impacto en la política migratoria será mínimo para América Latina. Ya sea que Kamala Harris o Donald Trump ganen, la aplicación de las leyes migratorias en Estados Unidos seguirá siendo estricta, con oportunidades de asilo limitadas y sólidas medidas de seguridad fronteriza. Para los migrantes latinoamericanos, los desafíos que enfrentan persistirán mientras Estados Unidos siga priorizando los intereses internos sobre una reforma migratoria integral.