La historia no contada del último descubrimiento de la anaconda andina
Una investigación reciente ha descubierto la existencia de una especie de anaconda hasta ahora desconocida en América del Sur, la anaconda verde del norte (Eunectes akayima). Este descubrimiento no solo desafía nuestra comprensión de estos gigantes acuáticos, sino que también resalta la urgente necesidad de esfuerzos de conservación en sus hábitats en rápido deterioro.
Las anacondas, pertenecientes al género Eunectes, son un grupo de serpientes acuáticas nativas de las laderas orientales de los Andes en América del Sur. Estas serpientes de gran tamaño, conocidas por su adaptabilidad a un estilo de vida acuático, habitan los ríos de tierras bajas y los humedales de la región. Con fosas nasales y ojos ubicados dorsalmente en sus cabezas, las anacondas están perfectamente adaptadas a su entorno, mezclándose a la perfección con la vegetación acuática.
Hasta hace poco, los científicos creían que América del Sur albergaba una sola especie de anaconda verde, Eunectes murinus, reconocida como la serpiente más pesada del mundo. Sin embargo, una investigación innovadora ha revelado la existencia de una segunda especie: la anaconda verde del norte, Eunectes akayima. Este descubrimiento se realizó a través de un estudio que examinó las relaciones genéticas dentro del género Eunectes en nueve países. Los resultados mostraron que lo que anteriormente se pensaba que era una sola especie, Eunectes murinus, en realidad comprende dos especies distintas, genéticamente divergentes pero casi idénticas en apariencia.
La recientemente reconocida Eunectes akayima habita las regiones del norte de América del Sur, incluidos Ecuador, Venezuela, Trinidad, Guyana, Surinam y Colombia. Esta especie también comparte territorio con su contraparte del sur, Eunectes murinus, en lugares como la Guayana Francesa, donde a veces habitan en orillas opuestas del mismo río. A pesar de su proximidad, estas dos especies nunca se cruzan, lo que solidifica aún más su distinción.
El estudio, que utilizó datos genéticos de cuatro especies de anaconda reconocidas, destacó la divergencia genética significativa entre las anacondas verdes del norte y del sur. Los investigadores identificaron dos clados distintos dentro de Eunectes murinus, lo que llevó al reconocimiento de Eunectes akayima como una especie separada. El descubrimiento de esta especie críptica es un paso monumental en la herpetología y cambia nuestra comprensión de estos esquivos reptiles.
Importancia cultural y denominación científica
El nombre Eunectes akayima tiene un profundo significado cultural, en particular para los indígenas caribes que han vivido en el norte de Venezuela durante siglos. La palabra “anaconda” en varias lenguas caribeñas es una variante de akayima, okoyimo u okoimo. En estas lenguas, “akayi” u “okoyi” significa “serpiente” y el sufijo “-ima” o “-imo” significa “grande”. Sin embargo, esta grandeza no se refiere necesariamente al tamaño físico, sino que denota una categoría de ser, algo más grandioso y profundo. La traducción literal de akayima es “La Gran Serpiente”.
Este contexto cultural jugó un papel crucial en el nombre de la nueva especie. Los investigadores reconocieron la herencia y las creencias de los indígenas que comparten sus tierras con estas magníficas criaturas al adoptar su palabra para anaconda como nombre de la especie. La pronunciación de akayima se ha anotado cuidadosamente para respetar sus raíces lingüísticas, asegurando que el nombre honre a la lengua caribeña y a sus hablantes.
En cambio, se ha conservado el nombre Eunectes murinus para la anaconda verde del sur con el fin de promover la estabilidad taxonómica y evitar confusiones. La decisión de diferenciar estas especies subraya la importancia de la colaboración cultural y científica en materia de taxonomía.
Antes de este descubrimiento, se sabía que el género Eunectes incluía cuatro especies: Eunectes murinus (la anaconda verde), Eunectes beniensis (la anaconda del Beni), Eunectes deschauenseei (la anaconda de manchas oscuras) y Eunectes notaeus (la anaconda amarilla). Cada especie ocupa un nicho ecológico único dentro del vasto y diverso paisaje de América del Sur. La anaconda verde, Eunectes murinus, es la más grande de estas especies y habita en regiones tropicales de todo el continente, incluidas las cuencas de los ríos Amazonas, Esequibo y Orinoco. Las otras especies, aunque más pequeñas, se distribuyen de manera similar dentro o adyacentes al área de distribución de Eunectes murinus.
Amenazas ecológicas que enfrenta la Amazonia
El descubrimiento de la anaconda verde del norte se produjo durante una expedición poco común y extraordinaria. El equipo de investigación, dirigido por el profesor Bryan Fry de la Universidad de Queensland, fue invitado por el pueblo Waorani, un grupo indígena de Ecuador, para explorar la región y recolectar muestras de una población de anacondas que se rumorea que es la más grande. Los Waorani, que consideran sagradas a estas serpientes, guiaron a los científicos en un viaje de 10 días a través de la densa jungla.
Viajando en canoa, el equipo navegó por los sistemas fluviales y localizó varias anacondas acechando en las aguas poco profundas, listas para emboscar a sus presas. Entre ellas había una anaconda hembra que medía la asombrosa cantidad de 6,3 metros (20,7 pies) de largo. El pueblo Waorani compartió relatos de anacondas aún más grandes, algunas de las cuales supuestamente superaban los 7,5 metros (24,6 pies) de largo y pesaban alrededor de 500 kilogramos.
El descubrimiento de Eunectes akayima añade un nuevo capítulo a la historia de la vida salvaje sudamericana y plantea inquietudes sobre las amenazas ecológicas que enfrenta la Amazonia. Se cree que Eunectes akayima se separó de su pariente sureño, Eunectes murinus, hace casi 10 millones de años. La diferencia genética entre las dos especies es sustancial, con una divergencia del 5,5%, una cifra que subraya la importancia de este descubrimiento. Para poner esto en perspectiva, los humanos y los chimpancés difieren solo en un 2%.
A pesar del entusiasmo que rodea a este descubrimiento, llega en un momento en que la Amazonia enfrenta graves amenazas ecológicas. La deforestación, impulsada por la expansión agrícola, ha resultado en una pérdida estimada de hábitat de entre el 20 y el 31%, que podría afectar hasta el 40% de los bosques de la Amazonia para 2050. La degradación del hábitat por la fragmentación de la tierra, causada por la agricultura industrializada y la contaminación por la extracción de petróleo, exacerba aún más el problema. Además, los incendios forestales, la sequía y el cambio climático plantean amenazas constantes a la biodiversidad de la región.
La anaconda verde del norte y otras especies que comparten este remoto ecosistema enfrentan desafíos significativos. La pérdida y degradación de sus hábitats podría tener efectos devastadores, no solo para estas serpientes sino para todo el ecosistema que depende de la salud de la selva amazónica.
La urgencia de la conservación y la investigación adicional
El descubrimiento de Eunectes akayima es un testimonio de la importancia de la investigación continua y los esfuerzos de conservación en la Amazonia. Como enfatizó el profesor Fry, identificar una nueva especie es emocionante, pero resalta la necesidad urgente de proteger estos ecosistemas en peligro. La Amazonia no solo es el hogar de especies icónicas como la anaconda; es un componente vital del equilibrio ecológico de la Tierra.
Uno de los problemas más urgentes identificados por los investigadores es el impacto de la contaminación por metales pesados de los derrames de petróleo en la fertilidad y la biología reproductiva de las anacondas y otras especies clave en la Amazonia. Esta contaminación, junto con otras amenazas ambientales, podría tener consecuencias a largo plazo para la supervivencia de estas especies. El equipo de investigación planea centrar su próximo estudio en investigar cómo los petroquímicos de los derrames de petróleo afectan a la vida silvestre de la Amazonía, incluida la recién descubierta anaconda verde del norte.
La difícil situación de la anaconda verde del norte es un microcosmos de la crisis ambiental más amplia que enfrenta la Amazonía. Las actividades humanas amenazan constantemente la biodiversidad de la región y, sin una acción inmediata, corremos el riesgo de perder innumerables especies antes de que se comprendan por completo.
El descubrimiento de Eunectes akayima sirve como recordatorio de la rica biodiversidad que aún queda por explorar en la Amazonía, pero también subraya la fragilidad de este ecosistema. Se deben intensificar los esfuerzos de conservación para proteger a estas raras y majestuosas criaturas y preservar la integridad ecológica de uno de los paisajes naturales más importantes del mundo.
Lea también: Cien años de soledad: redescubriendo la rana perdida de Ecuador
El estudio que detalla el descubrimiento de Eunectes akayima se ha publicado en la revista Diversity, y ofrece un relato completo de la investigación genética que condujo a esta innovadora identificación. A medida que los científicos y conservacionistas continúan explorando las profundidades de la Amazonía, la esperanza es que una mayor conciencia y acción ayuden a salvaguardar este ecosistema único e irremplazable para las generaciones futuras.