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Entrevista a Daniel Ruenes: “No hay nada malo con ser diferente”

Esta es una entrevista a Daniel Ruenes, modelo colombiano con vitiligo que, tras luchar consigo mismo, encontró la seguridad que hoy inspira a nuevas generaciones.

Juan Daniel Ruenés

Foto: IG-juandanielruenes

LatinAmerican Post | Carlo Mario Torres

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Juan Daniel Ruenes no es un joven cualquiera, y cada vez que recuerda el por qué de esta afirmación, su voz se entrecorta y no es capaz de sostener una conversación. 

Él sabe con autoridad que, un niño de doce años no debería levantarse de madrugada para alistar su ropa, y salir en compañía de su abuelo a buscar el sustento para su familia hasta que el sol caiga, y la luna de aviso de su retorno a casa.

Sin embargo, esa fue la rutina que le tocó abrazar mientras vivía en El Bagre – Antioquia, un municipio pequeño que se encuentra a 280 kilómetros de la ciudad de Medellín, donde la economía gira entre la extracción de oro y plata, la práctica de la ganadería y el cultivo de arroz.

“Tengo siete hermanos; soy el tercero de ellos (…). Yo no tuve el apoyo de mis padres. Ellos estuvieron conmigo físicamente, más no en la parte emocional”, nos relató al término de una sesión fotográfica en Ciudad de México. 

Sí, hoy Daniel se dedica al modelaje, y se ha convertido en muy poco tiempo, en el modelo con vitiligo de mayor proyección internacional que ha tenido Colombia en su historia reciente.

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“El vitiligo llegó a mi vida a esa misma edad en la que renuncié a mi infancia por irme a trabajar con mi abuelo. Recuerdo que para ese momento yo era muy tímido, y la enfermedad acentuó más mi timidez e inseguridad”.

Y mientras más se acercaba a la pubertad, sus emociones parecían subirse a un auto de carreras que no conocía de frenos, puesto que en silencio descubrió las particularidades de una afección en la piel que aún tiene en vilo a la ciencia médica.

“El no contarle a las personas más cercanas dónde me estaban saliendo las manchas por temor a que se rieran de mí, fue toda una locura; fue horrible para mi inseguridad”.

Huyendo de todo esta situación, Daniel llega a Medellín con el claro objetivo de culminar sus estudios de bachiller, sin imaginar que en ese lugar las puertas a un nuevo presente se abrirían de par en par.

“Cuando me fui para Medellín me llené de seguridad. Tuve mi primera novia. Y respecto a los amigos que allí hice, pensé que se burlarían de mí, pero no lo hicieron. Por ello, al cumplir los 18 años me dije: Voy a salir un poco más al mundo”.

Con ayuda de un tío, pasó a laborar en un pequeño negocio dedicado a la elaboración de cojines, a dar el brinco en una gran fábrica con la misma razón social, donde conoció al que sería su hada madrina, pero en lugar de una varita mágica, ésta tenía una cámara fotográfica con un lente de amplio espectro.

“Noté que un fotógrafo que fue a realizar imágenes para el catálogo de productos de la empresa, me observaba con detenimiento. Luego se me acercó a pedirme que posara con las telas, y yo accedí sin pretensión alguna. Al término de la sesión me dice que mi perfil sirve para ser modelo”.

Rápidamente, una agencia lo ficha y su mundo comienza a girar a su favor. En cuestión de semanas lo llaman para filmar un videoclip con los cantantes Greeicy Rendón y Juanes, y a los cuatro meses de haber sido lanzado este proyecto, recibió el llamado para irse a vivir a México. 

En el país Azteca, ha sido protagonista de editoriales de moda para publicaciones impresas y digitales de renombre. En Colombia, fue convocado por el ilustre diseñador Esteban Cortázar para hacer parte de la campaña más inclusiva de ropa deportiva que se ha realizado para el grupo empresarial Éxito.

Y la cadena de sucesos que enorgullece a su pueblo, familia y toda una industria siguen, pero Daniel prefiere enfocarse en construir un mensaje contundente para las nuevas generaciones:

“Aquellos niños y niñas que se sienten diferentes, les digo que sigan adelante. Si tus padres no creen en tí, no pienses que todo está perdido para ti. No creas que todo lo malo que te digan es verdad, porque hay veces que me decían no vas a poder, y mira donde estoy. No hay nada malo en ser diferente, no hay nada malo querer aventurarse”.

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