Niños y jóvenes adictos a la tecnología
Estudio confirma adicción de niños y jóvenes a móviles, juegos en línea, consolas y redes sociales.
The Woman Post | Maria Lourdes Zimmermann
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Una reciente investigación realizada por el Departamento de Psicología Básica de la Universidad de Valencia España y financiada por la Fundación MAPFRE, realizó un análisis en 2.808 estudiantes de 11 a 20 años para determinar las adicciones a la tecnología.
Videojuegos, teléfonos móviles, redes sociales y juegos online son los dispositivos tecnológicos sobre los cuales se basó la investigación realizada en los meses previos al confinamiento.
Como resultado del proyecto investigativo se desarrolló una herramienta de screening para la detección temprana de las adicciones a la tecnología entre los niños.
El estudio, presentado por Mariano Chóliz, investigador de la Universidad de Valencia y por Antonio Guzmán, el director de promoción de la salud de Fundación MAPFRE, ha arrojado datos reveladores.
Cuando se habla de vídeojuegos según la investigación, el 17% de los niños son más proclives al abuso de consolas que las niñas con un 2,2% especialmente entre los 11 y los 16 años. Los niños tienden a depender de estas plataformas porque les permite demostrar habilidades de estrategia, así como “competir y ganar”. Ellos suelen preferir vídeojuegos de rol en modalidad multijugador masivo, potencialmente más adictivo que los juegos offline.
La dependencia a los teléfonos móviles ha demostrado una mayor adicción entre las niñas con un 8,2% frente a los niños que sólo muestran un nivel de adicción de 3,2 % y también mayores conductas de riesgo de dependencia 24,7% en las mujeres frente al 12,0 % de los hombres. Lo que puede tener relación con que la principal función que se le otorga al móvil es la comunicación instantánea en cualquier momento y desde cualquier lugar. Por edades, la franja de 18 a 20 años presenta mayor índice de dependencia mientras que los que tienen 15 y 16 años presentan mayor riesgo de adicción.
En Redes sociales las cifras muestran que las mujeres adolescentes tienen niveles más altos de adicción y de riesgo de dependencia de las redes sociales que los hombres. Las mujeres representan el 8,9% con un 25% más frente a los hombres que representan el 4,2 % y 13,1%, respectivamente.
El informe revela que la “autoestima” de muchas de ellas depende de la cantidad de “likes” que obtienen o de los comentarios de aceptación del grupo de iguales. Quienes sufren mayor dependencia de las redes sociales tienen 15 o 16 años, fruto seguramente de la necesidad de conexión con su generación.
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Otra de las herramientas tecnológicas utilizadas son las apuestas online, considerada una actividad principalmente masculina que afecta a todos los grupos etarios analizados (11-14, 15-17 y 18-20) siendo los hombres de 15 y 16 años los que tienen más riesgo de desarrollar una adicción a las apuestas online, actividad más adictiva que el juego tradicional y que representa un problema de salud grave.
El 18,3% de los jóvenes (frente al 2,2% de las mujeres) practica el juego online como una forma de ocio y para establecer relaciones sociales. Los que ya sufren la adicción (1,22%) son conscientes de que deben dejar de jugar.
Sin embargo, ni el ‘Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales’ (DSM, por su sigla en inglés), de la American Psychiatric Association (APA), ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconocen las adicciones y dependencias a la tecnología aún como patologías del mismo nivel que las adicciones a sustancias químicas o la ludopatía.
Justamente se define como adicción al hábito que domina la voluntad de una persona a una actividad que al no realizarse le genera malestar, rabia, aburrimiento, soledad, ira o nerviosismo al implicado, explican los expertos. La dependencia a la tecnología evita despegarse de una computadora, un Teléfono Celular o Videojuego, entendiendo que no puede estar cómodo sin alguna de las anteriores.
En relación con la pandemia, Mariano Chóliz y Marta Marcos, investigadores a cargo del estudio pertenecientes a la Unidad de Investigación, consideran que el confinamiento puede haber favorecido que se juegue más de forma online y que se incremente la dependencia a la tecnología, por lo que es importante que los padres estén atentos.