CIENCIA Y TECNOLOGÍA

El sorprendente escorpión rociador de veneno de Colombia

En lo profundo de los oscuros bosques del centro de Colombia, un escorpión “moderadamente grande” sorprendió a un científico al rociar gotas de veneno directamente desde su cola, un descubrimiento revelador que no solo presentó una nueva especie al mundo, sino que también desafió nuestras ideas sobre cómo estos animales se defienden.

Una noche de bajas expectativas

En diciembre de 2023, el biólogo y entusiasta de los escorpiones Léo Laborieux llegó a La Vega, a unos 80 kilómetros al noroeste de Bogotá, anticipando una noche rutinaria de recolección de insectos. El plan era sencillo: instalar una trampa de luz, esperar que se acercaran polillas y escarabajos, y luego recoger cualquier cosa que volara hacia la luz.

Sin embargo, la trampa permaneció decepcionantemente vacía mientras él y su equipo se encontraban en medio del aire húmedo del bosque y el constante zumbido de la fauna nocturna. En lugar de ver insectos revoloteando, solo vieron algunas polillas dispersas. Ansioso por salvar la noche, Laborieux se dirigió al suelo del bosque. Algunos escorpiones dispersos ya habían llamado su atención alrededor de la estación de investigación, y en un país donde surgen especies nuevas regularmente, revisarlos parecía un plan valioso.

Con su linterna iluminando hojas y ramas, pronto vio un escorpión de color marrón oscuro y tamaño moderado caminando. A simple vista, parecía un escorpión común, pero había algo inusual en su coloración y textura. Pensando que podría ser una variedad local que no había encontrado antes, Laborieux cuidadosamente introdujo al escorpión en un recipiente transparente para un examen más cercano.

Lo que ocurrió a continuación cambió todo. Con la esperanza de mostrarle a un colega cómo reacciona un escorpión cuando se le provoca, lo pinchó suavemente con un pequeño palo. En lugar de levantar su cola o intentar picar, el escorpión roció gotas de veneno a través del recipiente de plástico. Por un segundo, pensó que estaba imaginando cosas. Pero un segundo pinchazo produjo la misma respuesta: un delgado chorro de líquido saliendo de la punta de la cola.

Un sorprendente nuevo truco defensivo

En ese momento, Laborieux se dio cuenta de que podría estar presenciando algo que nadie había documentado en Colombia. La mayoría de los escorpiones entregan su veneno a través de picaduras directas, la cola alcanza al objetivo. Pero este rociaba el veneno a distancia, casi como una mini pistola de agua. Decidido a confirmar lo que había visto, Laborieux pasó los siguientes días capturando más ejemplares, un total de once, y registrando cuidadosamente cada instancia de este extraño comportamiento.

Bajo video en cámara lenta, era fascinante: con su cola levantada, el escorpión flexionaba músculos específicos y disparaba gotas de veneno hasta unos 35 centímetros de distancia. Para una criatura pequeña de solo un par de pulgadas de largo, esa es una distancia significativa, suficiente para disuadir a un animal curioso (o a un científico) antes de que se acerque demasiado. Los escorpiones a veces sorprenden a los investigadores con rasgos extraños, pero esto estaba en otro nivel. Nadie había notado esta habilidad en un escorpión en Sudamérica.

La criatura era un miembro del género Tityus, un grupo conocido por algunos venenos potentes. Después de medirlo, compararlo con otras especies y documentar sus características únicas, Laborieux lo describió y nombró formalmente como Tityus Achilles, en honor a Aquiles, el legendario guerrero griego famoso por su destreza en el lanzamiento de lanzas. Para el escorpión, su “lanzamiento” es esa cola llena de veneno capaz de disparar el veneno en lugar de entregarlo directamente.

Vida en un ecosistema misterioso

La Vega es un tapiz viviente de biodiversidad, con aves, insectos, ranas y artrópodos incontables escondidos en casi todos los rincones. Aun así, nadie esperaba que apareciera una nueva especie de escorpión, mucho menos una que rompa el molde de cómo suelen comportarse estos animales, tan cerca de una estación de investigación. Este descubrimiento subraya lo vasto y poco explorado que sigue siendo el mundo natural de Colombia.

Los escorpiones suelen mantener en equilibrio los ecosistemas al cazar insectos y pequeños artrópodos. Su presencia generalmente indica que un hábitat está funcionando bien. Pero el escorpión de Aquiles aporta algo extra a esa historia: puede mantener a los depredadores (o a los humanos curiosos) a raya sin tener que acercarse a ellos. Es una adaptación ingeniosa que evolucionó en respuesta a las amenazas ambientales.

La pregunta es si Tityus Achilles es una anomalía solitaria o la punta de un iceberg evolutivo. ¿Podrían otros escorpiones regionales tener habilidades similares pero permanecer ocultos porque nadie pensó en revisarlos? Los científicos están ansiosos por estudiar el veneno en sí, cómo se produce, su toxicidad y si es químicamente distinto de los parientes cercanos. El género Tityus incluye especies cuyo veneno es lo suficientemente potente como para representar riesgos médicos graves para las personas, por lo que comprender al escorpión de Aquiles es algo más que una curiosidad académica.

Abrazando lo no planeado

El descubrimiento de Aquiles destaca cuán a menudo la ciencia depende de momentos de serendipia. Una trampa de luz fallida y una mala captura de polillas llevaron a Laborieux a explorar escorpiones locales que podría haber ignorado. Esta situación muestra cómo nuevas perspectivas, junto con algo de apertura mental, conducen con frecuencia a descubrimientos emocionantes.

En La Vega, los lugareños son tanto curiosos como cautelosos respecto al descubrimiento del escorpión. Por un lado, es un recordatorio de cuán únicos son los ecosistemas de Colombia. Por otro lado, un escorpión capaz de rociar veneno puede no ser la idea de todos de un residente amigable del bosque. Aun así, muchos en la comunidad se sienten orgullosos de que tal criatura rara habite su región.

A pesar de la momentánea celebridad de Tityus Achilles, quedan muchas preguntas por responder. ¿Está confinado a este pequeño parche de bosque cerca de La Vega o se extiende más ampliamente? ¿Podría prosperar en otras partes de Colombia donde nadie ha salido a cazar escorpiones por la noche? Y, ¿qué significa su descubrimiento para futuros estudios de biodiversidad en un país que apenas ha comenzado a explorar el alcance completo de sus riquezas ecológicas?

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El tiempo lo dirá. El escorpión de Aquiles demuestra que la naturaleza todavía puede sorprendernos, incluso cuando creemos que ya lo hemos visto todo. Personas como Léo Laborieux muestran una curiosidad incansable, convirtiendo una tranquila noche húmeda en algo sacado de una obra de ciencia ficción, esta vez, todo real. Cada gota de veneno que impacta el lado del recipiente de plástico revela la interminable creatividad de la evolución. Y eso por sí solo es una razón suficiente para seguir explorando, seguir mirando bajo rocas y hojas, y seguir celebrando cada nueva revelación oculta en los bosques de Colombia.

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