James Webb: El telescopio que buscará planetas habitables
El telescopio contiene un espejo revestido de oro y se ubicará a 1,5 km de la Tierra
En 2019 un telescopio gigante será enviado al espacio exterior para estudiar las primeras galaxias, la formación de sistemas planetarios y el nacimiento de las estrellas. Se trata del James Webb Space Telescope (JWST), un colosal objeto astronómico que promete brindar luz a algunos de los misterios más estudiados del Universo.
El James Webb, nombrado así en honor al segundo administrador de la NASA y gran impulsor del programa Apolo, James Edwin Webb, empezó a planificarse desde 1996, cuando la NASA, la ESA y la Agencia Espacial Canadiense, iniciaron un proyecto conjunto conocido para entonces como Next Generation Space Telescope. Para el JWST se han destinado al menos 10 millones de dólares y su principal objetivo es explorar el espacio e identificar cómo el universo consiguió evolucionar desde sus formas más básicas, hasta la existencia de planetas con capacidad para albergar vida.
Este gigante explorador tiene un espejo de 6,8 metros compuesto por 18 piezas hexagonales de un material ligero conocido como berilio, el cual se usa en la fabricación de aviones y tubos de rayos X. Dicho espejo está revestido de oro, metal precioso que ayudará a detectar la luz infrarroja. El JWST será transportado en una aeronave o spacecraft que a su vez llevará un enorme escudo solar para proteger al telescopio de la luz emitida por el Sol, y será ensamblado junto con el módulo científico, que en conjunto se llaman OTIS, Optical Telescope Elementa and Integrated Science.
Misión: Encontrar planetas habitables
Durante los primeros días de febrero el telescopio fue transportado en dos partes desde la Centro Espacial Jhonson en Houston hasta el Northrop Grumman Aerospace Systems’ Space Park facility en Redondo Beach, California. Allí las partes serán integradas y probadas para asegurar el lanzamiento exitoso del JWST en 2019.
Como lo explica en un comunicado el director del proyecto James Webb de la NASA, Eric Smith, “el observatorio James Webb, el cual es el resultado del trabajo de miles de científicos e ingenieros de todo el mundo, será cuidadosamente ensayado para asegurar que está listo su lanzamiento y permitir que los científicos busquen otros los primeros objetos luminosos en el universo y encuentren señales de posibles planetas habitables”.
Hace pocas semanas atrás, el James Webb completó con éxito una prueba criogénica, test con el cual pudo confirmarse que el telescopio podría funcionar sin alteraciones en gélidas condiciones y sin aire. De acuerdo con previos conocimientos científicos, el JWST tendrá que soportar temperaturas por debajo de los -220 °C, ya que orbitará alrededor del punto conocido como Lagrange L2.
Este lugar ha sido considerado por la comunidad científica como un punto óptimo lo suficientemente lejano y cerca del Sol y la Tierra para llevar a cabo este tipo de observaciones. El punto se localiza a 1,5 millones de kilómetros de distancia del planeta, para ponerlo en comparación recordamos que la Luna se encuentra a 348.000 kilómetros de distancia.
En esta ubicación lejana sería improbable que daños o tropiezos técnicos en el telescopio puedan ser reparados por astronautas. Por tanto, las pruebas y ensamble del JWST serán rigurosamente realizados con el objetivo de garantizar que el observatorio espacial pueda escudriñar el universo al menos durante cinco años, con la posibilidad de que su vida útil puede extender durante otros cinco años más.
Latin American Post | Krishna Jaramillo
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