Las mujeres y la discriminación en la industria tecnológica
Todo empezó gracias a un post de Susan Fowler acerca de sus malas experiencias como miembro del equipo de Uber
Históricamente, la participación de las mujeres en el campo de la tecnología ha sido reducida. Eso no quiere decir que no hayan aportado gran valor. De hecho, gracias a algunas de ellas es posible usar internet o ir a la luna, por ejemplo.
Ada Lovelace fue quién creó el primer lenguaje de programación; Edith Clarke, la primera ingeniera eléctrica en Estados Unidos; Margaret Hamilton fue la directora de desarrollo de Software del proyecto Apolo. Ella ayudó y dirigió al equipo de programadores que escribieron el código que llevó a un humano a la luna. Estas y otras mujeres lograron grandes cosas en una época donde la discriminación de género era un tema institucional.
Lamentablemente, en muchas ocasiones, la mujer no es vista por su talento, capacidad e inteligencia sino de manera superficial; por su físico. Años atrás esto pasaba desapercibido, era visto como una práctica normal. Sin embargo, éste 2017 ha sido el año en que se ha puesto en evidencia un grave problema de acoso sexual y laboral en el mundo de la tecnología.
Todo empezó gracias a un post de Susan Fowler en su blog personal acerca de sus malas experiencias como miembro del equipo de Uber. Hace unas semanas, el New York Times avivó el debate dando a conocer el testimonio de varias mujeres que sufrieron acoso por parte de inversionistas en Silicon Valley.
Lo que más sorprende es que los casos más graves ocurran en Silicon Valley, considerada la meca de la tecnología y la innovación; lugar donde se desarrollan los productos que usan millones de personas en el mundo.
Para las mujeres es difícil y poco atractivo ingresar a esta industria y no por qué no cuenten con los conocimientos y habilidades, sino por qué desde hace tiempo se ha promovido únicamente como un campo para hombres donde no existen ambientes propicios para que ellas se sientan cómodas trabajando.
Según Freddy Vega, CEO de Platzi, un startup de educación online fundada en Bogotá, las empresas en la industria de la tecnología tienden a tener entre un 80% a 90% de hombres en su fuerza laboral; es impresionante la poca inclusión de mujeres. Falta mucho trabajo para lograr equidad. Con contratar mujeres en las empresas tecnológicas no resuelve todo, pero es un gran primer paso. Se debe crear un ambiente de trabajo en donde las mujeres se sientan cómodas, seguras e incluidas en las decisiones que se tomen al interior de la empresa.
Ellas están luchando y muchas empresas, en especial, en Latinoamérica están implementando en sus culturas, códigos de conducta y otras estrategias para disminuir esta brecha y aumentar significativamente el número de mujeres que favorezcan el ambiente laboral en esta industria, libres de discriminación.
Latin American Post | Juan David Salgado
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