CIENCIA Y TECNOLOGÍA

Microplásticos y bacterias amenazan el ecosistema de la Ciénaga Grande de Colombia

Un nuevo estudio revela la alarmante presencia de microplásticos y bacterias nocivas en la Ciénaga Grande de Santa Marta, en Colombia, lo que plantea riesgos ambientales y para la salud humana. Los investigadores advierten que la contaminación amenaza la biodiversidad de la región y las comunidades pesqueras locales.

Un ecosistema vital pero vulnerable

La Ciénaga Grande de Santa Marta, el sistema de lagunas costeras más extenso de Colombia, ha sido durante mucho tiempo un refugio para la biodiversidad y un sustento para las comunidades locales que dependen de la pesca. Con una superficie de 1.321 km², este ecosistema poco profundo, con profundidades que varían entre 1 y 1,8 metros, sirve como intersección de agua dulce de cuatro ríos y agua marina del mar Caribe. Sus orillas bordeadas de manglares y su proximidad a dos parques nacionales lo han convertido en un humedal reconocido mundialmente, incluido en la lista de la Convención de Ramsar como área crítica para la conservación.

La importancia ambiental de la Ciénaga es innegable. Sostiene una rica flora y fauna, brinda hábitat para varias especies y actúa como piedra angular para las economías locales centradas en la pesca. Sin embargo, la belleza natural y la productividad de la laguna se enfrentan ahora a una grave amenaza: un nivel alarmante de contaminación por microplásticos y bacterias. Según un estudio reciente realizado por investigadores de la Universidad de Barcelona (UB) y el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (INVEMAR) de Colombia, esta contaminación altera el equilibrio ecológico, poniendo en peligro los medios de vida de las comunidades que dependen de la salud de la laguna.

La circulación limitada del agua dentro de la Ciénaga Grande exacerba la acumulación de contaminantes, convirtiendo la laguna en una trampa para los contaminantes que llegan a través de los ríos, las aguas residuales y el vertido directo de residuos. La afluencia constante de microplásticos y bacterias dañinas ha creado un entorno peligroso para la biodiversidad de la laguna y las poblaciones humanas que dependen de sus recursos. El estudio, publicado en el Journal of Hazardous Materials, subraya la creciente vulnerabilidad de la Ciénaga Grande y destaca la necesidad urgente de una intervención.

Una combinación peligrosa

La investigación conjunta dirigida por Ostin Garcés-Ordóñez y Miquel Canals, del Grupo de Geociencias Marinas de la Universidad de Barcelona, ​​describe un panorama desolador de la contaminación que afecta a la Ciénaga Grande. Según el estudio, diminutas partículas de plástico de menos de cinco milímetros de tamaño se han convertido en un importante vector de bacterias patógenas. Estas partículas, que pueden entrar en el ecosistema a través de diversos canales, incluidos los residuos plásticos y los materiales degradados, se han encontrado en muestras de sedimentos y en los tractos digestivos de los peces de la región.

Resulta alarmante que se haya descubierto que el pescado que consumen regularmente las poblaciones locales contiene microplásticos, lo que plantea serias preocupaciones sobre la posible exposición humana a contaminantes nocivos. Los microplásticos en sí mismos no son tóxicos en sí mismos, pero su papel como portadores de bacterias patógenas plantea una amenaza mucho mayor. Los investigadores identificaron 19 especies bacterianas en los microplásticos, muchas de las cuales son capaces de causar enfermedades.

Entre las bacterias más prevalentes se encuentra Aeromonas caviae, conocida por causar gastroenteritis. Esta bacteria se encontró en microplásticos en el agua, sedimentos e incluso en los peces, lo que indica una contaminación generalizada del ecosistema de la laguna. Además, Vibrio cholerae, la bacteria responsable del cólera, fue la segunda especie más abundante identificada, aunque solo se detectó en muestras de agua. La presencia de estas bacterias en microplásticos aumenta significativamente los riesgos para la vida marina y la salud humana.

El estudio también detectó Enterobacter roggenkampii y Pseudomonas fluorescens, que pueden causar infecciones, en microplásticos extraídos de muestras de peces y agua. El descubrimiento de estas bacterias subraya el potencial de contaminación entre especies y destaca la necesidad de realizar más investigaciones sobre los mecanismos por los que estos patógenos pueden propagarse dentro del ecosistema de la laguna.

Riesgos potenciales para la salud de los peces y los seres humanos

La contaminación de las aguas de la Ciénaga Grande tiene consecuencias de largo alcance, que van más allá de la degradación ambiental y afectan directamente la salud y el bienestar de las comunidades locales. Como los peces de la laguna forman parte fundamental de la dieta local, la presencia de bacterias patógenas en microplásticos en el tracto digestivo de estos peces sugiere un riesgo tangible de transmisión de enfermedades a los seres humanos. La gastroenteritis, el cólera y otras infecciones se encuentran entre los posibles riesgos para la salud que pueden surgir del consumo de pescado contaminado.

Aunque el estudio no confirma definitivamente que estas bacterias puedan causar brotes de enfermedades humanas, los investigadores enfatizan la necesidad de realizar más investigaciones. Ostin Garcés-Ordóñez, uno de los autores principales del estudio, señala que las investigaciones futuras deberían centrarse en la identificación de los genes de virulencia específicos que podrían permitir que estas bacterias desencadenen enfermedades en los seres humanos y los peces. Estos hallazgos serían fundamentales para comprender el alcance total de los riesgos para la salud que plantea esta contaminación y para desarrollar estrategias para mitigar esos riesgos.

La presencia de bacterias patógenas en los microplásticos es particularmente preocupante porque estas partículas pueden viajar a través de la cadena alimentaria y llegar a los humanos a través del consumo de pescado. Aún más alarmante es que una vez dentro del cuerpo, estos microplásticos podrían servir como portadores de bacterias, lo que podría aumentar la probabilidad de infección. Esto requiere intervenciones inmediatas de salud pública, principalmente a través de campañas de concientización para informar a las poblaciones locales sobre los peligros de consumir pescado contaminado.

Además, los investigadores recomiendan establecer un sistema de monitoreo integral para rastrear los niveles de contaminación bacteriana y microplásticos en la laguna. Este sistema podría servir como un mecanismo de alerta temprana, permitiendo a las autoridades tomar medidas rápidas en una crisis de salud. La implementación de protocolos de seguridad para la industria pesquera también es fundamental, ya que podría ayudar a reducir el riesgo de que el pescado contaminado llegue a los mercados locales.

Implicaciones globales y la búsqueda de soluciones

Los hallazgos del estudio de Ciénaga Grande no son exclusivos de Colombia. Las lagunas costeras de todo el mundo enfrentan desafíos similares por la contaminación por microplásticos, lo que resalta la naturaleza global de esta crisis ambiental y de salud pública. La naturaleza semicerrada de muchas lagunas las hace particularmente vulnerables a la acumulación de contaminantes, y las comunidades pesqueras que dependen de estos ecosistemas suelen ser las primeras en sufrir las consecuencias.

Para los científicos, la Ciénaga Grande ofrece un modelo ideal para estudiar los impactos más amplios de la contaminación por microplásticos y la contaminación bacteriana en los sistemas de lagunas costeras. Al comprender los mecanismos que intervienen en este ecosistema específico, los investigadores pueden desarrollar estrategias que puedan aplicarse a entornos similares en todo el mundo. En su estudio de 2022 publicado en Environmental Pollution, los mismos investigadores identificaron niveles alarmantes de contaminación por microplásticos en 50 lagunas costeras de todo el mundo, lo que subraya aún más la necesidad de esfuerzos internacionales coordinados para abordar este problema.

Las soluciones a estos problemas requerirán un enfoque multifacético. El fortalecimiento de la gobernanza y la mejora de la infraestructura de gestión de residuos son pasos esenciales para reducir la entrada de residuos plásticos en ecosistemas como la Ciénaga Grande. Además, se necesitan mejores infraestructuras de salud pública y servicios de saneamiento para mitigar la propagación de bacterias patógenas.

La educación y el desarrollo de capacidades entre las comunidades locales también serán cruciales para garantizar que los residentes estén equipados para monitorear y responder a los riesgos que plantea la contaminación ambiental. Si los científicos, los funcionarios de salud pública y las comunidades locales participan en la gestión de estos ecosistemas, se podrán encontrar soluciones más sostenibles que protejan tanto la salud humana como la biodiversidad.

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Por último, los autores del estudio destacan la necesidad de contar con estrategias integradas de gestión ambiental que tengan en cuenta las cuestiones ecológicas y de salud pública. Estas estrategias no solo ayudarían a preservar la belleza natural y la biodiversidad de lugares como la Ciénaga Grande, sino que también salvaguardarían la salud de las personas que dependen de estos ecosistemas para su supervivencia.

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