¿Qué nos hace colombianos?
El país representa el 50% de los páramos en todo el mundo; solo unos cuantos países en el planeta cuentan con estas riquezas ecológicas
Responder a la pregunta: ¿Qué nos hace colombianos?, quizá no sea muy sencillo de resolver. Pues más allá de un gol, una canción o un programa de televisión, se esconde una biodiversidad que sin duda es uno de los ejes de nuestra identidad nacional.
Gran parte de los ciudadanos ignora la vital importancia de ciertos ecosistemas que desde el comienzo de la historia, han contribuido de manera vital al planeta tierra y a la existencia humana. Los páramos son un habitad lleno de riquezas ecológicas con condiciones muy peculiares que muy pocos se han dado la tarea de conocer.
En Venezuela, Colombia, Ecuador y una pequeña parte de Perú, existen páramos. Colombia tiene el 50 por ciento de ellos. Allí viven 68 especies endémicas, es decir no se hallan en ningún otro lugar del planeta tierra, tiene la presencia de varios grupos étnicos, también se configura el nacimiento de varios ríos del país y sobre todo, el 70 por ciento de los colombianos dependen del agua que nace de los mismos.
Sin embargo, en varias ocasiones éstos recursos naturales se han visto afectados debido al mal uso que se le ha dado, causando graves enfermedades , acabando con el agua y contaminando los ríos.
La necesidad de preservar la vida frente a las presiones del mercado
Según el Joan Martínez Alier, docente de la Universidad Autónoma de Barcelona, en Colombia los presidentes tienen una cierta obsesión por la locomotora minera. Y es que creer que explotar estos lugares aumenta la economía del país, es una idea bastante cuestionable.
De acuerdo a la denuncia expuesta por la ONG Greenpeace, gracias a las licencias otorgadas a las industrias como Cerrejón, Golf, y Hunza Coal, estas multinacionales están generando daños irreparables en ecosistemas de recargas hídricas fundamentales para la canalización y el filtro de más del 70 por ciento de agua que se consume en el país.
Pues aunque se han firmado varios acuerdos en los cuales se garantiza la protección de estos ecosistemas y la prohibición de explotación minera en estos lugares, muestras de agua han sido encontradas con alteraciones en el ph y altísimos niveles de conductividad en plena zona de páramo, afirmó la coordinadora local de Greenpeace, Silvia Gómez.
No hay duda que colocar precios a daños irreparables no es la solución. Y así como lo indicó Brigitte Baptiste Directora de la Fundación Von Humbul para el programa Su madre Naturaleza del Canal Capital: “Extraer recursos naturales para la economía del país es la receta contraria a la sostenibilidad. Los hidrocarburos son recursos no renovables, la riqueza desaparece”.
Pero ¿Por qué a las industrias les interesa tanto estos ecosistemas? Es triste notar que son los extranjeros quienes conocen las verdaderas riquezas que poseen los colombianos. Debajo de estos biodiversos terrenos se esconden minerales como el oro y el carbón. Y estas multinacionales no tienen ningún problema en ofrecer lo poco para obtener lo más. Así es el caso del Cerrejón expuesto por Germán Castro Caicedo en su libro “La Tormenta”, que propuso desviar el río Ranchería de la Guajira a cambio de una cancha de fútbol, obteniendo un lucroso resultado. Ya que multinacionales como ésta exporta entre 30 y 40 millones de toneladas de carbón al año. Pero ¿Cuáles son sus consecuencias? ¿Cuál es el precio que han tenido que pagar los habitantes de estos ecosistemas? Problemas respiratorios en la población Guayú, escasez de agua, la contaminación en el río Cauca, la erosión causada por el mal uso, son solo algunas de las consecuencias de estos proyectos que para el Gobierno Nacional engrandece nuestra economía.
Finalmente, teniendo en cuenta lo dicho anteriormente, es importante preguntarse ¿Qué hacer al respecto? ¿Habrá alguna forma de reparar todos estos daños?
Construyendo una cultura “paramuna”
Aunque los daños son bastante considerables, es alentador saber que existen organizaciones que comprenden la importancia de preservar lugares como los páramos. El Instituto de Recursos Biológicos o más conocido como la Fundación Von Humbul, emprendió una alianza con la Unión Europea, quien donó cinco millones de euros y así mismo recibió una ayuda de parte del el Ministerio de Ambiente de 1.2 millones de euros, para contribuir en la regulación hidrológica, la depuración del agua, el control de la erosión y el desarrollo de las actividades campesinas en estos ecosistemas.
De acuerdo a la Directora de la Fundación Brigitte Baptiste, este proyecto va a trabajar en los páramos donde existe un mayor conocimiento de la preservación de los mismos, como Santurbán- Santander, Rabanal en Boyacá, Las Hermosas en el Valle del Cauca y los Nevados en la zona cafetera.
Sin embargo, es importante mencionar que este es un trabajo de todos, ya que el involucrarnos un poco más en temas como el cuidado de los páramos, el conocer nuestras verdaderas riquezas, crear una identidad propia, construyendo una cultura “Paruma” y el preguntarnos ¿Cómo puedo contribuir desde casa? Son formas de obtener un beneficio colectivo, pensando en un bienestar para futuras generaciones.
Latin American Post | Julieth Gutiérrez
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