La Revolución Verde del Caribe: Transformando el Alga en Combustible
En el Caribe, una combinación única de cambio climático e innovación está transformando un desafío ambiental de larga data en una solución de energía renovable. Lo que antes era una molestia—grandes cantidades de alga sargazo—ahora se está aprovechando como biocombustible, ofreciendo esperanza para una energía sostenible y la restauración ambiental.
El Sargazo Toma las Playas
En 2011, los residentes del Caribe se sorprendieron cuando grandes extensiones de alga oscura comenzaron a llegar a sus costas. El alga de color marrón, conocida como sargazo, de repente se convirtió en un problema constante a lo largo de las costas de la región. Cubría algunos de los lugares turísticos más hermosos y conocidos. A medida que se acumulaba en las playas, el olor del alga en descomposición llenaba el aire. Este mal olor ahuyentaba a los turistas y causaba que los negocios locales perdieran ingresos muy importantes. Las islas, que dependen del turismo, enfrentaban un problema muy grave. La situación era tanto confusa como perjudicial.
El sargazo no era completamente nuevo. Este alga siempre viajaba con las corrientes oceánicas desde el Mar de los Sargazos. Sin embargo, desde 2011, los brotes de alga aparecieron más a menudo y crecieron con mayor intensidad. Los expertos creen que el cambio climático probablemente está causando este problema. Se piensa que el aumento de las temperaturas oceánicas y la mayor contaminación por nutrientes provenientes de los desechos agrícolas contribuyen al crecimiento de estos brotes de algas, un ejemplo dramático de cómo el cambio climático afecta incluso los rincones más remotos del planeta.
Los gobiernos locales, las juntas de turismo y los grupos ambientales se apresuraron a buscar soluciones. Las playas estaban llenas de algas, lo que alteraba los ecosistemas locales y los trabajos de las personas que dependen del turismo. Las islas no tenían los recursos para manejar tanto sargazo. Esto llevó a enormes montones en la orilla. No se trataba solo de la apariencia. Realmente era una emergencia de salud y ambiental.
Convirtiendo la Crisis en Oportunidad
En 2018, el problema del sargazo alcanzó una escala tan grande que la Primera Ministra de Barbados, Mia Mottley, declaró una emergencia nacional. Esta situación desató una ola de ideas creativas e investigaciones. Las personas querían transformar esta molestia ambiental en algo útil y valioso. Un equipo pionero de científicos y ambientalistas del Caribe se propuso abordar el problema, y su visión desató una ola de transformación.
Una de las soluciones más prometedoras surgió de la Universidad de las Indias Occidentales (UWI) en Barbados. La Dra. Legena Henry, experta en energías renovables, y su equipo de investigadores tomaron la idea de convertir el sargazo en biocombustible y la convirtieron en un proyecto real. Su investigación innovadora condujo a la creación de uno de los primeros vehículos del mundo impulsados por gas natural biocomprimido, hecho a partir de sargazo, aguas residuales de destilerías locales de ron y estiércol de las ovejas autóctonas negras de la isla.
El combustible, que se obtiene a través de un proceso de digestión anaeróbica, es una mezcla de varios materiales orgánicos, incluido el alga invasora. La combinación única utiliza recursos locales fácilmente disponibles y proporciona una solución asequible a la dependencia de las islas de los combustibles fósiles importados.
La Dra. Henry, quien inicialmente consideró la caña de azúcar como una fuente potencial de biocombustible, pronto se dio cuenta de que el problema del sargazo era algo de lo que la región nunca se quedaría sin. “El sargazo es algo de lo que nunca nos quedaremos sin,” dijo a la BBC. El volumen de sargazo en las playas del Caribe lo convirtió en un candidato perfecto para la producción de biocombustible.
Brittney McKenzie, una de las estudiantes de la Dra. Henry, sugirió la idea de aprovechar el alga para la producción de energía. La cantidad de camiones que se utilizaban para retirar el sargazo de las playas la sorprendió, y se entusiasmó con el potencial de encontrar una forma de reutilizarlo. La Dra. Henry, quien había pasado semanas investigando la viabilidad de la caña de azúcar como biocombustible, decidió arriesgarse y experimentar con el sargazo.
En pocas semanas, el equipo vio resultados prometedores. Presentaron una patente para su fórmula y comenzaron a buscar inversionistas para financiar el proyecto. Su arduo trabajo culminó en una exitosa presentación ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2019. Esta presentación les valió una subvención de $100,000 de la Fundación Blue Chip, con sede en EE.UU. Fue realmente impresionante.
La Ciencia de Transformar el Alga en Energía
El trabajo del equipo involucra múltiples etapas de experimentación, que incluyen encontrar la combinación óptima de sargazo y aguas residuales para producir la mayor cantidad de biogás. La bióloga Shamika Spencer, quien se unió al equipo para centrarse en el aspecto biológico de la investigación, ha estado a la vanguardia de las pruebas de diversas proporciones de sargazo y aguas residuales de destilerías.
Spencer, originaria de Antigua y Barbuda, había estado mucho tiempo preguntándose sobre el impacto ambiental del alga. Como estudiante en Barbados, notó la proliferación de sargazo en las playas locales, y cuando se le presentó la oportunidad de unirse al proyecto de investigación, no dudó en aprovecharla. “El sargazo ha estado plagando la región durante varios años,” dijo Spencer a la BBC. “Siempre me había preguntado sobre este nuevo alga que estaba arruinando las playas de Antigua, y cuando llegué a Barbados a estudiar, lo noté aquí también.”
Los beneficios de reutilizar el sargazo van más allá de la producción de energía. El alga en descomposición emite sulfuro de hidrógeno, que puede ser perjudicial tanto para la salud humana como para los ecosistemas marinos. Al utilizar el alga para producir biocombustible, el proyecto también aborda el problema de las emisiones nocivas mientras protege las playas y la fauna local. Es un paso crítico para reducir los impactos negativos a largo plazo de esta especie invasora.
El equipo avanzó en su investigación. Luego trabajaron en expandir su proyecto. El objetivo era crear biocombustible. Otro de los objetivos era evitar que el alga se acumulara en los vertederos. También necesitaban detener su descomposición en las playas. El biocombustible obtenido del sargazo podría alimentar vehículos, lo que reduciría significativamente la necesidad de importar petróleo a la región. Los costos disminuirían considerablemente. Esto también beneficiaría al Caribe, apoyando su transición hacia fuentes de energía más sostenibles.
Ampliando y Expandiendo
La prueba de un Nissan Leaf utilizando biocombustible fue un gran éxito para la Dra. Henry y su equipo. “Nos quedamos despiertos toda la noche antes del evento de prueba de manejo,” recordó. “Arriesgué todo el trabajo de mi vida en ese momento.” La prueba exitosa demostró que la idea funcionaba bien y podría crecer aún más.
Ahora, el proyecto está listo para expandirse. El equipo planea aumentar sus esfuerzos comenzando un programa piloto con cuatro autos. Realmente quieren mostrar prototipos funcionales a posibles inversionistas. El objetivo final es alimentar muchos vehículos en Barbados. Comenzarán con los taxis, que necesitan mucho biogás. El equipo estima que una configuración comercial inicial costará unos $2 millones. Planean expandir la infraestructura para un proyecto más grande, probablemente alcanzando 300 taxis. Necesitan dinero de inversiones privadas y subvenciones para el desarrollo de estos planes. El apoyo incluirá ayuda de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Unión Europea.
Las ambiciones del equipo van más allá de los vehículos. Planean establecer una estación de biogás que suministre un flujo constante de biocombustible. Este esfuerzo asegura el futuro sostenible del proyecto. Este biocombustible probablemente apoyará el proyecto durante muchos años. También están explorando otros posibles usos para el sargazo. Una idea consiste en usarlo como producto de control de plagas. Esto podría convertirse en una valiosa adición a la economía verde del Caribe.
La Dra. Henry y su equipo siempre exploran nuevas ideas. Su trabajo innovador ha atraído atención más allá del Caribe. “Este es un ejemplo de innovación de la UWI,” dijo. “Estamos estableciendo una solución que podría beneficiar al resto del mundo. No es solo el Caribe el que se ve afectado por el sargazo. También impacta partes de África Occidental, Sudamérica y Florida.”
Una Nueva Era de Energía Renovable
La Dra. Henry y su equipo están transformando la manera en que los pequeños países insulares abordan los desafíos climáticos. Estas islas no dependen de ayuda externa para encontrar soluciones. Demuestran que la innovación y los recursos locales ofrecen opciones sostenibles. Este es un momento muy significativo. Demuestra que las pequeñas naciones contribuyen a las soluciones ambientales globales.
Brittney McKenzie todavía está comprendiendo cuánto importa su idea. “Ver el auto en funcionamiento fue increíble,” dijo a la BBC. Realmente anima a los jóvenes científicos a seguir sus ideas. El éxito podría estar más cerca de lo que imaginen. Su mensaje es simple: cualquiera podría descubrir algo revolucionario.
La Dra. Henry regresó al Caribe para usar sus habilidades a nivel local. Esto demuestra la fortaleza de la región. “Quiero desarrollar esta área,” dijo. Estas pequeñas islas han inventado tecnología que beneficia al mundo. El Caribe realmente ha logrado una gran victoria.
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A medida que el equipo trabaja para expandir su proyecto, el Caribe podría liderar en el uso de energía renovable local. El éxito aquí podría resolver la crisis del sargazo. Esto también podría inspirar cambios en energía sostenible a nivel mundial.