Impulsando América Latina a través de la gran ciencia: La fuente de luz del Gran Caribe
El proyecto Greater Caribbean Light Source podría revolucionar la investigación científica y el desarrollo regional en América Latina. Victor M. Castaño, Pedro Fernández de Córdoba y Galileo Violini, participantes del proyecto LAMISTAD, destacan el potencial transformador de la iniciativa en un artículo de opinión publicado en la revista Nature.
En la búsqueda del progreso científico y el desarrollo económico, América Latina se ha enfrentado durante mucho tiempo al desafío de acceder a infraestructura de investigación de vanguardia. Los investigadores de la región a menudo han estado en desventaja, al carecer de las herramientas y las instalaciones disponibles en los países más desarrollados. Sin embargo, el proyecto Greater Caribbean Light Source (GCLS), una iniciativa del Sincrotrón Internacional Latinoamericano para la Tecnología, el Análisis y el Desarrollo (LAMISTAD), tiene como objetivo cambiar eso al llevar tecnología avanzada de fuentes de luz a la región. Como se destacó en un artículo de opinión publicado recientemente en Nature por Victor M. Castaño, Pedro Fernández de Córdoba y Galileo Violini, este proyecto promete acelerar el progreso científico, económico y social en la región del Gran Caribe.
El poder de las fuentes de luz avanzadas
Las fuentes de luz avanzadas, como los sincrotrones, se encuentran entre las herramientas más poderosas de la investigación científica moderna. Estas instalaciones generan haces de luz intensos acelerando electrones a velocidades cercanas a la de la luz, lo que produce fotones con energías que abarcan todo el espectro electromagnético, desde rayos X hasta longitudes de onda ultravioleta e infrarrojas. Estos haces de luz tienen muchas aplicaciones, entre ellas la física de la materia condensada, la ciencia de los materiales y la investigación biológica. Son cruciales para estudiar las estructuras y propiedades de los materiales, desarrollar nuevos medicamentos y vacunas e incluso preservar el patrimonio cultural.
A pesar de su importancia, el acceso a los sincrotrones está distribuido de manera desigual en todo el mundo. Los países de ingresos bajos y medios (PIMB), en particular en África y la región del Gran Caribe, tienen dificultades para acceder a estas instalaciones. El proyecto LAMISTAD busca abordar esta disparidad estableciendo un sincrotrón en el Gran Caribe, que proporcione a los investigadores de la zona un acceso muy necesario a la tecnología de fuentes de luz avanzadas.
Aprendiendo de ejemplos globales
El proyecto LAMISTAD se inspira en iniciativas similares en otras regiones, como la instalación SESAME en Jordania y el acelerador Sirius en Brasil. Después de dos décadas de desarrollo, SESAME (Synchrotron-light for Experimental Science and Applications in the Middle East) se inauguró en 2017. Se ha convertido en un símbolo de la diplomacia científica, reuniendo a investigadores de regiones políticamente sensibles para colaborar en proyectos científicos. El éxito de SESAME demuestra el potencial de los sincrotrones para fomentar la cooperación internacional y abordar los desafíos regionales.
De manera similar, el acelerador Sirius de Brasil, que comenzó a funcionar en 2020, ha sido fundamental para el avance de la investigación científica en América Latina. La instalación desempeñó un papel crucial en la determinación de las estructuras de las proteínas del virus SARS-CoV-2, lo que ayudó al desarrollo de tratamientos contra la COVID-19. Sirius sirve como modelo para el proyecto GCLS, mostrando el impacto significativo que un sincrotrón bien respaldado puede tener en los esfuerzos de investigación regionales y globales.
Elección del emplazamiento y el alcance adecuados para el GCLS
Uno de los pasos críticos para la realización del proyecto GCLS es la selección del emplazamiento adecuado y la definición del alcance técnico de la instalación. Hidalgo (México) ha emergido como un candidato sólido para albergar el sincrotrón gracias a sus condiciones geológicas estables, el acceso al agua y la electricidad y la infraestructura moderna, que incluye Internet y telecomunicaciones de alta velocidad. La decisión sobre el emplazamiento dependerá en última instancia de consideraciones políticas y compromisos de los países participantes.
Desde el punto de vista técnico, se debe considerar cuidadosamente el nivel de energía con el que funcionará el sincrotrón. Un sincrotrón de 1,5 gigaelectronvoltios (GeV), que complementaría la instalación Sirius de 3 GeV de Brasil, podría ser una opción viable. Si bien un anillo de menor energía podría limitar la gama de aplicaciones, su funcionamiento sería más rentable. Podría adaptarse a las necesidades específicas de la región, como estudios sobre biodiversidad, agricultura y ciencia climática.
Además, se deben considerar fuentes de energía limpia para alimentar el GCLS. La instalación SESAME es un ejemplo pionero, ya que es el primer sincrotrón que funciona únicamente con energía renovable. El GCLS podría emular este modelo para reducir los costos operativos y el impacto ambiental.
Creación de capacidad mediante capacitación y colaboración
Para que el GCLS tenga éxito, necesitará una fuerza laboral calificada capaz de operar la instalación y utilizar sus capacidades. Afortunadamente, América Latina tiene una base sólida sobre la cual construir. La experiencia de Brasil con fuentes de luz avanzadas, principalmente a través de su anterior sincrotrón UVX, proporciona una base para los usuarios iniciales del GCLS. México también tiene una creciente comunidad de investigadores a los que se puede capacitar para utilizar la tecnología de sincrotrón.
La capacitación será esencial y se puede lograr mediante iniciativas locales y colaboraciones internacionales. Programas como la Escuela Europea Hércules, que ofrece capacitación en técnicas de radiación de sincrotrón, podrían servir como modelo para generar experiencia en la región. Además, las asociaciones con instalaciones establecidas como Sirius en Brasil y SESAME en Jordania pueden brindar oportunidades valiosas para intercambios de personal, talleres y conferencias.
Obtención de financiación y apoyo
La construcción de un sincrotrón es una importante tarea financiera, con unos costes iniciales de construcción que ascienden a cientos de millones de dólares y unos gastos operativos anuales que podrían alcanzar los 50 millones de dólares. Para que el GCLS se convierta en realidad, será necesaria una amplia base de apoyo financiero, que incluye contribuciones de los gobiernos de los países participantes, inversiones del sector privado y financiación de organizaciones internacionales de investigación y desarrollo.
El proyecto SESAME ofrece un modelo útil para conseguir dicho apoyo. Se financió mediante una combinación de financiación pública de varios países y donaciones de equipos de organizaciones internacionales como el CERN. Se podría adoptar un enfoque similar para el GCLS, aprovechando los recursos y la experiencia de socios globales.
Además del apoyo financiero, el proyecto requerirá el respaldo político y social. Obtener el respaldo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) podría ser decisivo para movilizar a los gobiernos, los financiadores y las organizaciones internacionales para que apoyen el GCLS. Además, la participación de organizaciones con intereses en la región, como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Comunidad del Caribe (CARICOM), será crucial para alinear el proyecto con los objetivos de desarrollo regional.
Fomento de la cooperación interregional
El proyecto GCLS representa una oportunidad para fortalecer la cooperación interregional, en particular entre América Latina y África. El proyecto African Light Source (AfLS), que comparte objetivos similares a los del GCLS, ya ha establecido una asociación con LAMISTAD. Esta colaboración, formalizada en el Foro Científico Mundial de Ciudad del Cabo en 2022, es un paso importante hacia la construcción de una red global de instalaciones de sincrotrón en el sur.
Estas colaboraciones no solo son científicamente enriquecedoras, sino también rentables, ya que permiten que las regiones con recursos limitados compartan conocimientos e infraestructura. La historia de colaboraciones internacionales exitosas en física de alta energía, como las facilitadas por el CERN, demuestra los beneficios de tales asociaciones. Estas colaboraciones han llevado a avances tanto en América Latina como en África, y los investigadores de estas regiones ahora contribuyen a los esfuerzos científicos globales.
Un hito en el desarrollo científico de América Latina
El proyecto GCLS representa un hito significativo en el desarrollo científico de América Latina. Como sostienen Victor M. Castaño, Pedro Fernández de Córdoba y Galileo Violini en su artículo de opinión en Nature, el proyecto tiene el potencial de transformar el panorama científico de la región, abordando desafíos sociales y económicos críticos mediante investigación de vanguardia.
Si bien el camino para hacer realidad el GCLS no está exento de desafíos, el proyecto ya ha logrado avances significativos. El establecimiento de una red de investigadores en América Latina, América del Sur y África es un testimonio del potencial del proyecto. Con el apoyo continuo de los gobiernos regionales, las organizaciones internacionales y la comunidad científica mundial, el GCLS podría convertirse en una instalación emblemática para la región del Gran Caribe, impulsando el descubrimiento científico y el desarrollo regional en las próximas décadas.
El futuro de la gran ciencia en América Latina
La visión de la Fuente de Luz del Gran Caribe es audaz, pero es una que encierra una enorme promesa para América Latina. Mientras la región sigue lidiando con desafíos sociales, económicos y ambientales, el GCLS ofrece un camino a seguir, uno que aprovecha el poder de la innovación científica para impulsar el progreso. Con el apoyo de colaboraciones internacionales, respaldo financiero y un compromiso con la capacitación de la próxima generación de investigadores, el GCLS podría posicionar a América Latina como líder en la investigación científica mundial.
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Como enfatizaron los participantes de LAMISTAD en su publicación en Nature, el éxito del proyecto GCLS requerirá un esfuerzo concertado de todas las partes interesadas. Pero si se logra, será un logro histórico para América Latina, que mostrará la capacidad de la región para la excelencia científica y su potencial para contribuir a resolver algunos de los desafíos más urgentes del mundo.