Series en Latinoamérica: la ‘prostitución’ de la realidad
La recreación de la muerte de Luis Andrés Colmenares, hace parte del nuevo rompecabezas de la televisión: la ridiculización de la violencia en la vida real
En los últimos años las grandes cadenas de televisión han sido testigo, no solo del revolcón tecnológico que resultó la evolución constante de las nuevas plataformas digitales, con base en el internet, sino, también, de la transformación de los contenidos y la ‘importancia’ de la violencia en la creación de nuevos productos audiovisuales.
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Ejemplo de ello son la creación, en el caso latinoamericano, de series que tienen al narcotráfico como protagonista, antagonista –a la vez- incluso, como un Dios. Las ‘narconovelas’, en su mayoría colombianas y mexicanas, son muestra de la cultura corrupta, violenta y cínica que día a día vivimos en nuestra región.
Dichas producciones generan, aun en los más pequeños, una percepción errada de una problemática social que hoy está siendo justificada, cuando, tanto moral como culturalmente, debería ser castigada. Pero, todavía peor, es el hecho de la ‘prostitución’ de la realidad descrita en historias de ficción.
Durante la última década proyectos como “Escobar: el Patrón del mal” o “El Señor de los Cielos”, más que recrear o restaurar la fatídica historia que ha dejado el negocio de la droga en Latinoamérica, terminaron por re victimizar a las personas que de una u otra manera se han visto afectados por las olas de violencia en el subcontinente.
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Burla mediática
Ahora bien, las producciones que tienen que ver con casos de la vida real y la muerte como tema principal no solo han puesto sus bases en el narcotráfico. Algunas de ellas han expuesto grandes historias en las que los asesinatos de ciertas personas las han puesto en lo más alto de la fama o, sí ya tenían cierto reconocimiento, terminaron por alcanzar el Olimpo de la admiración. Sea el caso que sea, la sangre ha sido la tinta con la que sea escriben los guiones y el irrespeto a la memoria de las víctimas, el argumento central.
Es por esto que la idea de llevar a la pantalla chica la historia de Luis Andrés Colmenares (joven colombiano muerto en 2010, y cuyo caso aún es toda una incógnita) en 2019, no es para nada una sorpresa entre un mercado que explota la identidad violenta del público latinoamericano.
Cómo Netflix va a ser una serie de Colmenares sin ni siquiera el caso está resuelto? Como raro rating a costillas de tragedias en Colombia
— Daniela Rincon (@26Dani97) 11 de octubre de 2018
Por supuesto, la familia del joven no ha visto con buenos ojos la recreación de este suceso que hará parte de la segunda temporada de “Historia de un crimen”, una serie original de Netflix. En entrevista para Caracol Radio, Luis José Colmenares, su padre, determinó que tomará medidas legales contra la empresa de streaming, la cual ya está acostumbrada a generar este tipo de contenidos.
Otros casos son las historias relatadas por la cadena FOX en ‘American Crime Story’, serie que ya tiene dos temporadas en las que describe el caso de OJ Simpson, en los años 90, y el asesinato del famoso diseñador Gianni Versace. Ambas historias reflejo del morbo creado, tanto por la raíz violenta de ambas historias como por la mediatización de las mismas.
En conclusión, la televisión de los últimos años se ha convertido en una fábrica de sueños, pero rotos. El dolor y la angustia causados por las vivencias violentas y, en términos más fuertes, sangrientos en algunas personas, se han convertido en los argumentos principales de un mercado que cada día demuestra más su apatía por el bienestar humano y el respeto al recuerdo de las víctimas.
¿Será tan limitada la imaginación de los guionistas de hoy en día que deben optar por ridiculizar los hechos violentos de la vida real, en lugar de
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LatinAmerican Post | Christopher Ramírez Hernández
* La opinión del redactor no representa la del medio
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