Misión mexicana a la Luna dice que, pese a problemas con nave, tiene un éxito mayor al 50%
Problemas Técnicos Afectan la Misión Peregrine de Astrobotic
El destino del módulo Peregrine de Astrobotic, que debía llegar a la Luna en febrero, se mantiene incierto tras los fallos que presentó horas después del exitoso lanzamiento del lunes desde Florida.
La nave se queda cada vez con menos combustible para alcanzar su meta y además ya es un hecho que no podría tener un aterrizaje “suave” en la Luna debido a sus problemas en el sistema de propulsión, según Astrobotic.
La empresa calcula que a la nave, que mide 1,9 metros de alto y 2,5 metros de ancho, le quedan menos de dos días de propulsor antes de que se agoten las reservas y la nave espacial comience a dar vueltas.
Colmena de la UNAM: Pruebas y Esperanza
Pero a pesar de ese escenario, los expertos intentan acercar la nave lo más posible a la Luna, esfuerzo que permitió que la misión Colmena de la UNAM comenzara una serie de pruebas para operar tecnología miniaturizada en dichas condiciones, nunca efectuadas, expuso Medina Tanco
En un comunicado emitido por la UNAM, el responsable de la misión y jefe del Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX), del Instituto de Ciencias Nucleares (ICN) de la UNAM, señaló que Colmena “encendió correctamente en espacio profundo, lo que es un gran hito en la misión, y se encuentra consumiendo la cantidad de potencia esperada”.
Pero precisó que por el momento “no pueden realizarse más pruebas”, pues se está racionando la energía de la nave Peregrine y se espera la autorización de Astrobotic para proceder a probar todos los demás subsistemas de Colmena.
Perspectivas de Éxito y Desafíos Futuros
“Con estos resultados, la misión tiene un nivel de éxito mayor al 50 % y se espera que durante la madrugada del miércoles se lleven a cabo pruebas que puedan llevar a un 75 % de éxito, aunque no se consiga tener datos científicos de operación sobre el regolito lunar”, dijo el experto.
También explicó que siete horas después de su lanzamiento y separación exitosos del cohete Vulcan Centauro de United Launch Alliance, la nave Peregrine -en la trayectoria correcta a la Luna- comenzó a tener problemas con su sistema de apuntamiento, lo que hizo que sus paneles solares no pudieran seguir cargando sus baterías.
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A bordo de la Misión Peregrine Uno, que iba a ser el primer aterrizaje robótico lunar comercial estadounidense, hay una veintena de cargas de clientes que incluyen la NASA, con cinco de ellas para estudiar la superficie, la atmósfera y el entorno de radiación de la Luna.
Igualmente hay cinco ‘rovers’ autónomos en miniatura de la que sería la primera misión lunar de México, y otro pequeño vehículo explorador diseñado por estudiantes de la Universidad Carnegie Mellon, entre muchas otras carga privadas, entre ellas una de una compañía fúnebre espacial.