ANÁLISIS

Mujeres a la “izquierda”, hombres a la “derecha”

Desde el vecindario suramericano y sus cambiantes aires politiqueros: recomponiendo su actividad política e impacto social desde la izquierda “contemporánea” a la derecha “renaciente”

Mujeres a la “izquierda”, hombres a la “derecha”

La tendencia diciente de la renovada llegada, gestión y ahora cuasi partida de la izquierda política en el continente suramericano nos deja sensaciones y enseñanzas bastante interesantes para llevar a cabo el debate.

Pero enfoquémonos en lo siguiente: ¿Será que el rastro izquierdista -abanderado de algún modo por mandatarias- que dejó la gestión de sus representantes en el poder fue tan sólo un impulso que claramente demuestra ahora su tenue presencia para que los de derecha -abanderado hoy día por mandatarios- arremetan para divulgar que son quienes tienen la razón en asuntos gobiernistas?

Y es que, si lo vemos en detalle, tenemos un marcado balance en cuanto a mandatos anteriores y actuales de izquierda o centroizquierda, comandados por mujeres, tales como: Michelle Bachelet en Chile, Cristina Fernández de Kirchner en Argentina y Dilma Rousseff en Brasil. En tanto que Uruguay, Bolivia, Venezuela y Ecuador son presididos actualmente por hombres.

A su turno, en la derecha vemos que los mandatarios actuales enarbolan tales banderas de países como: Colombia, Perú, Argentina, Brasil y Paraguay. Así las cosas, no enfocando esta cuestión en un tema sexista, o queriendo destacar un género por encima del otro (no es el caso), sí es pertinente analizar el por qué las mujeres se han inclinado por gobernar bajo este modelo político. Igualmente, se debe considerar por qué éste muestra una tendencia a volcarse de nuevo a la derecha. Bueno, la respuesta la tendrá cada uno.

Lo que sí cabe decir, dado el planteamiento anterior, es que definitivamente el desarrollo de los pueblos no consiste en ser mujer u hombre, de izquierda o centroizquierda, de derecha o centroderecha. Aún, si la Guerra Fría demostró el triunfo del Capitalismo gringo sobre el Socialismo ruso, tampoco es el argumento para deducir el progreso social.

Pero también se puede deducir que este asunto de mandatos y doctrinas politiqueras para regir un país será y seguirá siendo cambiante. Es así como nos tendremos que seguir avocando, como hasta ahora, a ver “desfilar” a los de una orilla o los de otra, para que sigan gobernando bajo el disfraz del actuar en democracia y equidad.

Ahora, volvemos a lo mismo: no es tanto el color de unas banderas o frases discursivas muy bien acuñadas con hambre de poder. Antes bien, el fondo es erradicar a la corrupción de todas las instancias de la vida, y así, esta misma dinámica se encargará de poner a los que deban hacerlo de la mejor manera. ¡Sí!, esta es la verdadera “nuez” del razonamiento: sacar de tajo al corrupto.   

Pues no olvidemos: las sociedades son gobernadas por aquellos que reflejan, indefectiblemente, la condición de ésta. Es así que si un pueblo ama lo corrupto o es indiferente ante los hechos perversos que brotan casi que a diario, así mismo serán quienes los rijan: ya que, finalmente, quienes los elegimos, somos los que después beberemos de sus mismas aguas. ¿Víctimas de nuestro propio invento?

LatinAmerican Post | Diego Espitia

 

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