Traje sensorial: ¿Experimentar catástrofes humanitarias?
En la actualidad, el mundo ha tomado un rumbo impresionante con los avances tecnológicos. Cada día la ciencia evoluciona y con ella vienen un sinnúmero de propuestas que nos aseguran una sociedad más inteligente, la cual le permitirá al ser humano desempeñarse con una mejor destreza en diferentes ámbitos sociales. Por otro lado, las ciencias humanas han estado haciendo un trabajo excepcional y están proponiendo nuevas ideas para mejorar la calidad de vida de las personas a través del aprendizaje y el emprendimiento.
En esta oportunidad se unen la ciencia y la innovación social, pero ¿cómo es eso? Pues el CBI (Challenge-Based Innovation), un programa de formación experimental se ha unido con Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y el Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN), se han unido con el fin de, por un lado, preparar personal humanitario para laborar en las catástrofes. Por otro lado, trabajan juntos con el propósito de ofrecerle a los refugiados la oportunidad de probar sus credenciales académicas.
En cuanto al primer punto, se creó esta iniciativa debido a que muchos profesionales médicos presentan complicaciones al momento de asistir a las víctimas de conflictos armados o catástrofes naturales por la urgencia que requieren. Por lo tanto, experimentan situaciones de estrés que, en diversos casos, hacen que las actividades humanitarias no se cumplan satisfactoriamente.
¿Qué es el traje sensorial para vivir catástrofes humanitarias?
En primer lugar, lo que busca este proyecto es formar profesionales. Ahora bien, Odgers se ha caracterizado por la creación de gafas de realidad aumentada; sin embargo, esta vez quiso ir más allá con el diseño e implementación de un traje cuya función es la interacción virtual por medio del tacto. Esta tecnología que, particularmente se crea para videojuegos de última generación, ha tomado otro camino: el de la responsabilidad social y el desarrollo sostenible. De modo que el traje trasmitirá innumerables datos fisiológicos como la presión arterial, la temperatura, el ritmo cardiaco, el ritmo respiratorio, el funcionamiento de los músculos, la sudoración, etc. En sí, la finalidad del entrenamiento es que la persona se ajuste a la situación de riesgo y pueda evaluar si está preparada para asumir el reto en condiciones humanitarias.
“Hay una gran diferencia entre el desempeño de un profesional durante un simple ejercicio y cuando desembarca en el terreno. En esta diferencia, hay vidas en juego”, afirma Odgers. Esto quiere decir que el objetivo principal son las vidas humanas que se pierden en estos contextos debido al momento crítico que se vive y genera grandes complejidades para la eficaz realización de todas las actividades para auxiliar a aquellas personas que se encuentran en peligro.
Proyecto Cortex
Otro proyecto llamado Cortex, que se encuentra en desarrollo, consiste en ayudar a los refugiados que se ven obligados a salir de su país natal por culpa de los conflictos armados, razón por la cual abandonan sus documentos de identificación y demás certificaciones. La idea es que ellos puedan acceder a una plataforma virtual donde se encuentren todos sus datos personales y académicos, sin importar en qué lugar estén. Una base de datos universal, sin necesidad de portar papeles, creada con tecnología blockchain; es decir, una red estática y desvinculada, que de por sí tiene una gran seguridad, ya que no permite que se modifiquen los datos ingresados. Por último, no habrá necesidad de llevar documentos físicos, los refugiados que estén vinculados a este proyecto podrían obtener sus registros académicos con tan sólo poner su huella dactilar.
LatinAmerican Post | Brandon Martínez
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