La selección brasilera, campeona 5 veces del Mundial, es una de las que tienen más posibilidades de salir campeona

Corría el 2014, terminaba el mundial en tierras brasileñas, y en las calles retumbaba la zozobra y el asombro al ver que la selección pentacampeona que había dominado el fútbol mundial, que había tremolado en las tierras brasileras, y había hecho palpitar al mundo del fútbol con el ‘Jogo Bonito’, se estaba desmoronando, con los teutones como máximos autores.

Como en toda corriente, lo menos arraigados se iban sumando a los que decían que Brasil nunca volvería a ser el mismo. Mientras que otros, un poco más conexos al mundo del balompié, veían de a poco pinceladas, especialmente por el diez, que hacían sentir que dentro de poco veríamos a ese Brasil que enamoró a todos los amantes de este deporte.

Para Rusia 2018, las eliminatorias comenzaron dándole la razón a los más incrédulos; una derrota ante Chile y todo el mundo cayó encima de Brasil. Luego, las decepciones en las copas américas de Chile y Estados Unidos le dieron el golpe final a Dunga quién tuvo que hacer a un lado su puesto para la llegada de Tite como director técnico de Brasil.

Con Tite se han disputado trece partidos, de los cuales se han dividido en: 10 victorias, 2 empates, y 1 derrota (en círculo amistoso). Tite dejó a un lado la dupla de centrales ‘estelares’ que eran David Luis y Thiago Silva, y puso una dupla de centrales: Marquinhos y Miranda, menos estelares, pero más seguros. De nada servía que David Luis sacara un zapatazo de 35m de distancia para hacer un tanto espectacular, si no brindaba la seguridad de sí: haría un cierre impecable o algo fuera de lugar. A esto le apostó Tite, y le funcionó perfectamente.

Se suele tener una costumbre y es la de decir que aquel que pisa suelo chino, no debe ser llamado nuevamente o hasta salir de ahí para representar los colores de su nación. Es ahí donde Tite dio nuevamente una lección al mundo del fútbol, al llevar consigo a Paulinho, y Renato Augusto, los cuales generaron el equilibrio entre Casemiro y los ofensivos Neymar, Coutinho, William y Gabriel Jesús. Este último representa una promesa integra, que ha formado una dupla impecable con Neymar, y que además con tan solo veinte años ya está en la élite del fútbol mundial. Con Mbappé simbolizan las dos máximas promesas para muchos del fútbol mundial.

Si uno se pone a analizar las selecciones que han salido triunfadores en la escena mundial, es notorio que todas han contado con una línea defensiva impecable, incluyendo al portero. Brasil cuenta con Alisson Becker, un portero joven, quien ya cuenta con una trayectoria europea larga y que además ha brindado amplia seguridad en los partidos de eliminatorias mundialistas.  

Marcelo y Dani Alves son para muchos los dos mejores laterales del mundo, y con ellos cuenta Brasil. Ellos son un símbolo de desequilibrio y de preocupación para cualquier defensa rival. A esto hay que sumarle a Neymar Jr que espera 2018 ansioso con sed de triunfo, de desquitarse, y de mostrarle al mundo que él está hecho para ser el mejor del mundo.

Brasil con cuarenta y un puntos, la misma cantidad de goles, líder absoluto, goleando a donde va, una defensa sólida, un equilibrio en medio campo y un ataque de ensueño. Dispara a reivindicarse con el mundo del fútbol, pero especialmente, sanar las heridas que dejó el mundial en tierras sudamericanas.

Latin American Post | Helber Fernando Rojas

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