Violencia: la cotidianidad de Latinoamérica
La última vez que El Salvador pasó un día completo sin ningún asesinato fue el 22 de enero de 2015, según los registros mantenidos por The Associated Press. También ocurrió una vez en 2013 y en dos días del año anterior.
La nación de alrededor de 6 millones de personas promedió 14,4 asesinatos al día el año pasado.
Las muertes alcanzaron un máximo de 104 por cada 100.000 habitantes en 2015, la tasa más alta para cualquier nación que no estaba en guerra abierta ese año.
Los homicidios cayeron alrededor del 20 por ciento en 2016, pero seguía siendo uno de los países más violentos, con 81,2 asesinatos por cada 100,000 habitantes.
Estas cifras alarmantes de violencia y asesinatos no aplican solo a El Salvador, sino a toda Latinoamérica. Y lo que es más impactante aún, a Latinoamérica le asombra un día sin violencia más que un día con ella.
Diariamente los noticieros de Latinoamérica muestran una realidad tan sangrienta que nos han dejado sólo dos caminos: convertirnos en una sociedad tolerante a la violencia o en una sociedad completamente indiferente.
Los índices de homicidio se redujeron para el año 2016, pero diferente a lo que expresan muchos gobiernos, la violencia en Latinoamérica no ha acaba.